SOBRE EL DIFÍCIL TEMA DE
LA EDUCACIÓN
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
Se dice que, es imprudente, todo aquel joven que
desperdicia sus frescos abriles,
rumiando que va a vivir mejor en el naufragado jardín de la marchitada
vejez y, constatamos radicalmente persuadidos de que, cuando la adolescencia se
enfría, es el mundo entero quien tirita.-
En estos censores tiempos que nos ha tocado existir
hemos de prestar una esmerada atención, celoso cuidado y avispada vigilancia
específica, para luchar a brazo partido contra el evidente problema
intransigente y opresivo que hoy por hoy, sin misericordiosa clemencia, está
hundiendo hasta el mismísimo descrédito a la nefasta SOCIEDAD.
El vergonzoso, centuplicado, desbaratado y rotundo
fracaso del arruinado llamado AMBIENTE FAMILIAR, en los vigentes momentos,
privativamente reales, nos obliga a ser forzados partícipes, pasmados testigos
y... casi, casi, hasta mudos espectadores, ante las miles de cosas que vemos,
escuchamos y, claramente, podemos comprobar.
Conviene procurar que, mediante una ejemplar
educación, cada vez más necesaria y completa, las familias ofrezcan un modelo
categóricamente convincente e imprescindible, para que la MORAL no se destruya
esfumándose del orbe y, así, perdure guardándose las más sólidas bases
hogareñas de las cuales, si lugar a la menor duda, aunque parezca funestamente
riguroso, carecemos y tanto y tanto, a todas luces, precisamos,
Existe la deseada contingencia de un matrimonio vivido
de manera plenamente conforme al antiguo método que monopolizaran nuestros
honorables mayores, la generalidad de ellos, habitualmente piadosos o...
radicalmente susceptibles que, al pie del altar, juiciosamente, supieron
plasmar el sacrosanto ofrecimiento de comprometerse para toda la vida, con
aquello tan reflexivo de... ”HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE” y, “LO QUE DIOS HA
UNIDO, NO LO ELIMINE EL HOMBRE”
Y cuando este último desventurado fracaso acontece,
los más frágiles, los inocentes frutos de aquel perdurable y falso amor,
concebida pasión desordenada lujuria, los cándidos hijos, son los quebradizos
seres que pagan con sollozos de angustia, el alarmante descalabro doméstico,
teniendo que cargar con las muy amargadas consecuencias de unos incompatibles
padres, los cuales, después de unos prolongados años, contados días o cumplidos
meses, ¡qué cosas amigos: SE LES ACABÓ EL AMOR!
El AMOR, A VECES, PUEDE REVELARSE CON PENETRANTES
SEÑALES QUE HACEN SANGRE.
La palabra “AMOR”, nos hace pensar en dos que no
quieren ser dos sino UNO, aunque muchos confundan ENCANTAMIENTO con
ENAMORAMIENTO.
El verdadero problema en los matrimonios no es ni
biológico, ni espiritual:ES ENTORPECIMIENTO DE AFECTO.
EL MATRIMONIO, VIENE A SER COMO DOS SURCOS QUE ESTÁN
ABIERTOS PARA GUARDAR UNA MISMA SEMILLA, CAPACES DE DESAFIAR CON VALENTÍA, AL
MISMO TIEMPO Y AL INEXPLORADO ESPACIO.
Los padres que educan sin cariño, son como enjambres
de abejas sin miel.
La Educación supone más tacto que fuerza, más ternura
que rigor, más cariño que cultura.
No hay que consentirles a los hijos todos sus
caprichos, más bien, iniciarles a cumplir su deber.
Unos verdaderos padres, son aquellos que saben
perfectamente manejar la disciplina y manipular como corresponde, la
bienaventurada técnica del orden.
Lo mismo sucede con el caso de algunos frustrados
maestros que, en esta perniciosa época, se ven fieramente achicharrados por
determinados grupos de rebeldes alumnos, teniendo que soportarles con
estoicidad, el calentamiento de la violenta hoguera que, por perversidad, arde
en el impetuoso fuego de sus más insolentes desmanes estudiantiles.
¡Cómo nos hemos quedado, al conocer algunos recientes
asuntos acontecidos con notoria brutalidad, en ciertas escuelas, colegios,
academias y diversas entidades educativas, sitios y lugares, en donde los
jóvenes son desnudamente maltratados, tanto por sus propios compañeros de
clase, o....tal vez, raramente, de vez en cuando, por sus pertinentes y
virulentos pedagogos o mentores!
Y... ¡la tremenda reacción de algunos contritos
progenitores, ávidos de paternal reparación y desafortunada justicia,
defendiendo con uñas y dientes, a sus resentidos retoños del alma!
Recordemos que nuestros mayores, ante cualquier
inconveniente escolar,aunque tuviésemos toda la razón del mundo, jamás nos la
daban, apoyando en todo momento al preceptor, obligándonos a pedirles disculpas
y, a veces... ¡hasta sobrado perdón!
Tampoco hemos de ocultar que si tenían que
reprocharles algo, cierta improcedente actitud hacia nosotros, (sin jugar al
tute), claramente, les cantaban las cuarenta pero, ¡eso sí!, por nada del
mundo, eran capaces de hacerlo delante de nosotros mismos.
Este delicado tema, es tan complicado y ambiguo que,
mucho nos tememos, siempre nos será sumamente imposible el conseguir
reflejarlo, como es debido y, correspondería sintetizar.
Al sabio arbitrio de nuestros considerados lectores de
NACIÓN CANARIA, deponemos el sugestivo asunto que hoy hemos querido mostrarles,
para que, ellos mismos lo juzguen, concentrándolo como es debido y, con toda
confianza, si así lo creen conveniente,
dando a luz pública, en este mismo BLOG, su atenta , valiosa y agradecida
opinión.
CON ESTOS
NIÑOS MODERNOS,
SE TOCAN
OTRAS GUITARRAS
QUE
NOSOTROS SIN CUADERNOS,
TUVIMOS QUE
DEFENDERNOS,
USANDO
NEGRAS PIZARRAS!
HOY, LOS
NENES PROLIFERAN,
CON
CEREBROS SUPERIORES
Y DE BUENAS
A PRIMERA,
DEJAN “KAO”
A CUALQUIERA,
¡COMO
EXPERTOS BOXEADORES!
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