MENDIGANDO POR LA CIENCIA
Los
transeúntes de la Puerta del Sol de Madrid volvieron a sobresaltarse en mayo de
2013. No, en esa ocasión no fue por ningún aniversario relacionado con el 15M o
por alguna de las habituales manifestaciones que se realizan en la plaza. Lo
atípico de la movilización se debía al colectivo que la estaba realizando: un
grupo de investigadores y científicos vestidos con bata blanca. El ya
desaparecido colectivo InvestigAcción, nacido del Centro de Investigaciones
biológicas del CSIC, había convocado auna acción en la que se simuló
que se estaba mendigando por la ciencia y donde vendían su instrumental en el
top-manta. La acción fue todo un éxito y tuvo una gran repercusión
mediática. Las actividades de InvestigAcción y otros colectivos supusieron el
inicio de un proceso de movilizaciones que ha culminado en la creación de la Marea Roja de
Ciencia.
Ese mismo
2013 la investigadora María Luisa Botella declaraba sin atisbo de ironía que,
literalmente, mendigaba por la ciencia ya que no tenía “otra opción”. Para
financiar su laboratorio, Botella participa en concursos televisivos, vende
lotería, organiza conciertos y comercializa cosméticos para obtener un dinero que no llega a través del sistema público.
¿Cual ha sido la respuesta del Gobierno a casos como del de María Luisa
Botella? Estructurar de manera institucional que los laboratorios puedan seguir
mendigando. La comunidad científica ya estaba avisada de lo que se avecinaba,
ya que el nombramiento de Ignacio
Fernández Vera como asesor de Ciencia e Innovación del
Ministerio de Economía y Competitividad no auguraba mejoras en la financiación.
En sus primeras declaraciones Vera afirmó que llegaba para “intentar hacer más
con menos en el ámbito de la ciencia”.
En julio de
este año el Gobierno anunciaba la puesta en marcha de una iniciativa para que
cualquier persona pueda hacer aportaciones económicas a un proyecto de
investigación e interactuar con los científicos que lo dirigen. Hablamos del portal
Precipita, la plaforma de crowdfunding (micromecenazgo)
impulsada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, cuya
filosofía se resume en su propia web como “podemos impulsar la ciencia a nivel
individual”. La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación,
Carmen Vela, es más explícita al respecto: opina que hay que apostar por una
carrera científica que no esté siempre basada en el sistema “funcionarial”, es
decir, quela iniciativa privada tiene que adquirir más centralidad en el I+D
español. Vistos los efectos en la Educación y la Sanidad públicas
debido a este tipo de políticas neoliberales, la preocupación en el seno de la
comunidad científica es más que comprensible.
Mientras, el espectáculo de la ciencia
continúa. Después de la segunda manifestación de la Marea Roja de Ciencia
durante la Noche de los Investigadores (una jornada europea de divulgación
científica), la espectacularización de la actividad científica sigue a un ritmo
lento pero seguro. El último episodio esScientists in Barcelona dance
for cancer, Alzheimer’s and diabetes research (Científicos en
Barcelona bailan por investigaciones en cáncer, Alzheimer y diabetes), un vídeo
de Youtube donde el personal del Instituto de Investigación Biomédica de
Barcelona baila con el objetivo de recaudar dinero para financiar sus
investigaciones. Con cada click o visión completa del vídeo el Instituto recibirá
donaciones del Banco Sabadell.
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