sábado, 28 de enero de 2012

Indignados por Malvinas

 

Eduardo Sanguinetti, Filósofo
¿Qué esconde Cameron en sus discursos? ¿Qué intenta Estados Unidos llevar a cabo con su manifiesto de aceptar la “administración de facto” de Inglaterra omitiendo decir algo acerca de la soberanía de las Malvinas?…mas  no deja de acompañar su manifiesto de ¿buena voluntad? en el conflicto del archipiélago, las pretensiones del Departamento de Estado de cobrar alguna deuda ¿pendiente?
La debacle universal financiera, armada cual pliegue de espectáculo, por la globalización neoliberal, nos brinda parte de la explicación.
La aparente consolidación de la Unasur, liderada por la Argentina de la presidenta Cristina Fernández, la cuestión Malvinas y el petróleo, conforman un frente demasiado tentador para las potencias neoliberales, en búsqueda de recursos naturales, además de seguir consolidando su rutina histórica, de avasallamiento a la libre autodeterminación de los pueblos y su adicción a las guerras colonialistas.
Creo que no está de más volver la vista atrás y recordar la epopeya de La Vuelta de Obligado, pues resultará vital para la defensa y consolidación del modelo vigente hoy en nuestra región. La flota anglo-francesa que nos invadió en 1845 (como la inglesa en 1806/7 y 1833), regresó con la OTAN en 1982 y hoy ocupa Malvinas, parte de Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.
El portal oficial de la RAF describe las invasiones en Libia, Afganistán, Irak y Medio Oriente. Ligado a esta última región, están los Balcanes y luego las Malvinas. El portal de la Royal Marine, describe la posibilidad de enfrentamientos bélicos inminentes y no nos sorprendamos si las Malvinas están aún más cercanos a Noráfrica y a Afganistán. ¿No inventarán algún ardid y harán lo imposible para crear un enfrentamiento y posterior invasión a nuestros territorios?
Recordemos que el 2 de abril de 1982 Argentina toma posesión de las Malvinas y las islas del Atlántico Sur, declarándole la guerra a Gran Bretaña. En este año 2012, se cumplen treinta años, de esta última guerra de la modernidad, donde un país toma en legítimo derecho territorios que le pertenecen.
Ese mismo día, miles de personas acudieron a la Plaza de Mayo a ovacionar al dictador Leopoldo Galtieri. Plena de un patriotismo desmedido, la multitud aplaudió las palabras del dictador. “…Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla…”
Inglaterra liderada por la ministra Margaret Thatcher emprende su ofensiva y las Naciones Unidas, pide que cesen las acciones y que ambos países negocien.
Mientras tanto, en la Argentina, todo el pueblo sin distinción de banderias, recaudaba fondos y exaltaba el espíritu patriótico de la gesta. Hasta Maradona entrega un cheque de cien millones de pesos. El libro “Estamos en el aire”, que repasa la historia de la televisión argentina, resalta que un programa especial de ATC (Canal7) conducido por Cacho Fontana y Pinky (figuras de primera linea de la TV argentina), al que llamaron “24 horas por Malvinas”, logró reunir más de un millón y medio de dólares, que jamás se supo que destino tuvieron.
Según pasaban los días, la dictadura, a través del control de los medios de comunicación, tomaron al fútbol y al denominado rock nacional, como elementos indispensables para mantener el estado de ánimo triunfalista y patriótico que proliferó en el pueblo durante la guerra.
La Guerra de Malvinas colocó al rock nacional en una postura incómoda y contradictoria. Llegó a ser masivo casi por decreto, no como resultado de alguna suerte de reconocimeinto artístico, dado que después del 2 de abril se censuró pasar música en inglés en medios electrónicos, que en aquel entonces era la más oida. Se prohibió a los Beatles y escuchamos Dulces 16.
El protagonismo repentino tuvo un costo y un nombre “Festival de la Solidaridad Latinoamericana”, generando una dicotomía, pues el rock era útil a un gobierno dictatorial. Todos lo sabían y todos acudieron a la cita.
Se realizó un 16 de mayo y la entrada eran abrigos, cigarrillos o alimentos que serían para los soldados. Nada de lo recolectado llegó a Malvinas. Fueron 60.00 los espectadores de este espectáculo, donde participaron las mayores figuras del momento: Charly García, Leon Gieco, Tarragó Ros, Miguel Canitlo y Jorge Durietz (Pedro y Pablo), Rubén Rada, Dulces 16, Nito Mestre, Litto Nebbia y muchos otros. El grupo Virus, acusado de ser “liviano” fue el único que se negó a participar. Desgraciadamente, todos estos músicos no hablan acerca del tema. Sólo Gieco, se molesta con aquella situación y lo manifiesta públicamente. Para todos los demás, parece que fue un tiempo que nunca existió.
Otro tema para tener en cuenta y hacer persistir la memoria, es que a través de los sucesivos gobiernos democráticos desde 1983 hasta hoy, el Estado tiene una responsabilidad pendiente, por la falta de políticas concretas hacia los ex combatientes en Malvinas.

Desde 1982 hasta hoy hubo alrededor de 600 suicidios de veteranos de guerra, por ausencia de apoyo psicológico, para seguir viviendo después de una guerra. Ignorados y negados incluso, por los dirigentes políticos de turno, los veteranos de guerra salieron a exigir el cumplimiento de sus derechos.
En esa lucha con un Estado sordo, ciego y mudo, algunos no soportaron el peso de ser ignorados y el recuerdo latente de Malvinas y terminaron quitándose la vida. El suboficial Daniel Justo dice: “nadie está preparado para una guerra, porque Argentina no tenía antecedentes cercanos bélicos, por lo tanto no tenía veteranos vivos, como Inglaterra. Fuimos con las instrucciones mínimas y allá nos encontramos con bombas y sangre de verdad, luchando contra un ejército de profesionales…” agregando “hasta fuimos ignorados por la Comisión de Derechos Humanos, ellos nunca nos socorrieron…”
Desmalvinización, desmilitarización son el resultado de la omisión de políticas de Estado, deviniendo en el olvido, la marginalidad y el pase a la clandestinidad de ese período histórico.
Volviendo hoy a los “Indignados de la Cruz del Sur” de habla hispana, internalicemos que el Reino Unido, Obama y los demás ¿civilizados? vienen por nuestros recursos, los más grandes del planeta. Por lo tanto sin olvidar la atroz experiencia de la Guerra de Malvinas, resolvamos crear transformaciones reales en el sistema.
No es delirante pensar, en esta situación de sarcasmo absurdo y a destiempo planteado en este simulado desencuentro, que los indignados del mundo, porten nuestra palabra, como manifiesto. De ahí el anacronismo, en el cruce de palabras que se viene y seguirá produciendo por el tema Malvinas, con una Inglaterra arrinconada en Europa y visualizando, la posibilidad de salir de manera inmediata, de los gravísimos problemas sociales que tiene instalado en su territorio, provocando un enfrentamiento con Argentina, con final impredecible.
Cristina Fernández, presidenta de la República Argentina imbuida de la calidad democrática y el nacionalismo popular, necesario e indispensable, en estas tierras aún despobladas en el interior del territorio de la República, aún con feudos en manos de pocos, que imponen criterios de cipayos a un pueblo hambreado, que debe indignarse para adentro, para así responder en libertad para fuera.
El sarcasmo absurdo y el anacronismo, configuraron en infinidad de ocasiones la alegoría de la historia argentina. Los condicionamientos impuestos a la misma por por quienes la hicieron y escribieron, impidió la formación de este país que hoy la imaginación de algunos cronistas procura sintetizar con datos inconexos de lo que pudo haber sido.
Todo nos insta hoy para un ensayo de entendimiento y acción, manteniendo en suspenso cualquier manifiesto que nos separe de las exigencias del presente y de nuestro despliegue como nación Indignada, en este caso.ante Downing Street.

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