ARGENTINA ETNOCÉNTRICA
Eduardo
Sanguinetti, filósofo,
poeta
y performer.
El silencio es un mecanismo que a través de la historia ha demostrado su eficacia para la restricción de libertades civiles. El silencio o el silenciamiento es de gran utilidad para perpetuar el poder, es una fuente de acumulación de riqueza y terreno fértil para la corrupción endémica, en Argentina… Absoluta degradación de una comunidad, como la argentina, que no precisa ya de gobiernos que discriminan, humillan, silencian al diferente, manteniendo un estereotipo de comportamiento vetusto y degradante.
Incluyo en su accionar, la poca estima de los valores humanitarios, los prejuicios colectivos de los grupos gobernantes y su pares, elegidos por un electorado desorientado ante estos funcionarios que se asimilan a la práctica del etnocentrismo, fanatismo por el fraude, la mentira, el odio a la libertad y la verdad, al conocimiento y la solidaridad.
Con profunda
preocupación por el silencio de millones y por las declaraciones de los
habilitados en medios corporativistas a alentar la discriminación en la
diferencia, no dudar en hacer una denuncia a escala global, tan prematura como
lúcidamente citados en la primera fase de la Carta de las Naciones Unidas en
1945, una salida inmediata, que podría sentar antecedentes sobre la real
situación de sobrevida que millones de ciudadanos sufren en Argentina, un campo
de exterminio que soportan los que nada tienen o los que disentimos con un
proceso de derrumbe de todo registro ético, de los que no negociamos jamás con
delincuentes y criminales.
El mal, en tanto
principio dialéctico, es una negación, una deconstrucción de raíz constructiva,
ya que posibilita la dialéctica de la transformación contra todo lo que se
vuelve rígido y absoluto. No hay por tanto mal en el mal y sí en el rigor del
absoluto, del bien, del dogma, de todo lo que vuelve continuo, todo lo que
tiende a lo indiferenciado o a la indiferencia. Lo bueno de lo malo se opone
pues a lo malo de lo bueno.
Una alteración en
la lógica de las transformaciones, que por naturaleza sufrimos o disfrutamos…
esa alteración equivale a una conversión del mal en bien, a una inversión
funcional: lo relativo convertido en dogma, la ley en modelo de delito.
Quizás la imagen de
Lucifer lo ilustra mejor. Lucifer, la estrella matutina, el lucero del alba,
Venus, es esa luz que brilla sobre las demás antes de salir el sol, arropada
por la oscuridad pálida de la noche e iluminada por el reflejo del sol
escondido. Es una luz equívoca y engañosa, presuntuosa, ya que se siente
responsable del mismo amanecer.
Se distingue con
vanidad del resto de las estrellas y se siente distinta, haciéndose esclava de
una doble ingenuidad, de un falso cálculo. La ingenuidad de sentirse diferente
y la ingenuidad de sentirse permanente, al pensar que el alba es obra suya. Tal
ficción momentánea representa perfectamente la alteración a la que señalo como
demonismo, como estancamiento, como fijación del primer golpe distintivo.Una
situación delicada para la génesis cultural.
Este estancamiento
genera un tipo de terceridad parcial, incompleta: paleo-mitos escindidos,
compuestos de fragmentos absolutistas. Si el dios, el mito, el teorema, el
poema o la obra eran absolutos relativos, la conversión del demon relativizador
en absoluto, en contramito, en contra obra, será un relativo absoluto.
El gran problema
cultural en este milenio, consiste en establecer fórmulas para relativizar lo
relativo vuelto absoluto, ejecutar un segundo contragolpe constitutivo. En ese
contexto, las "filosofías débiles", el "estilo
deconstructivo", el "proyecto dolce", el producto light, la vida
soft o la geometría blanda, son meros síntomas de la situación más que ensayos
de solución personal.
El demonismo, ese
colapso, esa dificultad, en la que afloran toda suerte de resurrecciones
dogmáticas, devenidas en la eliminación de los registros éticos, a los que hice
mención en editorial pasada, como única salida de la matrix y del estado de
degradación del ser.
Si el medioevo nos
parece íntimamente ligado a la peste, la tuberculosis aparece ligada al
romanticismo, este tiempo está ligado por somatizaciones devenidas de
instancias de incertidumbre ante un mundo que no se entiende, asimiladas al
cáncer, el sida y el covid. Estos tienen como agentes extraños seres que nadie
ha llegado a visualizar claramente y que se han denominado retrovirus, Igual
que ellos.
El dogma de lo
relativo no ataca directamente, no pone en guardia al anfitrión frente al
virus, sino que altera insospechadamente, afecta a su génesis, a su memoria. El
anfitrión, incapaz de enfrentarse contra sí mismo, sucumbe por debilidad o
malformación… Como las comunidades eliminan toda referencia a la verdad, contra
la penetración de la mentira de ninguna verdad, como fuente de toda información
del acontecer del mundo.
Una mirada hacia la
realidad, inventada o real concreta, me bastaría para ilustrar profusamente
cualquier sintomatología para la alteración de los demoníaco en demonismo, cual
metáfora de la existencia en era de la post verdad, que derrumba todo intento
de liberación.
Nos queda el
lenguaje, cuál componente de la historia, pero cuando se desplaza por la
confusión en que medios y redes sociales narran el presente sin destino y
pérdida de sentido, el vacío de significados provoca una pérdida de la vigencia
de lo “real” para, de ese modo, dejar el pensamiento humano librado a una
suerte de ser un eterno paria de lo que jamás aconteció.
Y bien, nada sucede
a destiempo y el lenguaje es el instrumento que utilizo para describir la
realidad obtusa que experimentamos. El lenguaje es la base de la narrativa que
podría ser de utilidad para asimilarse a una propuesta plural, profundamente
política y antiautoritaria.
(*) Filósofo,
poeta, artista, periodista y músico argentino. Pionero en el arte performativo.
Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean
Baudrillard. Autor del "Manifiesto de los Indignados contra el
Neoliberalismo'' año 2011. Miembro de The World Literary Academy (Cambridge,
Inglaterra), "Biography of the year Award" Historical Preservation of
America (1986), "Man of the Year" I.B.C Cambridge 2004.
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