¿DÓNDE VAMOS?
JOSU AIZPURUA
El desastre se
vislumbra en el horizonte, pero es el horizonte de los viejos, los jóvenes no
tienen referencias y el aislacionismo generacional y el individualismo
reinante; se lo impide. No vivieron el franquismo y la “extrema derecha” les
suena a chino; todo son partidos.
La sociedad actual, el antiguo capitalismo, está basada en un individualismo en competencia, una clase media disgregándose, un divorcio acabando con la familia, y una juventud superviviente ante la que se presenta una sociedad dividida en ricos y renta básica.
Los mileuristas,
asegurados con renta básica dejaran de ser un peligro proletario, o eso piensa
La Casta. De ella no se podrá salir a una “clase media” en la que el
proletariado soñaba como posibilidad. El sueño americano perderá atractivo, por
imposible.
En el antiguo
capitalismo, el ciudadano nacía con su “fuerza de trabajo” como garantía de
supervivencia en la vida. De cómo y dónde la vendiera dependía su progreso y el
de su familia. Era el “homo faber”, que ha desparecido ante el nuevo orden
social, donde robots y falta de trabajo dejan desguarnecido al trabajador. El
Mundo del joven es opuesto al de sus padres y abuelos.
Nosotros los viejos
vivimos la Dictadura fascista, la Democracia78, la UE, y tuvimos el relato de
los mayores sobre guerras mundiales y estatales. Los jóvenes de hoy se
enfrentan sin relatos alternativos a una maquinaria mediática de pensamiento y
orden social; Único.
Los que conocimos
el pasado, sin deberes al pesebre, no tenemos forma de llegar a la juventud, sólo
a vanguardias, y La casta nos anatema de “comunistas” cosa que en los 70 era un
mérito democrático, pero que hoy han conseguido revertir. Muy pocos eran
entonces comunistas y menos hoy, pero, el relato de La casta se impone. Los
libros, el antídoto para descubrir a las castas, hoy ya no existen en la órbita
mayoritaria juvenil, que los ha sustituido por los GYM. Gracias libreros por
seguir ahí, aunque ya solo os visitemos los viejos.
Las Bibliotecas
donde pasábamos la juventud de los 60 nuestras horas de ocio, están vacías y
las discotecas llenas.
El contrato fijo,
que hace muchos años tenía una virtualidad existencial, hoy ya no tiene sentido
y PPVOX será lo primero que matice a favor de un empresariado dentro de un
nuevo orden social en el que el contrato para toda la vida será inviable.
Si los jóvenes quieren, se forman y se reforman, el nuevo Orden Social, será favorable al progreso humano, pero si siguen como hasta ahora, pasotas, nuestro porvenir será el desastre social, la vuelta a la fuerza como valor supremo y el ref.erzo de La Casta
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