ME JODE POR BERLANGA Y AZCONA
GERARDO TECÉ
Me jode por Berlanga y Azcona. Estarían disfrutando aquí abajo
sacando material como locos para nuevas pelis. En el cielo no hay cine. Se
enteraron al llegar allí. Menudo disgusto se llevaron. Demasiado tecnológico
eso del cine, decidió alguno, demasiada mentira el jueguecito de poner los
fotogramas ahí bien pegados unos a otros para que parezca acción real. Fuera de
aquí el cine, dijo alguien en algún momento de la historia del cielo,
jodiéndole la estancia a Azcona y Berlanga. Sin embargo, soñar sí dejan. Y la
otra tarde estaba uno de los dos entre adormilado todavía después de la siesta
y excitado por toda esta historia, cuando empezó a dormitar algo así como…
Manolo, arranca la furgoneta que han llamado de Sanidad. Tiramos
para lo del perro. ¿Llevas los guantes? Bien, pues píllate también una chaqueta
de cremallera así apañada que cierre bien hasta arriba, no nos vaya a pegar la
rabia el bicho. ¿He dicho rabia? Perdona. El ébola, lo que el perrete tiene es
ébola. Pobre animalito. Aunque ahora que me acuerdo esta mañana escuchando el
boletín con el café han hablado del perro y ha dicho la locutora que tampoco es
seguro que tenga el ébola, que en un perro es más bien improbable tirando a que
no lo va a tener, pero que mejor prevenir que curar. Tú y yo somos unos
mandaos, así que no nos vamos a poner aquí a discutirle a la locutora. Pasada
la rotonda, la segunda salida, Manolo. Verás tú como los guantes estos no estén
pensados para el ébola, la rabia o lo que el bicho tenga y acabemos en el
Carlos III echando espumilla por la boca como el cura. Mandaría huevos, ¿eh,
Manolo? Se iba a reír poco mi cuñado. Lo tengo siempre dando la lata con los
guantes. Que si son finos, que si eso traspasa la humedad. Yo le digo, Miguel,
que esto no es África, que aquí no hay leones ni lagos, que con los guantes
estos voy por Madrid que vuelo. Hablando de África, hay que ver cómo se ha
extendido lo del ébola por África, ¿eh, Manolo? Qué pena me da esa gente. Ahora
que estaban remontando un poco con el dinero que les dejó el Mundial, les viene
esto. Tienen la negra. Allí les entra un resfriado y claro, ni protocolo ni
hostias en vinagre, allí se pone malo uno y van cayendo todos los demás.
Muriendo a miles al día andan, fíjate lo que te digo. Ahora tírale recto hasta
que yo te diga. Me conozco esto como la nevera de mi casa. Antes venía mucho
por aquí a traer a mi señora a trabajar, pero con todo el tema de ‘Lemanbroder’
cerraron la planta del hospital. Ahora está haciendo pisos, pero mejor, porque
le pillan cerca de casa y eso que ahorramos en transporte. Te comentaba,
Manolo, que según el boletín, la enfermera se fue de vacaciones después de
pillar el ébola. ¿Te puedes creer la tía? Tiene valor la gente. Manda cojones.
A la gente le pones una pulsera de hotel de esas de todo incluido y de tanto
mojito en la piscina ya no sabe si tiene ébola, sarampión o un tío en Alcalá.
Sigue todo recto mientras yo te diga. Y claro, al final el que lo paga es el
pobre perro. No se pueden tener animales si no sabes cuidarlos, sacarlos tres veces
al día, darles su pienso… Coño, Manolo, ¿has echado la jaula en el remolque?
Hostia, qué susto. Menos mal porque si no hay que volver. Los de Sanidad están
con el pico muy fino estos días. Que seamos muy estrictos con el protocolo, me
han dicho, que una vez metido el perro, la jaula no se menee mucho y que la
tapemos con una manta o un trapo o algo para que no se vea el bicho dentro, no
se vaya a contagiar ahora un periodista o uno de estos ‘grinpís’ que están en
la puerta y para qué queremos más. Próximo cruce a la derecha, no te lo pases,
y hemos llegado. Acuérdate. Cremallera de la chaquetilla para arriba, guantes
apretados pero que no te corten la circulación, no vayas a perder la mano,
Manolo, y sujetar bien la jaula. Le ponemos un par de bridas y eso no lo tumba
ni el ébola ni el ébolo. Y mi estampita de la Virgen de la Paloma, aquí, en la
cartera siempre. De momento me ha funcionado. Vamos al lío que después del
perro hay que ir a sacar un gato muerto de la depuradora y no quiero que me
pille atasco y me den las cuatro comiendo.
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