lunes, 21 de enero de 2013

Argentina: ¿país democrático?


Argentina: ¿país democrático?

Eduardo Sanguinetti
- Filósofo(Ph.d., Cambridge
, England)

En la República Argentina al amparo de quienes dicen combatirlo el fascismo está instalado subrepticiamente y pareciera que por siempre. Esta aberración que no es producto de una fábula, ni de un mal sueño no es manifestada ni interpretada así por la inmensa mayoría de los políticos, ni por los medios de difusión, ni por los periodistas, ni por los escritores, ni por los "intelectuales", pero sí manifestada en voz baja y con temor por una mayoría de ciudadanos que en silencio esperan un milagro de libertad ante tanto atropello a los Derechos Humanos , a la Constitución, ante tanta impunidad y autoritarismo puesto en acto.
El fascismo es una formación autoritaria de juventudes organizadas en milicias unidas por el símbolo de las fasces romanas, esto es, la insignia del cónsul romano, para imponer un nacionalismo jerárquico opuesto al "internacionalismo" socialista. El autoritarismo basado en la supresión de los partidos políticos y los derechos individuales fueron la consecuencia inmediata en la Italia mussoliniana. Nacionalista, guerrero y antidemocrático, el fascismo fue copiado en todo el mundo con distintas variantes. En España, representado por el Gran Dictador Franco.
En Argentina el general Juan Domingo Perón fue el heredero auténtico del fascismo, creador de un movimiento de masas "el peronismo" que a lo largo de seis décadas marcó el rumbo de la historia política y social de la Argentina, con breves interrupciones de golpes de Estado y algún intento democrático fallido. La dictadura de Las Juntas Militares eligió entre todos los sistemas para eliminar a una generación , el mismo método genocida del "generalísimo" Francisco Franco.
El fascismo es, pues, antagónico de la democracia en su sentido estricto y no difiere del sistema de partido único perteneciente al Estado de cualquier régimen comunista.
Esta breve reseña con la que intento definir el contexto de este comentario es fundamental para avanzar en él.
¿Existe en la Argentina actual una clara existencia de partidos políticos o éstos tienden a desaparecer defenestrados por el poder del partido gobernante tal como ocurriera en México, por ejemplo, en los años que siguieron a la revolución zapatista original?

¿Existe en la Argentina de 1945 a esta parte algún vestigio de democracia sindical sin exigencias de "personería gremial" otorgada por el Estado y sin afiliación cuasi obligatoria?
¿Se da en la Argentina partidocrática que nos toca vivir la posibilidad de "internas abiertas" (pese a la ley que sigue vigente) o de alcanzar un rango en una lista partidaria por mérito propio y no por amiguismo o nepotismo?
Este es un país esencialmente prepotente y autoritario. Los piqueteros que toman comisarías para convertirse luego en funcionarios del gobierno con una impunidasd que aterra. Los sindicalistas que muchas veces se "refugian" en el búnker del sindicato para no ser desplazados. Los consejos de profesionales que obligan a afiliarse para ejercer cualquier profesión. La educación básica y la superior basada en "planes de estudio" de contenido oportunista y político variables en maneras y manías según el amplio expectro de programas existentes adoptados a los usos y costumbres de las distintas provincias.
Acá no hace falta ganar elecciones libres. Hace falta tener patoteros armados que impidan que cualquier ciudadano se acerque siquiera a lidiar por un cargo sindical o político. Lo manifestado no lo ignora ninguna de las voluntades lúcidas que aún quedan en esta tierra, pero estos se remiten al silencio, la pausa y la espera, esperando el "milagro". Actitud anacrónica al ser y pensar de un pueblo que dice vivir en Democracia..
Esto no pretende ser una acusación, sobre todo en materia de manejo del dinero. Es un dato que los fondos públicos los usa indiscriminadamente el jefe de gabinete si superan lo presupuestado. Y el año 2007 tiene previsto un crecimiento del 4% cuando todos los pronósticos serios anuncian un mínimo de un 6% (con un arrastre estadístico de un 3%).
¿Es verdad o no que muchos fondos se usan para hacer obra pública en provincias o municipios adictos al poder?
Hay intendentes que han sido de todo, como un tal Quindimil (intendente del Partido de Lanús, Provincia de Buenos Aires), para citar un ejemplo. Renovadores, menemistas, duhaldistas, kirchneristas, pero sobre todo y ante todo peronistas.
Da igual, ¿esta es la nueva política?
Pero no quiero desviarme del centro de atención. En un país donde las patotas y los barrabravas son sostenidos ¿por el poder político? no dejando de estar presentes en todas las manifestaciones con sus consabidos bombos e incluso armados (como "la Tuta" en el hospital Francés o Quiroz en San Vicente) ¿ante este estado de cosas puede instalarse una democracia en su genuina expresión?
¿Por qué no se anuncian las internas abiertas en el peronismo?, de las cuales surgiría el candidato legítimo al cargo de Presidente de la República.
¿Por qué se reformó el consejo de la Magistratura pese a la oposición de la inmensa mayoría de los juristas otorgando un poder político a un tribunal? ¿Por qué fue votado en el Congreso? ¿Alguien confía seriamente en la Justicia?
Esta es la base de la gran decadencia de la Argentina. Acá no hay un estado de derecho. "Al enemigo ni justicia", dijo alguna vez Perón. Los derechos humanos no deben defender a criminales o ladrones dice Patti. Es decir que si por casualidad cae en nuestras manos un ladrón crucifiquémoslo. Ya que perdió sus derechos. Eso lo dijo Perón, señores. El mismo líder cuyos restos eran llevados a San Vicente cuando los pistoleros se agarraron a tiros. Ese líder que dijo: "Por cada uno de los nuestros que caiga caerán cinco de los de ellos" . Un líder cuyo nombre figura en toda la geografía del país casi sin excepción, ¿qué podemos esperar? *
Publicado por MARIANA TURCHIO 


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