CON LA TRISTE SERIEDAD DE UN REFRÁN

CON LA TRISTE SERIEDAD 

DE UN REFRÁN

Rafael ZAMORA MÉNDEZ

Dicen: Civilizarse  es mecanizarse. Quizás en la industria ¡EN LA VIDA, NO!

La libertad es como una mortal poderosa arma de fuego y... ¡hay que saber manejarla!

El muy viejo, conocido y tan repetido refrán aquel de... "OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE", complaciente, se me presta hoy,  para  elaborarles la presente y desagradable   crónica, en este primer domingo del caluroso mes de agosto.

Porque que resulta, de que ya mis ojos, llevan días, semanas y meses, observando con algo de pasmosa incredulidad y de personal vergüenza, viendo, observando y transitando por  unas abundantes asquerosas aceras, negras como el azabache, resbaladizas como alquitranadas que, al pasar por ellas, saltando muchas veces con ágil precaución,  sobre los repartidos excrementos perrunos que, por doquiera,  se van quedando como plantados, sin posible temores de sus despreocupados dueños a las merecidas consecuencias de tener que cargar con algunas de las altas sanciones monetarias, sabiamente señaladas a tal fin, a pesar de que  cierto relativo número de ellos, con la mayor frescura del mundo, envían a sus queridas mascotas a que, con elegante alzada de patas,vayan y  "depositen" cuanto quieran, en  las propias jardineras ubicadas a lo largo de las Ramblas.

 Con tan  repugnantes  negras huellas de  engomada basura ...¡sí que el corazón sufre, siente de verdad, que tal impropio desmadre ciudadano ocurra en nuestra tan visitada población de SANTA CRUZ DE TENERIFE, preguntándome, porque, a lo mejor lo ignoro, si es que actualmente existe,  o está en vigor, alguna huelga prescrita por los sacrificados obreros encargados del cotidiano aseo capitalino o que, las racionadas  arcas municipales, se encuentren sin los adecuados fondos indispensables para cubrir, por  lo menos, con  los  mínimos presupestos pertinentes.

Ya hemos efectuado el correspondiente disparo, con la esperanza de no haber podido herir absolutament a   nadie y, con la  única ansiada confianza de que, tarde o temprano, más bien, LO ANTES POSIBLE, se le ponga un punto y final a este comentado problema que,  para algo, estamos civilizados y buenas industrias existen para llevar a cabo con éxito, la obligada tarea de CIUDAD LIMPIA y DE ETERNA PRIMAVERA.

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