sábado, 5 de octubre de 2019

TURISMO LETAL


TURISMO LETAL
JM AIZPURUA
“La consejera delegada de Riu Hotels, Carmen Riu, se ha mostrado este jueves (3-10) a favor de limitar el número de turistas en Baleares, y ha defendido que no se trata de una medida de turismofobia”. Es solo sentido común.
¿Y en Canarias?
Pues en Canarias el sentido común, se compra barato, para ser ocultado a sus gentes que, entre parrandas, procesiones, carnavales y eventos varios, tienen poco tiempo para ocuparse de otras cosas, y si se ocupan: viene el godo con la porra.
Los visitantes bajo el título de “turistas” tienen una proporción matemática con respecto al territorio visitado, que se considera sostenible y beneficiosa. Llegado a ese punto crítico de turismo, otros motores de desarrollo deben implantarse para seguir con el desarrollo social sano y sin traumas.

  Ese nicho turismo, como todos, debe estar cubierto por los “mejores” y su desarrollo empresarial limitado por el beneficio social. Por el contrario, una especulación turística basada en la corrupción, provoca una degradación del territorio, una ruina hotelera por carencia de reinversiones de conservación, y una masa laboral abandonada sin posibilidades de recolocación. Total, a medio plazo un crac ineludible.
Si a ello añadimos que, si los visitantes superan en número a las normales condiciones que soporta el territorio, nos encontraremos ante un panorama desolador y si este es en islas, Canarias incluida, estaremos ante una nueva migración de la miseria, que hoy ya sin Cuba ni Venezuela, ni territorio alguno de acogida, dejará a nuestra gente en similares condiciones que los que nos visitan en pateras.
Los que recalificaron terrenos, los que aprobaron planes, los que escribieron maravillas, los mudos, los constructores de pacotilla, los “despistados de la izquierda”, los inversionistas turísticos, no tendrán problemas con el crac y podrán resituarse en otros lares.
Hoy ya los tenemos en el Caribe destruyendo paisaje, pagando miserias, y eludiendo fiscalidades y normativas laborales.
Las colonias deben ser muy cautas e inteligentes para abordar este segmento turístico que en un instante pasa de ser beneficioso a ser tóxico sin posibilidad de reparación. Si se llega a la saturación, su falta de rentabilidad re-inversora, lo hará degradarse sin remedio.
Canarias no es La Rioja, y aunque las dos vayan vestidas de Comunidad Autónoma (¡que insensatez!) sus realidades y necesidades, son absolutamente incomparables.
Y este es el quid de la cuestión. Para reconducir Canarias en su turismo, y en todas sus actividades, necesitaría otra legislación específica hecha con visión profesional que fuera capaz de entender lo que hay realmente tras la denominación R.U.P. que la UE nos confiere.
La actual ordenación del Sistema78 no contempla la posibilidad de redención social de Canarias a la que ya amenazaron con el 155 para dejarla sometida a su condición de colista, con una menos; ¡en todo! Por ello, es la sociedad civil la que debe ocuparse en plantear alternativas diferentes a las que la mentalidad metropolitana tiene asumidas y ejecutadas en las islas. Si no lo hace; pronto podremos vernos como la españolísima provincia 53, Sahara, a la que el rey y los presidentes españoles, prometieron apoyo incondicional.
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…….


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