NOS LA VAN A COLAR
ELISA BENI
El PP ha
decidido solucionar un problema que no existe. La instrucción de los procesos
penales por parte del juez. El PSOE está muy de acuerdo en apoyarle en ello.
Podrán pactar y acordar un cambio que no soluciona nada que nos acucie, pero
que a ambos partidos les debe parecer prioritario. Han comenzado ya los
movimientos de formación de la opinión pública para hacernos aplaudir un cambio
que no sólo no es necesario, ni mucho menos urgente, sino que puede ser
peligroso y contraproducente para el funcionamiento del Estado de Derecho. Nos
la van a colar y encima van a pretender que les aplaudamos el empeño.
No es un tema
tan técnico como pretenden. Trata del control del poder y eso lo vamos a
entender todos rápido. Fue Felipe González el que comenzó a pensar que los
jueces en este país tenían “demasiado poder”. No es raro. Se arriesgaba a que
le enviaran a prisión a unos cuantos cargos importantes. Lo resolvió reformando
la manera en la que el juez podía adoptar la prisión preventiva e introdujo la
obligatoriedad de la petición acusatoria, para meter al fiscal por medio. Sólo
doy datos. El PP siempre estuvo en contra de entregar la instrucción a la
Fiscalía, arrebatándosela a los jueces. No hace falta ser un lince para saber
cómo y por qué se han caído ahora del caballo y se han reconvertido, después de
ver el calvario judicial que han atravesado en los últimos años. Intentar
controlar a los jueces, a través de nombramientos y otras zanahorias y palos,
es complejo, indirecto y no totalmente satisfactorio. Las carnes de los
populares lo saben, y los ciudadanos también. En cambio, hacer que la Infanta
no sea acusada o que no se impulse la acción penal en temas como los Papeles de
Bárcenas, Pujol y otros muchos, que arrancaron gracias a acusaciones populares,
no resulta tan difícil. A las pruebas me remito.
Así que han
decidido solucionarnos ese problema que nos inquieta tanto y que estriba en que
los jueces instruyan con independencia, aunque sin medios, que esa también es
otra forma de ponerle palos a la rueda.
Los argumentos
que se esgrimen, para vendernos una idea que a ciertos políticos les encanta,
son fácilmente rebatibles. Ni importa que el juez instructor sea una figura
diferente a la de otros países, ni es fácil llevarla a cabo con el número de
fiscales existentes, ni es aceptable que un fiscal dependiente jerárquicamente
pueda investigar y tomar medidas contra los ciudadanos por mucho que a
posteriori las controle el juez. No pongo en duda a los integrantes de la
Fiscalía, pero sí a quiénes mandan y en modo alguno van a dejar de hacerlo.
Ni yo, ni
ninguno de los detractores de este cambio innecesario y peligroso, tenemos nada
que objetar a la capacidad profesional de los fiscales españoles, pero me temo
que la tenemos toda contra los dos grandes partidos que han politizado y
manipulado durante décadas las reglas del juego para buscar crear una burbuja
de impunidad para el poder.
Si de verdad es
tan operativo que sea el fiscal el instructor, no veo otra salida que convertir
a los fiscales en parte del Poder Judicial y hacerlos totalmente
independientes, como sucede en otros países, por cierto.
La instrucción
penal sólo puede estar en manos independientes del poder en una democracia. No
dejemos que nos la cuelen de nuevo. Los cambios, los pactos en sí, no merecen
aplauso alguno. Es su contenido el que debe satisfacer la necesidad de una
sociedad más libre y de una auténtica regeneración democrática que la inmensa
mayoría de los españoles desea y que es la única esperanza de progreso para
todos. Eso es lo que deben de reformar y pactar. Que no nos la cuelen de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario