UN MALOGRADO CANDIDATO VENEZOLANO
RAFAEL ZAMORA MÉNDEZ
Gozar, es comprender con la inteligencia
la bondad de las cosas y, la Perseverancia, es la enorme, valiosa virtud, de
las almas grandes.
Es por ello que, hoy, en este escogido
espacio que me brinda NACIÓN CANARIA, me permito, de sopetón, el traerles la
memorable personalidad de un colosal y formidable ser, al que tuve la boyante
coincidencia de haber conocido, tratado y, el cual cual, ha dejado en mi
sentimientos, una imborrable huella de gran fascinación, sano disfrute y
deleitosa admiración.
Se trata de RENALDO JOSÉ OTTOLINA PINTO,
popularmente conocido por “RENNY”, quien fuera un desatacado periodista,
narrador, genial animador de notorios programas de la mejor Televisión y Radio
Venezolana, nacido un 11 de diciembre de 1.928, en la ciudad de Valencia, Estado
Carabobo, del hermano país, bienquisto Pueblo al que tanto y tantísimo, muchos
agradecidos canarios, de corazón y economía, en gran medida, le debemos.
Arriesgado Publicista, nos trajo a la
pequeña pantalla, una eficaz infinidad de renombradas celebridades artísticas
de insuperable alta calidad.
Debido a sus patrióticos ideales
demócratas, de libertad y honor, con enorme seguimiento de humanas
muchedumbres, se incorporó a la Política, la que con toda seguridad, le hubiese
llevado a lograr alcanzar hasta la misma Regencia del país, de no haber
fallecido, en un muy sospechoso percance aéreo, un 16 de marzo de 1.978, a los
50 años de existencia.
Cierta noche, en un atiborrado Hotel de
Caracas, al que había yo acudido, por una cortés invitación comercial, cedida
por mi difunto primo, Enrique Sánchez, Renny, se encontraba en el lujoso
escenario del local, presentando un animado espectáculo, con la participación
de las grandes voces de aquellos momentos, como lo eran, la de Mirla
Castellano, Héctor Cabrera y Mirtha Pérez.
En un descanso de la función, plato en
mano y haciendo cola-india, teníamos que ir a recibir el apetecible menú
ofrecido por los mayúsculos cocineros de la elegida entidad, dando la sagaz
coincidencia de que me coloqué, precisamente, detrás de él.
-.- RENNY: ¡¡ERES UN SANTO! ( Le dije)
-.- ¡JAJAJAJAJA! LO QUE ME FALTABA!
-.- TÚ, ESTUDIASTES CON LOS SALESIANOS Y
EL PADRE. OJEDA, TE
RECUERDA CON BASTANTE AFECTO-
-.- ¡OH; ESE SÍ QUE ES UN SANTO VARÓN! ¡
MIS SALUDOS MÁS
EMOTIVOS PARA ÉL!
Esa, simplemente, fue la breve y única
conexión personal, frente a frente, que sostuvimos, motivo por el cual,
fuertemente me llamó la atención el que, unos meses más tarde, atravesando las
colosales Torres del Silencio, en la acera de enfrente y dirigiéndose él, aceleradamente,
al Teatro Principal para presentar
una televisiva Gala,sin más, solamente,
oteándome de lejos, exclamó:
-.- ¡ADIÓS, SANTO!
¡¡Qué prodigio de memoria y qué grande
fue este colosal caballero venezolano con una sensibilidad y corazón, que no le
cabían en el pecho!
En alas de la memoria,
RENNY OTTOLINA, no ha muerto.
¡Un personaje de Historia
que, conquistara la gloria,
la admiración y el respeto!
AMIGO MORALES: ¡VAYA GRAN HONOR PARA UN SERVIDOR EL QUE,EN TU DILATADO BLOG, FIGURE ESTA CRÓNICA, RECORDANDO A UN EXTRAORDINARIO SER QUE,SI LA TRAGEDIA NO HUBIESE INTERVENIDO, HOY, VENEZUELA ESTARÍA A LA PROPIA ALTURA EN LA QUE, NOSOTROS, LOS EMIGRANTES, LA ENCONTRÁRAMOS CUANDO ÉL EXISTÍA.
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