Una huelga convocacada por sindicatos nacionalistas no sólo inquieta al gobierno sino a los sindicatos al servicio del colonialismo.
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC). La situación política, social y económica de Canarias no es comparable a la de España, por lo que las soluciones tampoco son las mismas. Viene a colación el tema porque ya es un clamor popular la llamada a la huelga general en todo el estado español.
Para Canarias la huelga general no es un objetivo final, pero es la principal herramienta democrática con la que contamos para hacer valer nuestros derechos, tanto nacionales como sociales.
Dentro de esos derechos sociales el más candente, sin duda alguna, es la arcaica reforma laboral de los neofranquistas del mal denominado Partido Popular, pero también que el 50 por ciento de los que trabajan tienen un salario mensual menor de mil euros y que más del 31 por ciento de la población en edad de trabajar está desempleada (casi 10 puntos por encima de España ¿Por qué será?), fundamentalmente canarios, pues los empleos están desempeñados mayoritariamente por españoles y otros extranjeros. Téngase en cuenta que según los últimos datos sólo en Santa Cruz de Tenerife hay 5000 chinos, no parados.
Esto se tiene que reordenar desde, por y para Canarias, con nuestro marco de relaciones laborales y con una ley de residencia canaria. El territorio canario y sus recursos son limitados. El crecimiento poblacional desmesurado es uno de los retos que debemos afrontar si queremos garantizar un mínimo de calidad de vida a todos los que vivimos en estas islas y nuestros descendientes. La única forma de hacer sostenible la carga humana de nuestro territorio es establecer leyes que restrinjan la libertad de establecimiento en nuestro territorio. Esta ley deberá fijar criterios objetivos sobre el procedimiento legal a cumplir por todas aquellas personas que deseen vivir en las islas, pero sin usar para ello criterios xenófobos o racistas como ocurre con la ley de extranjería española, rechazando igualmente el racismo endofóbico.
Se hace necesario instaurar un sistema democrático, inexistente actualmente, pues no se puede tildar de democrática una ley electoral que exige un 30 por ciento en las circunscripciones insulares para acceder al parlamento, pues esto da lugar a que los mismos copen siempre esa institución, únicos responsables ante el pueblo, que les exigirá cuentas, de la dramática situación a la que nos han conducido.
Es hora ya de iniciar neustro propio camino, sin tutelajes y sin ser teloneros de nadie. Los sindicatos al servicio del colonialismo pretenden centrar las protestas en la reforma laboral, com el Sr. José Cameselle, secretario comarcal de Comisiones en Vigo, que dice: “Una huelga convocada solo por sindicatos nacionalistas no inquieta al Gobierno”. Afirmación de la que disentimos frontalmente, pues es evidente que no sólo inquieta al gobierno sino a la oposición y aún más a los sindicatos del régimen colonial monárquico, de ahí el interés de sus dirigentes en ser recibidos en Moncloa, entre tintos, manchegos, ibéricos y subvenciones, muchas subvenciones. Desde el 12 de marzo de 2012, aniversario del victorioso Referéndum en contra de nuestra pertenencia a la OTAN, Huelga Nacional Canaria.
"Es hora ya de iniciar nuestro propio camino". Me quedo con esta frase como colofón de la noticia. Desde luego, no sé si una huelga puede aportar alguna solución, lo que está claro es que los canarios tenemos que afrontar nuestros propios problemas y los nacionalistas deben unirse frente al abuso de quienes no saben ni dónde está Canarias. Las Islas precisan de un trato diferenciado. El PP no puede hacer una política general para todo el país, incluyendo Canarias, y luego hacer lo mismo que el PSOE, dar concesiones a Cataluña y al País Vasco. Tenemos que reivindicar y manifestar nuestra propia identidad, dentro de la legalidad vigente en materias de libertad de expresión, pero con la contundencia de la palabra. El detractor teme a la palabra, no teme que rompan un cristal de una ventana. Respecto a controlar la población, no se trata de xenofobia, sino de una realidad de hay que regular de alguna manera. Saludos, amigos.
ResponderEliminartiene usted razon... los pueblos y las personas tenemos derecho a elegir libremente el destino que queremos
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