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lunes, 12 de octubre de 2015

“CANDIDATOS PINTADOS”

“CANDIDATOS PINTADOS”

Por Eduardo Sanguinetti, Filósofo Rioplatense

Pareciera, los tres candidatos con mayor posibilidad de acceder a la presidencia de Argentina, son peronistas… ¿para qué eternizar la imagen de Perón? Sería como en España hacerlo con la de Franco (gran amigo del general y de Hitler), en Italia con la de Mussolini y así sucesivamente hasta terminar con todos los que de una manera u otra instalaron temor y enfrentamiento en las comunidades, que manipularon a su antojo: “Al enemigo ni perdón”; “Por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de los de ellos”. Frases célebres de Juan Domingo Perón, parafraseada en el final del ensayo “Slalvo el Crepúsculo” de Julio Cortázar, antes de exilarse en París, por ser perseguido en gobierno peronista. El heroico Che Guevara, otra víctima de este régimen. Borges y los nombres de decenas de prohombres, de mi Argentina, que sufrieron la degradación, por pensar y ser diferentes, soportando humillaciones y vejaciones de todo tipo, por simplemente ‘ser’… que por favor Mauricio Macri, lo tenga en cuenta, pues me remito a sus palabras, ¿tan sentidas?, al inaugurar un monumento al general, frente a la Aduana de la Ciudad de Buenos Aires, días pasados: “como dice la marcha, todos unidos triunfaremos”… ¿triunfaremos?

El espacio de la política, hoy más que nunca, es el de la mentira, devenida en un pasaje a la incertidumbre. Las mentiras de la política ya no dejan de tener contenidos inocultables que provocan una instancia paradójica en secretos develados, que todo ciudadano avezado no deja de conocer y deplorar. Deviene en ellos, una sensación de impotencia e indignación producida por la violencia diferida del vector al que apunta la mentira: la necesidad de un sentido que no existe.

La balcanización de América Latina es la esencial y puntual razón para que el imperialismo siga existiendo en estas tierras, devastando nuestras tradiciones, nuestras culturas en franca desaparición e imponiendo su política de vasallaje y esclavitud, implementada por las multinacionales de tendencia neoliberal, que pareciera tienen sitio de honor en nuestros territorios y nuestras comunidades… implementada por gobernantes, con discursos torpes, con promesas de inclusión, igualdad inexistente y sobre todo de educación y vida digna. Traicionan a las comunidades, ya prostituidas por las tendencias degradantes y degradadas del consumo extremo, importado de los centros de poder del denominado primer mundo.

No deseo dejar de manifestar, que estos discursos, actúan cual bálsamo temporal, en los oídos de un pueblo explotado y obediente, que depositará su voto, en este caso en elecciones presidenciales en Argentina, un derecho obligado, escuchando las fervorosas y ¿bienintencionadas? palabras de estos prohombres, en espectáculos de rutina política eleccionaria… demás está decir, a quienes no nos agrada engañarnos, que los candidatos, jamás han legitimado lo manifestado en dichas campañas, que desde una retórica simulada conforman un “vacío perfecto” para una comunidad complaciente, indiferente y temerosa.

La publicidad que acompaña toda esta puesta en escena, el espectáculo de la política, con un costo multimillonario, en dinero contante y sonante, es una tendencia degenerada de la revelación, la única que puede concebir el pensamiento mercantil que prostituyó al mundo. Así, la masturbación convertida en método, se extendió a todos los espacios que conforman nuestra existencia.

Llamo a transparentar y accionar, además de la ‘boutade’ de cómo hacer la historia, sobre urgencias reales: Argentina hoy solo es paisaje, un destino exótico para turistas de todas las latitudes, para invertir y consumir, con índices de mortalidad infantil enormes, enfermedades endémicas, millones de hectáreas de soja fumigadas con veneno en desmedro de la salud de los habitantes de la tierra, junto con una densidad de un habitante y medio por kilómetro cuadrado, en todo el territorio nacional; nada ha cambiado desde hace dos siglos… el desparpajo, la simulación, la cobardía, la mezquindad, la brutalidad, la indiferencia, el fraude y el autoritarismo, pareciera son la norma de los funcionarios ávidos que pretenden administrar Argentina… ¿o me equivoco

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