martes, 1 de octubre de 2024

EL “GIRO SOCIAL” DE FEIJÓO

 

EL “GIRO SOCIAL” DE FEIJÓO

DIARIO RED

Alberto Núñez Feijóo — Eduardo Parra / Europa Press

El “giro social” de Feijóo es un trampantojo, pero es un trampantojo que se puede permitir por la incomparecencia de la progresía política

Feijóo está haciendo propuestas sociales, nos dicen los medios de la derecha. El sector más duro del PP se revuelve contra Feijóo por sus propuestas sociales, ratifica la progresía mediática utilizando el viejo cuento para niños de que, en el PP, existiría un sector “moderado”. Bienvenido sea el PP al debate de la reducción de jornada, dice la vicepresidenta Yolanda Díaz, dando por bueno el supuesto “giro social” del líder popular.

Ha cambiado de estrategia, nos cuentan los analistas. Se ha dado cuenta de que Pedro Sánchez no va a apretar el botón de las elecciones anticipadas aunque no consiga aprobar los presupuestos y que la legislatura va a ser más larga de lo que esperaba, explican en off a los periodistas las fuentes del PP. Está reconociendo que no ha podido tumbar al gobierno y ha diseñado una nueva estrategia de medio plazo para robarle votantes al PSOE por el centro, glosan las piezas periodísticas en la prensa de la Corte.

EL EFECTO BRONCANO

 

EL EFECTO BRONCANO

JUAN TORTOSA

David Broncano durante la presentación de la nueva programación de RTVE para la próxima temporada, en Madrid. José Oliva / Europa Press

Si el éxito de una película estuviera asegurado antes de su estreno, el cine lo harían los bancos. Nadie supo predecir triunfos tan rotundos como Casablanca o El Padrino, por ejemplo, y puede que algo parecido esté sucediendo con el programa de David Broncano, el revulsivo de mayor impacto en muchos años vivido en el mundo de la televisión de nuestro país. Si la empresa que produce "La Revuelta" hubiera sido capaz de predecir lo que iba a suceder, seguro que habría pedido bastante más dinero antes de cerrar un contrato cuya firma se llevó por delante al director de contenidos generales y a la presidenta de rtve. Un 9 ó un 10 por ciento de audiencia media habría sido considerado un dato excelente por los directivos supervivientes, que aún no salen de su asombro mientras estudian cómo gestionar tamaño pelotazo.

LA TRANSICIÓN, UNAS NOTAS CRÍTICAS

 

LA TRANSICIÓN, UNAS NOTAS CRÍTICAS

PEPE GUTIÉRREZ-ÁLVAREZ

Creo que no estará de más evocar la “gesta” de los intelectuales orgánicos afines a los partidos dinásticos y algunas instituciones instaladas (PP, C´s, PRISA, RAH, etc.) publicaron una suerte de “Manifiesto” que la Transición lo santificó todo (es lo que ha venido a decir Carmen Calvo), y casi convierten el llamado “Valle de los Caídos” en un “una parte del patrimonio histórico-artístico de la etapa más reciente de España”.

El texto repudiaba todo lo que la Europa antifascista por no hablar el Sudáfrica después del “apartheid”.

En su lugar asimilan la Constitución en la parte que más les interesa: la de un borrón y cuenta nueva en la que los vencedores fueron exonerados de cualquier responsabilidad y en sus puestos, ahora bajo el paraguas de una monarquía votada por Franco. Entre los abajo firmantes, hombres (y casi ninguna mujer), franquistas notorios (un Milán del Bosch la familia de golpistas más añeja del país, el biógrafo de Franco), neoliberales (Stanley Payne) y revisionistas como Pío Moa, pero también una franja de izquierdistas “arrepentidos”: Jorge M. Reverte, Joaquín Leguina, el antaño ácrata Fernando Savater, el lejano tiernista Javier Nart, y uno cuantos más modernizados en la nómina de Albert Rivera, de triste memoria.

ALGO ESTÁ PASANDO EN LA TELE (Y NO, NO ME REFIERO A BRONCANO)

 

ALGO ESTÁ PASANDO EN LA TELE (Y NO, NO ME REFIERO A BRONCANO)

IRENE ZUGASTI 

Llevamos varias semanas asistiendo a la batalla de audiencias entre Pablo Motos y David Broncano y la lectura política que se ha hecho de la misma. Mientras, se ignora otro fenómeno absolutamente fascinante

El brillante estreno de David Broncano y su equipo en Televisión Española para disputar la franja del entretenimiento nocturno a Pablo Motos y Atresmedia ha sido interpretada por muchos como una suerte de advenimiento progresista a la televisión de toda la vida, cargado de justicia poética y apoyado por unos muy buenos números de audiencias. No seré yo la que no celebre esta cura de humildad al señor de las hormigas, por supuesto. Es un gustazo ver que cada noche se desinfla un poquito más. Pero no comparto el entusiasmo desbordante que ha generado y sigue atragantándoseme bastante un formato lleno de tíos, guionizado por tíos, y donde sigue pareciéndome bastante obvio que no terminan de saber bien qué hacer y cómo encajarnos a nosotras, las mujeres.

EL ULTIMO VERANO

 

EL ULTIMO VERANO

DUNIA SÁNCHEZ

Iba de mi mano. Juro que iba de mi mano, paseamos entretenidas en las vivencias del mercado de los domingos. La música folclórica tintineaba a nuestro rededor y nos quedamos embelesadas. Así, como imantadas por las secuencias de esos sonidos de la isla en su ánimo, en su motivación de una sonrisa decaída hacia unos días. De repente, al paso de minutos. No sé u horas, fui a decirle algo y ya no estaba solo, su perfume…su perfume de frescas lavandas. Miré a la muchedumbre y entre ella y se había perdido de mis ojos y mis sentidos masticaron que quizás, que tal vez lo hacia queriendo. Quedando su paso por mi vida en la nada. Pero estábamos en la isla. Muy lejos no podría ir, la encontraría. Esos instantes en que la soledad me invadió sentí como se resquebraja los pilares formados en este amor , que no es amor sino una costumbre de años, una dejadez que nos suelta en medio de un prado y no saber ser independiente. Ese fue mi temor, que fuera una corta despedida en silencio. Los músicos terminaron y ese ruedo grupal se abrió. Ella no estaba. Mis pensamientos se mezclaron con el abandono, los puestos seguían su ritmo. Este era el fin. Me senté en un banco, cerca donde tocaban el grupo folclórico. Estuve hasta que la luna beso mis ojos cansados, hasta que un gato famélico se restregó en mis pies, hasta que los borrachos vagaban a voces no se que locura, hasta que me quedé dormida como una más en la intemperie de una noche de otoño. Alguien toco mi hombro, era un policía. Intente explicarme hasta que ese discurso mío termino en el vacío. Volví a casa andando, abrí cuidadosamente la puerta y allí estaba , la carta del adiós. Una lagrima no quiso retorcer mis mejillas, era norma, el cansancio había durado demasiado, mucho más de lo que esperaba. Sin embargo, esa casa olía a ella. El piano comenzó con un leve sonido, aquella melodía triste que tocaba cuando el abatimiento nos ataba, nos unía. Y comprendí, todo ha de fluir, no hay que depender de cada aprobación o negación del que está a tu lado, tenemos que decirnos por nosotros míos, aunque no valga, aunque sea tarde, aunque sea erróneo. Y nuestro error fueron todos estos años absurdos desnutridos de vivencias, de deseos. Me senté en el sillón, escuchaba las teclas de un piano tocado por su aroma y la he pensado, un deje de pena me alcanza y otra vez agotado he caído en el letargo. Y los sueños me hablaron. Y los sueños me abrazaron. Y los sueños me dibujaron de un mañana. Y los sueños se despidieron. Ella iba de mi mano y ahora no….mi memoria es aliento de ese tormento del ayer y despierto, y la paz sacude mis ganas en una taza de café, sola.