*Francisco
Castro
España, cada vez más pobre. La subida
generalizada de impuestos, el menor poder adquisitivo, junto con la supresión
de subsidios dan como resultado un país cada vez más pobre, sin contar que
Canarias sigue sin estar incluida en el mapa español de este Gobierno. Gobierno
que se caracteriza por una falta absoluta de sinceridad y por un discurso
político permanente que tan sólo genera inestabilidad. Yo no sé si
inestabilidad en los mercados, pero sí inestabilidad social. La última fue la
ayuda de los 400 euros para los parados de larga duración. Vamos a ver, si el
presidente del Gobierno ya tenía decidido que se iba a mantener, por qué
generar ese desasosiego en la sociedad. Es que, ¿no tenemos suficiente? Y, si
no sabía si iba a mantener la prestación, ¿quiere decir que no tiene las ideas
claras?
En primer lugar, vamos a recordar los
motivos de la crisis, porque es un dato importante. Ya lo he comentado otras
veces, pero es conveniente tener las ideas claras. La crisis no la generó el
ladrillo, aunque también sea un tema de gran interés e importancia. La crisis
es consecuencia directa de una crisis de valores o una crisis cultural. Es
consecuencia de que el sistema no ha funcionado, pero no ha funcionado por la
crisis de valores. Es sencillo de explicar: si ha habido corrupción, por
ejemplo, en una organización, es porque se ha gestionado sin valores, es decir,
no se ha gestionado para el valor del bien común, sino para intereses
particulares. La crisis la ha generado la continua lucha por el poder de la
izquierda y la derecha; el fracaso de las instituciones internacionales; los
flujos y desviaciones de capital; las corrupciones a todos los niveles y la
negligencia de la clase política. Clase política en general, porque hay muchas
excepciones. Y, ¿qué hay en el fondo de todo esto? La citada crisis cultural.
Aunque la crisis haya estallado en la
sociedad hace pocos años, esta situación se viene fraguando desde la caída del
muro del Berlín y desde la decadencia de los países de la socialdemocracia. El
avance del liberalismo trajo consigo un capitalismo agresivo y, con el tiempo,
todos los problemas de sistema que acabamos de ver. Sin embargo, el avance
del bien común ha sido sólamente
aparente, o bien temporal, superficial o esporádico. A gusto de consumidor. De
hecho, no conozco una época de crecimiento del capitalismo que no haya sido
agresivo. No hay más que ver en qué época, cómo y por qué surgieron los
movimientos sindicales. Pero, no nos vamos a detener ahora en datos históricos.
En España nos enfrentamos a tres
problemas: la citada falta de valores; el empobrecimiento del país y los
problemas de la macroeconomía, como la afamada prima de riesgo, que tiene más
que ver con las luchas de poder de la izquierda y la derecha, que con las
“medidas” que toma este Gobierno con destino al común. Por si fuera poco, ahora
nos dicen desde Alemania que Europa no va a tener solidez económica. Es decir,
ayer teníamos, hoy no. Esta es una prueba de que a los ciudadanos de a pie nos
manipulan como marionetas.
Al margen de los análisis más o menos
profundos, de los que soy muy amigo, la triste realidad es que en este país han
aumentado los impuestos; han bajado los emolumentos de los funcionarios; seguirán
con el salario base; han pisoteado a los sindicados hasta en el carné de
identidad; han empezado a quitar ayudas por desempleo; hay un atentado
permanente contra la esencia misma de la educación; la pobreza crece a ritmos
que no quiero ni ser consciente, con un Gobierno que no hace sino generar desaliento
entre la población. Frente a esta situación, una situación en la que se “quita
poder” al ciudadano de a pie, se mantiene un macroestado con diecisiete
miniestados; un gasto, sin precedentes en otros países civilizados, en
televisiones, radios, fundaciones, etcétera, además de un gasto de sueldos y
dietas de cargos públicos, sin que la ley nos dé una lógica sobre la
distribución de ese gasto. Tengo que recordar que, hoy en día, un eurodiputado
sigue cobrando 7.000 euros al mes, en esta Europa que no se sabe si va o viene;
en esta Europa con una profunda crisis económica; en esta Europa que, según los
dirigentes alemanes, ya no es solvente.
Un Gobierno español que ha dado un
paso más, una vuelta de tuerca a sus despropósitos respecto a la comunicación
de Gabinete. El presidente del Gobierno no sólo se conforma con hacer lo
contrario a lo que anunció en la campaña electoral (él mismo lo ha reconocido)
sino que no comunica todo lo que en realidad se aprueba. Así es, este Gobierno aprueba
más “medidas” de las que anuncia, por ejemplo, la supresión de la prestación
por desempleo a los mayores de 45 años. Por lo tanto, tengo que aconsejar a
nuestros lectores que lean siempre el Boletín Oficial del Estado de cada
sábado, que da cuenta de los resultados de cada “viernes negro”. No es un problema de los medios de comunicación, sino
de la falta de comunicación de este Gobierno. De hecho, muchos medios han
optado por informar a partir del BOE, para poder ofrecer una información más
exacta.
Desde luego, me gustaría equivocarme,
pero temo que el próximo año por estas fechas España será todavía más pobre y
no veo a este Gobierno que pueda resolver los problemas del país. Un Gobierno
que debe ser más transparente; que debe comunicar las cosas tal y como son y
que ya es hora que ponga los pies sobre la tierra. Ahora pienso en la cantidad
de personas que no tiene un plato de comida y que consigue salir adelante
gracias a la acción social de la Iglesia Católica. Ahora pienso en las personas
que no tienen techo; ahora pienso en las personas que se están quedando sin
casas; ahora pienso en que toda esta situación de pobreza se incrementará en
los próximos meses. Yo hago un ruego a este Gobierno: piensen por un momento en
las personas más necesitadas. No cargen todo el peso de la crisis sobre el
ciudadano de a pie. No es humanamente, ni políticamente correcto. El partido de
“las personas” ha resultado ser todo lo contrario.
*Periodista
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