POR: EDUARDO
SANGUINETTI,
FILÓSOFO
¿Cómo
construir la historia Argentina del presente en este milenio en crisis, donde
los dioses subalternos borran unas fronteras, para trazar otras más rígidas y
excluyentes? El mapa actual del poder, que ha sido diseñado por los
administradores del denominado modelo neoliberal, en vigencia hace décadas y
aplicado de un modo u otro por los distintos gobiernos que han sucedido, deja
al descubierto a sus “nuevas” víctimas.
Cuerpos
desplazados como signos de la nueva visibilidad de la pobreza y un orden
disciplinario “legal” que, tras el intento de clausurar etapas de la historia,
pretende ahora ya no regular, sino penalizar a quienes no se ajusten a sus
reglas antiquísimas del funcionamiento social y sus vertientes, determinadas
por supuesto por intereses particulares de índole económica. Penalización y
castigo que amenaza extenderse al uso del lenguaje como intérprete de variados
conflictos y como instrumento develador de la degradada gramática del poder.
Las
mentiras de la política y los políticos, ya no dejan de tener contenidos
inocultables, que provocan una instancia paradójica en secretos develados, que
todo ciudadano avezado no deja de conocer y deplorar, deviniendo en estos, una
sensación de impotencia e indignación, producida por la violencia diferida del
vector al que apunta la mentira: la necesidad de un sentido que no existe.
Pueblos
huérfanos de un “tiempo sin tiempo”, donde el poder simulado en democracias
“fingidas”, abandonan a su suerte y a las consecuencias atroces de vivir sin
justicia y bajo la mirada falaz de los medios de comunicación y el imperio de
las redes sociales tejidas por seres perdidos en el imperio de Twitter y
Facebook.
Internet
ha abierto las puertas del infierno metafórico, a la injuria, las difamaciones,
la mentira instalada por los mercenarios rentados de medios corporacionistas,
la afrenta directa entre las personas, unas contra otras, lo han logrado, pues
todo queda en la virtualidad, lo concreto y el cara a cara, se diluyó en las
nupcias de la web.
En
Argentina, como en el resto de Latinoamérica, la gran mentira de elecciones
“libres”, donde la oferta son candidatos clonados: caras de la misma moneda…
que pactan y pautan, antes del rito eleccionario, donde los pueblos acuden
mansamente, incluso con cierta alegría dominguera, a hacer valer su derecho
obligatorio, votando más de lo mismo, como dice el bolero “pasaran más de mil
años, muchos más” y nada cambiará.
Como
prueba irrefutable, basta ver en las corporaciones mediáticas, blindan al
funcional de turno, en función ejecutiva, sin nada que lo eleve sobre sus
“súbditos”… cómo, de manera grosera, insultante y atrozmente vulgar, el
clasismo se instala cual práctica criminal, apuntalando logros inexistentes de figuras
degradadas de las denominadas “celebritiesescort”, plenas de “glamour chatarra
siglo XXI”, poniendo de relieve las astronómicas sumas de dinero ganado en
negociados extraños y difusos, a los que llegan por sus contactos con el poder
político, deportivo, cultural, sin nadie que lo denuncie o al menos lo
considere como una apología del delito flagrante de escupir en la cara de los
millones de carenciados, que lo visualizan ante las pantallas, tomándolos como
norte a alcanzar. O soy un imbécil o algo ocurrió que no alcanzo a visualizar,
ni experimentar, en mi dinámica de no adaptarme y organizarme para asimilarme a
este tiempo y espacio.
El
pensamiento crítico es arrinconado, despreciado y perseguido. Bajo nuevas
formas inquisitoriales, el neoliberalismo proyecta su poder, dejando tras de sí
una estela donde la muerte se alza como su valor más elevado.
Pero
a no preocuparse, los medios monopólicos de desinformación, que blindan las
canalladas de gobernantes inútiles, con fábulas de todo tipo, son un fenómeno
mundial… la prensa diaria, se ha convertido en literatura bizarra con tendencia
comic… “Trust in Trush”.
No
tener proyecto de comunidad deviene en no poder dejar de ignorar que lo
acontecido en nuestro pasado constituye un legado a nuestro presente… resulta
en inestabilidad política, económica, cultural y social que dejan en un estado
de desequilibrio emocional a la ciudadanía… triste, pero real y concreto.
El
Nuevo Mesías Inverso, prohombre del tercer milenio, vomitando búsquedas de
objetivos, sin dialogar, sin debatir, sin intercambiar ideas e ideales, pues
simplemente no las tiene, pero no importa, el pueblo lo ha votado… elegido a
dedo y aceptado por una militancia complaciente y por un pueblo esclavizado por
el consumo de las tendencias más escatológicas.
Este
Mesías, hace y deshace planes y estrategias, a “piaccere”: los buenos por aquí,
los malos por allá… prohibido mezclarse colores y razas, para evitar
disturbios… se ruega devolver a los insumisos y poseedores de ideas a su lugar
de origen… el origen cierra también las puertas y la tierra de nadie recoge el
desperdicio… restos humanos, respirando la atmósfera podrida de un nuevo-viejo
ciclo que pareciera eternizarse.
No
existen referencias, todo se igualó por decreto, en nombre del absurdo y de la
vacuidad, más caprichosa… la salud mental bajó la cabeza… pues ¿quién puede
detener todo este alud de incongruencias y patrocinios en nombre de la santa
contradicción? santo y seña, sin mostrar el revés de sus sueños porno.
Mandatarios
profusos, que deciden en que water del mundo harás tus necesidades, traidores
de ideologías inexistentes, prominentes cuando la luz se apaga… y no dialogan,
no debaten, balbucean a ritmo circadiano.
Jóvenes
ideales pasan, hablan de referentes de no sé qué muerto con las vísceras fuera,
o de pasar con rapidez las pruebas de oposiciones o de suposiciones, de
objeciones… ya no!, ya nadie objeta nada, tú mismo puedes ser un infiltrado, un
ser social o antisocial, ¡qué importa!
He
discrepado asimismo con el gobierno kirchnerista, al cual no he adherido jamás,
salvo en los logros en materia de Derechos Humanos, sin antecedentes a nivel
planetario, en sus condenas efectivas a los genocidas de dictaduras y sus
cómplices civiles y punto, dicen que dicen que hubo pactos a espaldas de los
ciudadanos, pero ¡qué atroz!, siempre pactos, alianzas entre bambalinas, y la
verdad ha cedido espacio a la posverdad, en beneficio del ecuatoriano Durán
Barba, un asesor “todo terreno”, risible y “kitsch”.
En
toda esta trama de traiciones veladas, de artificios instalados para esconder
la trampa, se manipula el estado de ¿derecho? paquidérmico al universalizar
soluciones a problemas endémicos, a modo de consuelo de un pueblo con
beneficios de limosna, o ¿soborno? Se sepulta así, el sentido de República y se
elimina su destino.
Hemos
aprendido que la estupidez es insondable, no tiene límites, es infinita. Me
pregunto: ¿a qué hay que volver o ir, a la desesperación, al escepticismo ya
existente o al exilio involuntario? Mezcla de huida, de equívoca esperanza en
un ¿regreso sin gloria? Todo ya lo hemos vivido con la dictadura, el
radicalismo-alfonsinista, el peronismo-menemista, la alianza De La Rúa., los K,
hoy Macri cacofónico: todo conduce al nihilismo, al desarraigo, al exilio, a la
anarquía, al estoicismo como forma y acto de vida-sobrevida… no me interesan
las opiniones de fanáticos, con Edipos y Electras asimilados a personalidades
obtusas, me hartan.
No
ignoremos que el colapso es una catástrofe que implica el quiebre de
instituciones, una ruptura devenida en la conformación de un nuevo sistema. En
la historia hubo muchas crisis pero pocos colapsos; el colapso es el fin de
algo, pero no el fin de la existencia.
La
víctima más trascendente en las confrontaciones, de todo tipo, entre los seres
humanos, es la verdad, el resto, pura retórica desgastada, congelada… “la
historia vuelve a repetirse” dice la canción, que pareciera fuese haber sido
escrita no para la “muñequita dulce y rubia”, sino para Argentina y
Latinoamérica colonizada, la mismas historiolas, los mismos intérpretes de
“número vivo” que se elevan cuando los músculos se inflan en gimnasios y los
tattoos pintan pieles reptilianas, las cabezas rapadas, bottox por doquier, en
fin, la gran secta mononeuronal, como hace años denomino a quienes les basta
una neurona para existir… y el resto, bien como espartanos deberemos lograr
tener un espacio, pues no duden que nada nos será admitido, no se olviden que
pensamos y nos rebelamos cuando el crepúsculo se prolonga en las cuatro
estaciones.
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