PANDEMIA DE
IRRESPONSABLES
TERESA RODRÍGUEZ
EURODIPUTADA DE PODEMOS
Apenas un par de semanas después de que Ana Mato descartara el
riesgo de contagio, la auxiliar de enfermería Teresa Romero ha sido objeto de
medios estatales e internacionales por ser el primer caso de ébola en Europa.
Lo primero, espero que Teresa se recupere y pueda seguir su vida, segundo, explicaciones. Quiénes son los
responsables.
Hagamos memoria, recordemos todas esas palabras: copago,
ajustes, gastos, control, dispendio etc. Que hemos ido escuchando una y otra
vez desde que en mayo del 2010 Zapatero compareció en el Congreso anunciando
sus políticas de austeridad, perseguido por Rajoy (sin perder el ritmo) en los
años posteriores. Aquel que ahora mitiga los errores que saltan a la arena
pública pactando sesiones de control con el líder de la “oposición”, Pedro
Sánchez. Porque no podemos hablar de dimisiones aquí y ahora, resulta
irresponsable, pero, ¿qué más irresponsable hay que gestionar la crisis
sanitaria tal y como lo está haciendo el Gobierno de España y de la Comunidad
de Madrid? De una democracia consolidada con gobiernos responsables sería
lógico esperar a que solucionasen la
crisis para exigir responsabilidades concretas, pero no hace falta recordar
quiénes nos gobiernan.
Sí hace falta recordar que hace cuatro meses profesionales sanitarios tramitaron una
denuncia a estos gobernantes por “falta de formación adecuada y desconocimiento
de protocolos” para el tratamiento de posibles casos de ébola. La respuesta a
la petición fue un cursillo express de 15 minutos para atender a los sacerdotes
españoles infectados, que ignoraban las recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud. Parece ser que la ministra hizo caso de las
recomendaciones del actual Consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid:
rezar a la Virgen de la Paloma. Ahora
estos mismos profesionales, trabajadores de la sanidad pública, dicen que la “Ministra Ana Mato, el
presidente Ignacio González y el nuevo consejero de sanidad Javier Rodríguez
deben dimitir ya por ser los principales responsables de los recortes
sanitarios”.
Tirando un poco más de memoria, recordamos otras ocasiones en
las que diferentes conflictos dejaron de ser públicos y políticos para
convertirse en ataques personales. Se repite la estrategia del hundimiento del
Prestige, del metro de València o del tren Alvia en Angrois. Siguiendo el
legado ultra-neoliberal de Thatcher, lo político se disuelve como un azucarillo
y la sociedad ya no existe; hay sólo individuos. Para un gobierno que no asume
su responsabilidad, no hay mejor forma de hacer política que despolitizando lo
que es político. A partir de ese mismo instante, cualquier persona que se
atreva a pedir responsabilidades políticas se convertirá de manera directa en
una irresponsable, una idealista, una antisistema.
La crisis del ébola contiene responsabilidades políticas.
Recortar en el sistema sanitario fue y sigue siendo una decisión política,
sustituir los cursos de formación en el protocolo de actuación del ébola de
tres semanas por charlas de quince minutos, desmantelar el Hospital Carlos III
(único hospital en Madrid dedicado a combatir enfermedades como el ébola y
otras que se denominan como tropicales o infecciosas), optar por la reducción
del déficit público mediante recortes en el gasto público social, protegiendo a
los bancos en vez de a la ciudadanía. Son decisiones políticas.
Pero más allá de la gestión de la crisis, lo que debe hacer un
gobierno responsable pasa por levantar un sistema sanitario 100% público (en
propiedad y en gestión), de calidad y verdaderamente universal. El apartheid
sanitario y los recortes se mantienen sólo bajo una lógica cortoplacista que
cruza los dedos para que no estalle ninguna crisis. Cuando llega, volvemos a
confirmar por enésima vez que vale más prevenir un riesgo de pandemia que
gestionarla con estos mimbres.
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