jueves, 23 de octubre de 2014

HACE CALOR...

HACE CALOR...

DUNIA SÁNCHEZ

Hace calor en esa casa. Te desnudas lentamente. Estás cansada. Miras a través de la ventana el oleaje de la noche. De una noche sin luna, solo las luciérnagas luminosas cabalgando a través del universo. Hay marea baja, no hay nadie. Y desnuda sales hacia la playa, hacia ese océano que congrega miles de vidas en sus profundidades. Te entregas a él. Así, como si fuera tu amante. Un amante eterno porque siempre vuelves a su acaricia. Pierdes la noción del tiempo. Ese tiempo que se va. Pero tú lo haces perpetuo en la oscuridad de la madrugada. Te sientes bien. Ahogados, náufragos, seres que vagan en su masa viva. Te produce cierta congoja. Eres fuerte y a ellos te abrazas con tus lágrimas de sal.  Y todo se ilumina. Un haz de no sabes dónde viene hacia ti. No puedes ver. Lo agarras con tus manos, con tus sentimientos y sientes ascender tu cuerpo sobre uno de esos astros ocultos de la noche. Desde allí miras y miras. Miras el llanto crónico de esa masa azul. No sabes que hacer. Sí, hace calor aunque es otoño. Sí, la muerte ronda con sus agujas y navajas. Te quedas hasta el amanecer. Ves ese horizonte que se emancipa de la oscuridad. Todo sigue igual.

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