EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Si no sacamos las
caretas y máscaras de los que intentan esclavizarnos y los traidores que se
venden por unos pesos, lo que manifiesto seguirá vigente y potencializado. Soy
un humanista y respeto a quien se juega la vida por un ideal, sin sponsors ni
marketineros de posverdad, tan publicitados en medios fabuladores y mentirosos.
En este tiempo de
política única, globalizada, ¿tenemos idea bajo el régimen en que permanecemos?
¿Advertimos que se trata de un régimen político y cuál es su política? ¿Nos
preguntamos qué función puede tener la pluralidad de formaciones diversas,
indispensables para una democracia real y concreta, ahora que se ha instalado
la afirmación, que sería blasfemo rechazar el dogma de que la economía de
mercado representa el único modelo posible de sociedad?
“No hay alternativa
a la economía de mercado” vociferan los gobernantes ignorantes y sus acólitos
financistas offshore, aplaudidos por sus fans argentos, psicopáticos y demás
‘yerbas’… un dictado no solo débil sino carente de fundamento, ¡pues la
economía de mercado encubre una economía puramente especulativa que la suplanta
y elimina como destruye todo lo demás!
Afirmar de forma
compulsiva y violenta, que existe un solo modelo de sociedad, sin alternativa,
no sólo es absurdo, sino directamente estalinista. Es un discurso dictatorial,
que ha lanzado en Argentina Macri y en el cual ha confinado al pueblo al
espacio del pensamiento único, bajo pena de ser un clandestino o subversivo,
que puede alterar el ¿orden? social, ya de por si subvertido, bajo el régimen
de la posverdad, instalada en este país, bajo la puesta en escena de una
democracia fingida, procedimental, mutada en totalitarismo argento, modelo
tercer milenio… la economía de mercado ha aplastado y triunfado sobre la
política, pero en realidad, no se trata de economía, sino del mundo de los
negocios, el business, hoy entregado a la estafa y la especulación, como modo
de vida.
Una economía
histérica, inoperante, distante a años luz de la sociedad y por esto, de la
economía real, pues esta no existiría sino en función de la sociedad y sólo
encuentra sentido en su vinculación con la vida de los pueblos.
El neoliberalismo
argento, simuló construir economía y sólo ha hecho negocios pretendió hacer
negocios y sólo hizo especulación ya se conocen las atroces consecuencias que
ha tenido en estos casi tres años de gobierno de Macri, en millones de
argentinos sumidos en el hambre y la miseria represión y persecución
sistemática son la respuesta a quienes se manifiestan en libertad de expresión,
en actos de intentar resistir, bajo el amparo de la justicia, hoy de la mano
del ejecutivo, el desastre argentino, que ha tomado perfiles catastróficos. La
prensa del mundo lo sabe informar de manera muy clara, en Argentina, los
criminales dispositivos mediáticos, blindan la mentira de este gobierno,
fanatizado por la locura de los flujos financieros y los préstamos de miles de
millones de dólares del FMI, el templo sacrosanto del gobierno de Macri.
Cual ‘acto de
vida’, en desfavor ‘del montaje de la historiola’ que se construye en el
presente y de los intentos de dar legitimidad a la “ficcionalización” de
escribas, del relato del presente, fraguada en el fogón de los discursos
reduccionistas, de las ideologías de ocasión, se les puede ignorar y decirles:
¡Basta de cabaret!
En el vasto
entramado de discursos de la contemporaneidad, pueden reconocerse, como
paradigmas innegables, los relatos que
-desde la ficción- indagan, preguntan, representan la realidad social
mediata e inmediata.
El régimen
imperante, nutrido de simulación, ha perdido sus vínculos con el núcleo
esencial de nuestra razón de permanecer en él a históricamente. El universo
continuará su movimiento, pero quienes nos nutrimos de verdad y libertad, ya no sabremos qué decimos, escribimos o
dibujamos en él. Hay una inversión total, y la mirada mía es una reflexión
filosófica, tecnológica, poética, pesimista sobre la pérdida del mundo…No hay
espacio ni tan siquiera para el socialismo modelo tercer milenio, imbuido del
Cabaret neoliberal… instalar nuestra presencia en vida: ‘cero’.
Acomodémonos en
este mundo que habitamos, de cara a un futuro posible, indiferentes a toda
imposición de los ‘imbéciles’ que manipulan nuestra existencia, de manera
grosera y prepotente.
No aceptar las
herencias de ‘última hora’ impuestas por el régimen, que atentan contra la
condición humana en su esencia y sentido… reinventarnos a nosotros mismos, aún
en la ilusión de lo real, resucitándonos, decidiendo que el relato de nuestra
historia lo construiremos desde la verdad ontológica y lógica, a partir de un
discurso que se erigirá incuestionablemente como expresión de una objetividad
integral, un paso hacia una opción ética y estética fascinantes, en abierto
ataque frontal a la sociedad de consumo y alienación, hoy en plena vigencia.
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