“CANDIDATOS
PINTADOS”
Por Eduardo
Sanguinetti, Filósofo Rioplatense
Pareciera,
los tres candidatos con mayor posibilidad de acceder a la presidencia de
Argentina, son peronistas… ¿para qué eternizar la imagen de Perón? Sería como
en España hacerlo con la de Franco (gran amigo del general y de Hitler), en
Italia con la de Mussolini y así sucesivamente hasta terminar con todos los que
de una manera u otra instalaron temor y enfrentamiento en las comunidades, que
manipularon a su antojo: “Al enemigo ni perdón”; “Por cada uno de los nuestros
que caiga, caerán cinco de los de ellos”. Frases célebres de Juan Domingo
Perón, parafraseada en el final del ensayo “Slalvo el Crepúsculo” de Julio
Cortázar, antes de exilarse en París, por ser perseguido en gobierno peronista.
El heroico Che Guevara, otra víctima de este régimen. Borges y los nombres de
decenas de prohombres, de mi Argentina, que sufrieron la degradación, por
pensar y ser diferentes, soportando humillaciones y vejaciones de todo tipo,
por simplemente ‘ser’… que por favor Mauricio Macri, lo tenga en cuenta, pues
me remito a sus palabras, ¿tan sentidas?, al inaugurar un monumento al general,
frente a la Aduana de la Ciudad de Buenos Aires, días pasados: “como dice la
marcha, todos unidos triunfaremos”… ¿triunfaremos?
El
espacio de la política, hoy más que nunca, es el de la mentira, devenida en un
pasaje a la incertidumbre. Las mentiras de la política ya no dejan de tener
contenidos inocultables que provocan una instancia paradójica en secretos
develados, que todo ciudadano avezado no deja de conocer y deplorar. Deviene en
ellos, una sensación de impotencia e indignación producida por la violencia
diferida del vector al que apunta la mentira: la necesidad de un sentido que no
existe.
La
balcanización de América Latina es la esencial y puntual razón para que el
imperialismo siga existiendo en estas tierras, devastando nuestras tradiciones,
nuestras culturas en franca desaparición e imponiendo su política de vasallaje
y esclavitud, implementada por las multinacionales de tendencia neoliberal, que
pareciera tienen sitio de honor en nuestros territorios y nuestras comunidades…
implementada por gobernantes, con discursos torpes, con promesas de inclusión,
igualdad inexistente y sobre todo de educación y vida digna. Traicionan a las
comunidades, ya prostituidas por las tendencias degradantes y degradadas del
consumo extremo, importado de los centros de poder del denominado primer mundo.
No
deseo dejar de manifestar, que estos discursos, actúan cual bálsamo temporal,
en los oídos de un pueblo explotado y obediente, que depositará su voto, en
este caso en elecciones presidenciales en Argentina, un derecho obligado,
escuchando las fervorosas y ¿bienintencionadas? palabras de estos prohombres,
en espectáculos de rutina política eleccionaria… demás está decir, a quienes no
nos agrada engañarnos, que los candidatos, jamás han legitimado lo manifestado
en dichas campañas, que desde una retórica simulada conforman un “vacío
perfecto” para una comunidad complaciente, indiferente y temerosa.
La
publicidad que acompaña toda esta puesta en escena, el espectáculo de la
política, con un costo multimillonario, en dinero contante y sonante, es una
tendencia degenerada de la revelación, la única que puede concebir el
pensamiento mercantil que prostituyó al mundo. Así, la masturbación convertida
en método, se extendió a todos los espacios que conforman nuestra existencia.
Llamo
a transparentar y accionar, además de la ‘boutade’ de cómo hacer la historia,
sobre urgencias reales: Argentina hoy solo es paisaje, un destino exótico para
turistas de todas las latitudes, para invertir y consumir, con índices de
mortalidad infantil enormes, enfermedades endémicas, millones de hectáreas de
soja fumigadas con veneno en desmedro de la salud de los habitantes de la
tierra, junto con una densidad de un habitante y medio por kilómetro cuadrado,
en todo el territorio nacional; nada ha cambiado desde hace dos siglos… el
desparpajo, la simulación, la cobardía, la mezquindad, la brutalidad, la
indiferencia, el fraude y el autoritarismo, pareciera son la norma de los
funcionarios ávidos que pretenden administrar Argentina… ¿o me equivoco
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