BANCO
SANTANDER,
CUBA Y MÉXICO
MIGUEL ANGEL
FERRER
El
próximo martes 27 de octubre, en la sede de la ONU en la ciudad de Nueva York,
la República de Cuba presentará su Informe sobre la Resolución 69/5 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas titulada “Necesidad de poner fin al
bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de
América contra Cuba”.
La
expresión “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” implica que hasta ahora
ese injusto y criminal bloqueo sigue en vigor, a pesar del restablecimiento de
relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Y a pesar igualmente de
las muy reiteradas palabras del presidente Barack Obama manifestando su
voluntad y la necesidad de poner fin a la ilegal y añosa medida.
Evidentemente,
y como ha acontecido en los últimos años, la Asamblea General de la ONU votará
casi unánimemente en favor de Cuba y en contra de Estados Unidos. Y se dice
casi unánimemente porque cabe esperar que, como siempre, Washington y Tel Aviv
sufraguen en contra del levantamiento del bloqueo. Dicho en román paladino,
Israel y Estados Unidos contra el mundo.
La
demanda cubana del fin del bloqueo tiene dos grandes aristas. La primera es una
cuestión de principios, de justicia, de legalidad, de moralidad: Estados Unidos
no tiene ningún derecho a imponer su propia legalidad a otro Estado soberano.
Ni por supuesto a terceros países que se ven afectados legal y económicamente
por tener y mantener relaciones comerciales, económicas y financieras con Cuba.
Y la segunda faceta es la consideración del inmenso daño económico que el
cincuentenario bloqueo ha causado a la economía de Cuba y al pueblo cubano.
Daño que ya alcanza la cifra de casi un millón de millones de dólares.
Pero,
a pesar de ser público, todo esto apenas si es conocido en sus grandes rasgos.
El entramado mediático trasnacional oculta, minimiza o soslaya estos graves
hechos. Pocas personas conocen los casos concretos de personas, instituciones y
organizaciones sociales de todo tipo que se ven perjudicadas por las medidas
prohibitivas o punitivas del bloqueo.
Y
he aquí un buen ejemplo: el 11 de febrero de 2015 se conoció públicamente que
la subsidiaria del banco Santander en México rechazó efectuar una transferencia
de 68 mil 290 euros, emitida por el Banco Central de Cuba, para pagar al Centro
de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) la cuota de su membresía. De
modo que Cuba no puede cubrir un compromiso financiero en México, porque a la
subsidiaria en tierra azteca de un poderoso banco español se lo impide una ley
estadounidense. LIBERTAD de comercio? ¿Libre tránsito de capitales?
¿Cumplimiento de la legalidad internacional?
¿No
pueden las autoridades bancarias mexicanas desfacer este entuerto? ¿No pueden
obligar al banco español a cumplir las obligaciones adquiridas en razón de las
leyes que lo autorizan a PRESTAR servicios financieros en México?
¿Nada
pueden hacer el licenciado Luis Videgaray y su poderosa Secretaría de Hacienda
para obligar a una institución bancaria extranjera que opera en México a
cumplir las leyes mexicanas? ¿Es mejor dejar hacer y dejar pasar, como aconseja
la doctrina económica burguesa? ¿Un banco español que opera en México puede
violar la ley y ninguna autoridad financiera, política o judicial mexicana
puede hacer nada? ¿No deberían intervenir la Procuraduría General de la
República (PGR), la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la Secretaría de
Gobernación (SG)? ¿Nadie puede hacer nada? México, pensamos los mexicanos, es
un país soberano, y no una colonia de España o de Estados Unidos.
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