YEGUAS QUE SE ALZAN...
DUNIA SÁNCHEZ
Yeguas que alzan su vuelo, en vertical, por las
sendas de los puentes colgantes que desenvainan un arco iris. Van hacia la
promesa de sus deseos. Inquietas galopan bajo la sombra de un almendro a medida
que todo se hace palpable, real. Ella las observa con la indecisión entre sus
carnes. Permanece en una cueva donde los secretos misteriosos de su amanecer
son inciertos. La duda la retrae pero en sus sueños a lomo de una de ellas con
la celeridad del viento vio un halito de luz. Las persigue, en vertical, por
ese sendero de los puentes colgantes. Ellas no se dejan atrapar y sigue y sigue
hasta el final del puente. Ahí un túnel con la lumbre de antorchas penetra en
sus ojos, ojos que ven el mañana, esas emociones que le esperan. Se introduce en
el, en su largo caminar solo escucha el eco de sus pisadas, las sombras
vacilantes de las llamas. Tiene que llegar a su salida. Cierra los ojos y deja
que el calor de las antorchas la guíe. Llega al final. Ahí están las yeguas
pastando. Ella no se aproxima sino se acerca al acantilado. Un día con un sol
radiante la estaba esperando. Un día con el romper suave de las olas la mira.
Levanta sus brazos y se arrodilla. Respira e inspira. Y en vertical alza su
vuelo por toda la costa de esa ínsula. Y
la hermosura de su silueta y entrañas la llevan de vuelta. De vuelta a la vida,
a la alegría.
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