domingo, 4 de diciembre de 2016

“EL HÉROE HA MUERTO”



                “EL HÉROE HA MUERTO
POR: EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Cuando se calumnia a los puros, cuando la ética no encuentra su sitio, cuando se manipula a los hombres probos como si fueran residuos, cuando se aniquila la nobleza y en los tribunales se acepta la mentira…cuando se deshonra nuestro pasado y se falta a la palabra empeñada, cuando una comunidad entera comienza a tener la certeza que los dueños del poder no escuchan razones ni argumentos y que no existe apelación posible, cuando ya se cae en la cuenta de que existe una desinformación cierta al servicio de intereses particulares, sin importar el nombre que elija el sistema para enmascarar su avidez, su egoísmo… cuando la miseria es la norma, cuando de a poco se cae en la cuenta de que Ellos están dispuestos a destruirnos, cuando finalmente el pueblo cae en la cuenta de todo esto, pienso que ha llegado la hora.

Ha llegado la hora de la justicia y no hay nada más humano y más pleno de sentido que la “justicia” ejecutada por los que resisten al poder de los estúpidos, a la justicia criminal, a la avidez pequeño burguesa, a la hipocresía de los políticos, a la inflexión de los intelectuales, a la manipulación de las corporaciones económico-mediáticas.
Esa visión comienza a recorrer el mundo: la figura del héroe mítico aparece en los sueños, se desliza y corre entre la gente, como un rumor y una leyenda…levemente…suavemente.
El héroe siente una llamada, asume una responsabilidad que le exige convertirse en alguien más fuerte, más sabio. Debe enfrentarse a peligros y desafíos que lo fortalecerán, tanto física como mental y emocionalmente. El camino es largo y agotador; el héroe duda, pero nunca se rinde; el héroe tiene la última palabra.
El héroe, emblemática figura que brilla hoy por su ausencia, salvo el último que podría considerarse tal, ha muerto hace unos días, el Comandante Fidel Castro, heroico revolucionario, que vio cristalizado su sueño de construir en su amada Cuba, una comunidad donde la igualdad, la solidaridad y equidad sean norma… la salud y la educación, piedra angular de su gobierno. Asimilado a la filosofía estoica, a la que adhiero, supo hacer de su vida una epopeya y una aventura sin igual en el siglo XX.
Estamos de luto todos los que creemos en las revoluciones, como cambio de paradigma, para, de ese modo, permanecer en una tierra libre y solidaria, debemos tomar una posición muy clara acerca de que deseamos para nuestra Latinoamérica balcanizada y fragmentada, los tibios y matizados burgueses mezquinos y ávidos, revolucionarios de shoppings periféricos, que se amedrentan ante el atropello de dictadorzuelos neoliberales, y su cobardía, deben ser absolutamente ignorados.
Todo lo anacrónico es obsceno, pues, mientras existen todavía millones de seres en el mundo que mueren de hambre, mientras tantos hombres valientes luchan a brazo partido por su libertad, los gobiernos y los medios que los blindan, escupen en esos millones que llevan sobre sí el peso de soñar por un mundo diferente, ese mundo que el héroe desea conquistar y entregarlo a quienes lo esperan con emoción, que no puede nada ni nadie ocultar.
Ha muerto un prohombre, un revolucionario que con valor e inteligencia supo enfrentarse al capitalismo explotador. Lo ha dado todo por su amada Cuba. Todo es provisional menos las épicas, construidas por estos héroes que no se repiten. Ha tomado las medidas exactas y precisas, para que Cuba tenga lo necesario para vivir con dignidad. Un pueblo, el cubano, que ha elegido su destino de grandeza.

No hay otro tiempo que el que le ha tocado a Fidel, que por siempre permanecerá en la memoria de quienes abogamos por permanecer en un mundo donde la igualdad, la solidaridad, la verdad y la libertad sean el horizonte a alcanzar. ¡Hasta siempre comandante Fidel Castro!, junto con el inolvidable Che Guevara se rebelaron al poder de las bestias capitalistas. Y, ¡hasta la victoria siempre!, más que nunca, hoy, cuando los inútiles gobernantes esclavos del neoliberalismo, reprimen, persiguen, silencian las voces de quienes se pronuncian a favor de los pueblos libres. Fidel Castro, referente inclaudicable de la revolución.
Vivimos quizá una época histórica en la que hemos visto cómo grandes utopías han quebrado. Ahora, se mantiene vigente más bien una utopía sin pretensiones, que había permanecido latente, oscurecida por la prepotencia de la otredad, cómplice en su ruidoso silencio, del silenciamiento de quienes toman la posta de las revoluciones rezagadas.
El hombre de hoy, se siente cómodo en un ambiente de levedad en el que los individuos, más liberados de la influencia de los demás, se disponen a probarlo todo. Se ha abolido lo trágico y se navega con soltura en una mentalidad frívola, no comprometida, devaluadora de lo real, ¿qué sentido tiene la presencia del héroe real y concreto en este tiempo inactual, donde lo virtual y simulado, imponen criterio?
Cuando se pretende eludir el compromiso, se elude la realidad, porque la vida está plena de compromisos, sobre todo el de uno con uno mismo. La vida es optar y adquirir vínculos. Quien pretenda almacenar intacta su capacidad de optar no es libre: es un prisionero de su indecisión, y no olvidemos que la Historia es cruel a la hora de vaticinar los holocaustos cotidianos.
Ha muerto Fidel Castro, último héroe de la libertad y la dignidad, ícono de nuestro tiempo…ha luchado contra la mentira, contra la discriminación, contra su mismo entorno familiar, cuando lo impuso el momento.
¡Salud! Fidel Castro, has entrado en la historia de la humanidad y estarás junto a los hombres y mujeres, que son símbolos de libertad, los que abogaron siempre a favor de existir en un planeta, donde quepamos todos, en igualdad, solidaridad y fraternidad.
Finalizo, compartiendo con ustedes, unas palabras de otro héroe de la libertad, Nelson Mandela, admirador y amigo del comandante Fidel Castro, dirigidas a una humanidad anestesiada, degradada y a sus ineptos, incapaces y falaces gobernantes de turno y a los que esperan en el banquillo su momento de rapiñar.
Creo, compartirán, al margen de cualquier tendencia, pues la única que habría que seguir, es la de la verdad que nos hace libres:
“Si no hay comida cuando se tiene hambre.
Si no hay medicamentos cuando se está enfermo.
Si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas.
La democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento
”.
Nelson Mandela


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