UNIDAD
J.M. AIZPURUA
¿Cuántos éramos el 17 en la capital chicharrera?;
los suficientes.
No hay que caer en el juego de cifras, pues esta
es una carrera de fondo y en el mantenimiento del pulso al Gobierno está la
victoria. Intentará dividirnos, asustarnos, y confundirnos. Nuestra unidad y
constancia serán su derrota.
En Bilbao, mi lugar natal, salió casi un tercio
de la población (115.000) a la manifestación, y lo traigo a colación no por su
cuantía, si no por su unidad. No había banderas ni símbolos diferenciales; la causa
de las pensiones era lo que unía, lo que daba sentido y lo que exigían al
Gobierno.
Nuestra manifestación chicharrera era todo lo
contrario; había una voluntad de manifestar procedencia, de hacer grietas entre
bloques banderizos, y de ser mas ocurrentes que el vecino en los gritos y pancartas.
Mal camino.
Yo vi, y oí su comentario, (¡ya te lo advertí! del
marido a su mujer) cuando al inicio la megafonía se atacó al PP, ante lo cual
se fueron de la Plaza. ¿Alguien piensa que los votantes chicharreros del PP
están conformes con el 0,25?
Evidentemente no, y el objetivo de la protesta es unirlos, darles
anonimato, y permitirles abrir los ojos ante lo que su Gobierno pretende.
La pancarta unitaria cabecera de manifestación,
sujeta por manos anónimas, debe explicitar el motivo por el que nos
movilizamos, y por detrás, cada uno con su idea irá dando fuerza a ese grito
unívoco: “Dejen las pensiones como estaban con su vinculación al IPC”.
Esa conquista, no es suficiente, pero será el inicio
de un frenazo del Gobierno para impedirle ejecutar su plan golpista para las
pensiones. Rompieron el pacto constitucional, implícito, del sistema de
pensiones contributivo proporcional al salario y desde los 65 años revisable
con IPC para garantía de capacidad adquisitiva para el pensionista hasta su
muerte. Esta política actual es un golpe de estado encubierto, que nadie lo
hace frente en el Congreso y se refugian en un artilugio secreto, “Pacto de
Toledo”, donde pueden hablar sin que el pueblo pueda enterarse de sus
intenciones y argumentos.
Siempre la misma historia; la prima de riesgo, el
pacto de Toledo, Venezuela, etc. “Cosas” que no vienen a cuento, pero asustan
al personal y a ellos les permiten cometer barbaridades sin aparente
responsabilidad.
Hoy desde las calles, hay un grito social
mayoritario, que debe llegar a Madrid y a Bruselas: la población no quiere el
sistema de pensiones que ellos han diseñado. Si no hay dinero suficiente para
mantener el sistema actual, recorten por otros lados. ¿Quieren que les de
pistas?
Este gobierno que, cobardemente, pensó que los
débiles ancianitos ofrecían un botín sencillo de arrebatar, se ha dado de
bruces con la ira del sufriente ciudadano marginal, que al fin encuentra cauce
a su grito de angustia ante unas pensiones inservibles para mantener su
dignidad familiar y social. Con menos de
mil euros mensuales de pensión o de salario, no se puede ser ciudadano europeo
y eso se debe corregir de inmediato en el Borbonato.
Demos unidad y cobertura al grito de las calles;
hasta la victoria.
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