IBA
A TU ENCUENTRO...
DUNIA SÁNCHEZ
Iba tu
encuentro. Sí, un encuentro entre las nubes malvas de la caída de la tarde. No
te vi. No te encontré. Solo el ronroneo de un misterio que impregnaba mis manos
de aridez. Liada a la añoranza volé. Sí, volé muy alto donde los acantilados
alcanzan la muerte, el deseo. Dónde te hallabas, me preguntaba. Pero un humo en
espiral y negro me relataba que habías desaparecido más allá de las mareas, del
fuerte oleaje que hace los cuerpos se rajen, que las almas olvidan. No me convenció la respuesta. Y volé. Sí,
volé hasta ese horizonte donde las criaturas son fuente de felicidad. Y ahí
estabas. Arrinconada. Sonriendo. Callada. Me gustó verte pero había algo más.
Calaveras danzaban a tu derredor. Y ahí estabas. Arrinconada. Sonriendo.
Callada. Intenté aproximarme. Imposible. Una barrera invisible me impedía el
paso por más que lo intentará. Me di cuenta de que estabas lejos, muy lejos.
Arrinconada. Sonriendo. Callada
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