miércoles, 18 de enero de 2017

REVERSE.



REVERSE.
L SORIANO

¿Se imaginan un auto, barco o tren sin marcha atrás?   Difícil de imaginar que solo puedan ir las maquinas solo hacia adelante.     Pues bien, con la Administracion se da la circunstancia de que no solo no tiene marcha atrás, sino que la desconoce desde la base. Así pues, según sus parámetros su dimensión o necesidad de gasto o financiación solo debe crecer, nunca, bajo circunstancia o evento alguno, disminuir. Y además sin criterio y sin medida, solo a discreción, y a veces a capricho, de quien disponga de la capacidad de recaudación y endeudamiento. Esto es una carrera sin control a gastar sin medida ni mesura, dinero y mas avales, para comprar voluntades y cosas peores. Y para eso claman que hay que recaudar más del contribuyente. Ellos explican mal o muy mal donde se lo gastan, y que precios pagan por lo que deciden, pero la consigna es jamás retroceder, sea cual sea la circunstancia.
Sin decoro, sin escrúpulo, sin vergüenza alguna, predican la bondad de la confiscación fiscal desincentivadora, que aplican sin piedad donde les dejan hasta que acaban colapsando y taponando el flujo fiscal. Si se recaudan 20MM menos, la solución que pretenden aplicar es aumentar la presión fiscal, no reducir el gasto, ya que no existe en su concepción la marcha atrás. Y resulta patético ver, que en el marasmo del desquicie derrochador, amenazan a los que tratan de moderar y controlar el sufrimiento fiscal, si no suben a su nivel para disimular sus latrocinios. Y le han puesto un nombre rimbombon "armonización fiscal". Pero eso si solo en una dirección. El aumento. Podría ser bajar todos, suponía concederían, pero no, parece que no, que eso ni se da ni se le espera. El agravio comparativo en que les deja sus aireadas vergüenzas, les pone del hígado. Y muchos de los confiscatorios elementos recaudatorios finalizan en embargos o en recibir herencias renunciadas, para almacenarlas hasta que se pudran, ya que el sistema de recuperación o transformación en efectivo es ciertamente inútil. Pues les da igual. Prefieren convertir en chatarra y basura los "bienes" antes de dejar que los ciudadanos dispongan libremente de ellos. Y eso ya es perverso. Castigar al que ahorra o crea, favorecer a la cigarra en vez de a la hormiga, es, y está ampliamente demostrado, el paso  previo al desastre social. Que todos los territorios sean paraísos fiscales propondría si duda.

A reflexionar

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