POR SUS
FRUTOS LOS CONOCERÉIS
MARINA ALBIOL GUZMÁN
Acostumbrados como están las huestes del PP a ir de la mano de
la jerarquía eclesiástica, debe haber confundido el señor Arias Cañete el
Parlamento Europeo con un nuevo templo de culto religioso donde los pecados se
absuelven pidiendo perdón, rezando unos cuantos avemarías y dando buena limosna
al párroco cualquier fiesta de guardar. Así, se presentó este miércoles en la
cámara el aspirante a comisario con el papel bien aprendido y el
arrepentimiento escrito en Times New Roman tamaño 16, por si la memoria
fallaba.
Quizá habría que recordarle al señor Arias Cañete que en
política no basta con pedir perdón, que la honorabilidad y la honestidad hay
que ejercerlas cada día, cada minuto. No basta con un “lo siento, no volverá a
ocurrir” y pelillos a la mar. Alguien que ha ocultado hasta el último minuto
sus ingresos por sobresueldos del Partido Popular no es de fiar. Alguien que se
niega a responder de los vínculos familiares en el negocio de los carburantes y
que ha mantenido sus acciones en empresas petroleras hasta pocos días antes de
su intento de nombramiento no puede ser comisario de Acción por el Clima y
Energía. Señor Arias Cañete, es usted sospechoso de demasiadas cosas como para
dejar en sus manos la gestión del bien común. Alguien que ha tratado de
humillar a las mujeres con expresiones y actitudes machistas vergonzantes no
puede estar al frente de nada, por mucho que ahora diga que se arrepiente. Es
usted reincidente señor Arias Cañete y no nos creemos nada de lo que diga.
Dice usted que hizo una ley de costas para proteger los
intereses de los ciudadanos europeos que habían invertido en España y que veían
peligrar sus intereses. Quizá sea un argumento que convenza a las élites
centroeuropeas, pero le recuerdo, señor Arias Cañete, que cuando sus votantes
le pusieron como ministro, lo que usted debía preservar, entre otras cosas, era
el medio ambiente, pero prefirió usted proteger a las élites europeas para que
sigueran comprando el litoral pese a la agresión mediambiental que esto ha
supuesto.
Son demasiadas cosas, demasiadas mentiras como para que ahora
trate usted de arreglarlo con arrepentimiento. Por estos lares le conocemos
bien, señor Cañete y ya no puede engañar a nadie. Quizá me entienda usted mejor
con una referencia a la Biblia para citar a Mateo, que en el versículo 7:16
dice “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o
higos de los abrojos?”
[Marina Albiol Guzman es diputada de Izquierda Unida en el
Parlamento Europeo]
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