LA CORRIDA NACIONAL
DE RAJOY Y RIVERA
FERNANDO LÓPEZ AGUDÍN
¿Que
ocurre en España? Es la pregunta obligada cuando, como sucedió este lunes, el
Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y la Fiscalía General del Estado no
paran de procesar por rebelión, sedición, terrorismo a ciudadanos catalanes y
navarros. Si a estos procesados se suman, además, alrededor de unos
cuatrocientos sindicalistas investigados, raperos condenados, artistas
censurados, esta primavera de 2018 recuerda la de 1976, en la que el Gobierno
de Arias Navarro intentaba continuar el franquismo sin Franco. Llama la
atención que en una España en paz, por vez primera en más de medio siglo, se
procese ahora sistemáticamente por violencia y actividades terroristas cuando
brillan por su ausencia en el escenario político español.
Probablemente,
porque contra ETA vivía mejor, la derecha política, judicial y mediática
española recrea hoy una realidad virtual donde la sociedad española está
acosada por traidores, renegados y criminales. Así, los conflictos
territoriales, que rechaza abordar políticamente, o los problemas sociales, que
se niega a negociar con los trabajadores, son presentados por la Brunete
Mediática como un campo de batalla repleto de enemigos del Estado de Derecho,
que es preciso castigar jurídicamente mediante la Brigada Aranzadi. Todavía la
Audiencia Nacional no es el TOP, pero sí cabe afirmar que hoy ninguno de estos
procesados, como afirmaba uno de ellos, tiene posibilidad alguna de salir por
la puerta grande y todas de salir por la
enfermería.
Este
símil taurino, que refleja como la derecha monta la corrida nacional, es el que
explica que en Barcelona y Pamplona se hayan celebrado este fin de semana dos
multitudinarias manifestaciones contra la represión política. También que los
ayuntamientos de ambas capitales se hayan sumado a esta importante acción de
protesta contra la espiral represiva de la Moncloa. Porque puede, quizás, que
en alguno de estos sumarios exista alguna actividad delictiva; pero no cabe
duda alguna que ninguno de ellos merece los tipos penales que el Fiscal
General, Julián García Melgar, el magistrado Pablo Llarena o la jueza Lamela
suelen habitualmente aplicar. Con mucha razón, los dos ex-lehendakaris de
Euskadi, Garaicochea e Iberretxe, han firmado un manifiesto vasco en defensa de
la democracia.
Tras
seis meses de 155, España se encuentra bajo un estado de excepción de facto,
que a muy poco que se descuiden las fuerzas democráticas desembocará en uno de
iure. La secuencia es muy clarificadora: comenzó en Cataluña, llegó a Navarra y
amenaza extenderse por Euskadi, si los populares no logran doblar el pulso del
PNV para que vote los Presupuestos de Montoro. Sobre todo, si esta dinámica
represiva puede acabar en posteriores ilegalizaciones de asociaciones civiles
catalanas o navarras, que son las que llevan el peso de las movilizaciones en
defensa de las libertades democráticas y que pasa, irreversiblemente, por la
rápida derogación del 155, que suspende el Estado de las Autonomías, y del 573
del Código Penal, que permite calificar como terrorista a cualquier demócrata.
La
reacción brutal de la derecha carpetovetónica contra UGT y CCOO, que han
retomado la bandera de la libertad en el conjunto de España, se explica por la
necesidad de Rajoy y Rivera de limitar la protesta social creciente a los
territorios catalanes y navarros, con la finalidad de enfrentar a los distintos
pueblos del Estado español. Esta dialéctica de España-anti España, tan alentada
por el primer Primo de Rivera, padre intelectual del actual Rivera, vuelve a
estar presente en la sociedad española mediante la competencia electoral del
Partido Popular con Ciudadanos. La inquietud de Rajoy y Rivera es que la
actitud valiente de Pepe Alvarez, líder de UGT, y Unai Sordo, dirigente de
CCOO, despierte a una izquierda política que vive ensimismada.
No
es casual que Ciudadanos empiece la semana proponiendo al Partido Popular que
el Senado intervenga TV3. Esta propuesta, controlar una televisión autonómica,
es todo un aviso para navegantes de televisiones como EITB, y advierte a las
fuerzas de izquierda sobre donde está dispuesta a llegar la derecha en esta
gran corrida nacional que torean los espadas Rajoy y Rivera con la ayuda del
banderillero Pedro Sánchez. O todas las ganaderías progresistas intentan sacar
un miura como alternativa, o el toro ibérico volverá a ser descabezado por
largo tiempo. Porque nunca ha sido cierto, hoy lo sería menos que nunca, que
contra Franco la izquierda viva mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario