LA III REPÚBLICA CONTRA
UN REY ENCHUFADO
DAVID BOLLERO
Celebrar
el 14 de abril en recuerdo del último periodo de esplendor de España es,
inevitablemente, cargar contra la monarquía y contra ese nacionalcatolicismo
con olor a naftalina que nos quieren imponer. Cada vez son más las personas que
se suman a este acto festivo-reivindicativo. ¿Por qué? Porque cada vez son más
los actos antidemocráticos que sufrimos y la III República es su antídoto o, al
menos, su principio.
¿Para
que sirve un rey? Se lo diré yo. Para nada. ¿Alguien cree que el monarca de
veras ha sido decisivo en el destino de España en los últimos años? En
absoluto. Uno de los argumentos más esgrimidos para defender su cargo es el de
preservar la unidad de España. De ser así, tendría que haber dimitido, porque
algo debe de estar haciendo muy mal visto el panorama que hay en el país.
Si
España se pareciera a EEUU, donde la vida personal de los candidatos se
entremezcla y determina su carrera, podríamos lanzar la pregunta de ¿cómo
alguien que no es capaz de mantener la unidad en su familia lo va a conseguir
en un país? No es el caso. Tampoco nos hace falta, porque lo que es una
realidad es que España hoy por hoy tiene de país unido lo mismo que Felipe VI
de demócrata.
Lo
que sí es cierto es que Felipe VI representa a la perfección la España de
quienes lo pusieron ahí, la España de los enchufes. Ostenta su cargo,
sencillamente, por su apellido, no porque democráticamente haya sido elegido,
no por sus méritos sino por amistad e influencia política heredada del dictador
Franco.
Así
las cosas, ¿cómo nos va a sorprender que un día como hoy tantas y tantas
personas reclamen la llegada de una III República y, con ella, España vuelva a
ser un ejemplo internacional tanto cultural como político y social? El objetivo
es complicadísimo, sacar a España del atolladero en el que los Borbones y sus
Gobiernos amigos nos han metido -incluidos el PSOE, tan monárquico él- difícil,
pero no imposible.
Alcanzar
ese punto significará quitar las alfombras, esas bajo las cuales y desde la
Transición se va acumulando toda la basura que empobrece a este país. La III
República, esa que defiendo yo si duplicidad de cargos -primer ministro y
presidente sólo uno- no será de alfombras, si no de incineradora, para quemar
toda esa basura y recuperar la democracia que nos robaron en la Transición.
Salud
y República.
PD.
Si hoy ven a algún/a socialista celebrando el 14 de abril, no se una a él o
ella; aunque el cinismo y la hipocresía no son contagiosos si se tienen
principios, mejor alejarse de ellas… ¿o acaso no recuerdan la defensa encendida
del rey cuando el emérito abdicó? Vomitivo para un/a socialista real.
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