lunes, 2 de agosto de 2021

D.E.P. RESERVA NATURAL DE LA GRACIOSA

 

D.E.P. RESERVA NATURAL DE LA GRACIOSA

POR AHUL!-JUVENTUDES AHORA CANARIAS

Se abrió la veda, ahora cualquiera con dinero puede ser propietario en La Graciosa sin tener ningún tipo de vínculo con la isla. El ejército de «viviendas vacacionales» en manos de europeos y la cantidad de obras (muchas en claro estado de abandono) es una muestra de ésto.

En aumento de coches particulares en una isla con calles de arena y apenas 30km2 (90% es espacio natural protegido) hacen que incluso haya tráfico constante, superando muchas veces el límite de velocidad con el consecuente  peligro para los peatones y ciclistas, una actividad totalmente general en Caleta de Sebo.

 

¿Quién se iba a imaginar decir «cuidado con los coches» en La Graciosa?

 

El incesante aumento de población así como de visitas diarias a pesar de la pandemia (+1000 personas al día), unido a la falta de respeto y consideración reinantes en ésta sociedad individualista y superficial hace que la isla esté cada vez más sucia, con una cantidad insultante de colillas, latas, botellas y mascarillas tiradas por todas partes, incluso a varios kilómetros dentro de la reserva natural, por lo que la excusa de las gaviotas no sirve. Incluso en playas alejadas como la francesa o el núcleo de Pedro Barba no quedan libres de éste tipo de basura.

 

A todo ésto, habitantes gracioseros y gracioseras nos cuentan muy indignados cómo cualquier europeo construye lo que le da la gana, saltándose la estética tradicional del paisaje urbano y levantando segundas plantas sin problema, mientras que a ellos y ellas les ponen mil trabas para poder simplemente «techar un patio» para poder ir al baño sin estar sujeto a las inclemencias del tiempo. ¿De qué sirvió la pantomima de la octava isla en Madrid? ¿A qué vino el show de la octava estrella si ni siquiera le ponen contenedores a las calles como es debido? ¿Por qué se usa la isla como gallina de los huevos de oro dándole la espalda a sus habitantes naturales?

La isla de las calles de arena,en las cuales podías caminar descalzo a todos sitios, de playas impolutas y hechizante tranquilidad…murió.

El hambre de dinero y la endofobia más colonial se la está terminando de llevar por delante.


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