JM AIZPURUA
¡Viva el vino y la
Gran nación de 500 años! ¿A que ya saben de quién voy a escribir?
Efectivamente; de ese gran filósofo que descubrió que un vaso es un vaso y un
plato es un plato.
Tan brillante
trayectoria política e intelectual solo tiene un pero: que es fascista.
Y como el Cid,
después de muerto se ratifica en su ideología y nos revela que “a mi me echaron
la extrema izquierda y los independentistas” con lo que se desprende que “esa
gente” no es válida ni sus votos tienen valor: el pensamiento fascista en su
versión clásica de buenos y malos. Después de esa clasificación ciudadana, a
los malos ya se les puede hacer lo que sea necesario para que los buenos puedan
seguir conduciendo a la patria por el camino de Dios. En Auschwitz dieron con
un buen método que afortunadamente los Aliados demócratas y comunistas interrumpieron.
No son demócratas,
nunca lo fueron y ahora no van a cambiar, pero nosotros no debemos dejarles
entrar en el rebaño sin abjurar de sus tesis: no existe el “fascidemo” ni nada
que se le parezca: todos los ciudadanos-as son iguales ante la Democracia.
El irrespeto al
cargo según quien lo ocupe es una muestra de fascismo.
Para esta gente
solo ellos tienen derechos y a los demás se les tolera si son dóciles y
serviciales. De ahí que rojillos de tres al cuarto se vean obligados a
proclamar su patriotismo premium para que a su pesebre le sigan llegando
municiones.
La sarta de
mentiras que sigue desgranando el susodicho filósofo es la de siempre; los
puestos de trabajo que creó (2 millones) ocultando que primero eliminó uno,
luego en ese puesto metió a cuatro en contratos temporales de horario reducido,
y con ese método se rio de la estadística y del precariado.
Y sigue ocultando
que su torpeza fue la que le llevó a la dimisión pues ni los suyos lo querían y
prefirieron a “los rojos” antes que él y su banda de inútiles siguieran
hundiendo Cataluña sin saber qué hacer con el 155.
¿No habrá nadie,
ninguna institución que sea capaz de exigir las responsabilidades a este espécimen
de lerdo fascista? Sus idioteces, su falta de carisma, su torpeza que llamó
Ruiz a quien era Sánchez, su franquista inoperancia dando la espalda a los
problemas y esperando a que se olvidasen, nadando entre la corrupción con escafandra,
son unas características gestoras merecedoras de una repulsa general y una
ejemplar sanción.
Fue un freno en el
Espíritu de la Transición y un acelerador del neoliberalismo, cediendo ante los
Lobys y allanando su camino. Los viejos y viejas le debemos que se bebiera nuestra
hucha de pensiones; que aproveche Don M. Punto. La suya no peligra y además se
sacó un milloncito en la poltrona y ahora que ya está en condiciones de recibir
sin el ojo censor encima, seguro que se saca un par de ellos más.
Llámame perro y
tírame pan, que diría el lerdo.
No dice hoy que su
gestión hace que sus “españoles”, la Gran nación de 500 años hoy tiene un
tercio de su población que vive en la zozobra, y en ese ranking de la eurozona
la Gran Nación ocupa el número 25 de los 28 Estados y solo Letonia, Lituania,
Rumania Grecia y Bulgaria se encuentran por detrás de la Gran Nación de 500
años en lo que podríamos llamar calidad de vida, el estado de bienestar de sus
capas populares. Pero ¡atención! ocupa el número 14 en el PIB. No hace falta
ser economista para deducir que tanto pobre es producto de los muchos ricos.
Hay que repartir mejor.
¿Esto de quien es
culpa? ¿De los rojos? ¿De la conspiración judeo-masónica? ¿De Moreno o de
Monchito?
Asuma D. Pinocho,
que es usted por acción u omisión es el responsable de engañar con su supuesta
honradez de pantalla para que los bandidos de siempre esquilmasen los caudales potenciales
del Estado.
Es la historia
interminable de una casta que si no la paran; no dejará ni las raspas.
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