miércoles, 7 de septiembre de 2011

No mareen más la perdiz

No mareen más la perdiz

Enésimo temporal marítimo sobre San Andrés, de nuevo honda preocupación de sus vecinos y múltiples daños, ¡y no pasa nada! Otra vez un alcalde, esta vez José Manuel Bermúdez, quien, a bote pronto, ante la frescura de los hechos y sus nocivas consecuencias, parece preocuparse y hace reiteradas manifestaciones públicas sobre rápidas soluciones. ¿Será el último? Y es que, como ya decía en un reciente artículo que titulé “Érase una vez…”, por aquí parece que cualquier solución a un problema real y grave, como el que viene padeciendo San Andrés desde hace decenas de años o el que sufrió la Escuela de Náutica el día 6 de enero de 1999, que dejó su muelle destrozado, tiene obligatoriamente que conllevar el pelotazo privado de turno.

Claro, digo parece, por ser respetuoso, porque si nos ceñimos a la realidad, a los hechos me remito. La escollera de San Andrés estaría hecha, si la marina privada que invadía de forma brutal e irreversible su frente marítimo, la de Forum, hubiera colado, y reparado el muelle de la Escuela de Náutica, si otra marina privada, la Azul de Valleseco, se hubiese hecho realidad. Ambas, como es habitual por aquí, le hincaban el diente a los escasos metros de litoral público que nos quedan en Santa Cruz, del resto se encarga el mamotreto. Es tal el afán enriquecedor de algunos, que no se paran ante nada y lo adornan todo de forma muy maquiavélica para engañar

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Ya conocen la historia del mamotreto y como han tratado de justificarlo, con una sarta de mentiras y de oportunismos, pero el resto no se queda atrás. La reparación del muelle de la Escuela de Náutica, que conlleva una nimia inversión, la plantearon como, ¡asómbrense!, "Ampliación de la dársena de abrigo de la Escuela Superior de la Marina Civil (BOE nº11 12 enero 2001), cuando en realidad se trataba de una marina privada de “alto standing”, que le cedía un pequeño hueco a la Escuela. Creo recordar que, mientras tanto, también le condonaban el alquiler del atraque de su buque en otra marina relacionada, para completar el pastel. En San Andrés, la dimensión del pelotazo era tal, que aprovechándose de la urgente y vital necesidad de su escollera, ésta y el desde toda la vida añorado refugio pesquero se incluían en el paquete-regalo. Su coste era tan insignificante en relación con el resto, que afectaba poco, tan poco que además flotan posibles comisiones que la Justicia investiga y tendrá que dirimir.

Aunque la marina de San Andrés sigue en las previsiones de la Autoridad Portuaria, la situación actual es políticamente más propicia para darle solución definitiva a estos graves problemas. Y es más propicia porque, por fortuna, Miguel Zerolo Aguilar, el de Las Teresitas, Mamotreto, Emmasa, Parque Marítimo, etc., ya no es alcalde de Santa Cruz, y Luís Suárez Trenor, el de tantos episodios de pena, tampoco preside la A.P. Por otro lado, Coalición Canaria ya no gobierna en mayoría absoluta, como de costumbre, el Pueblo les ha obligado a pactar y ahora tiene la pinza del PSC, y dentro de él hay personas con otro talante, con otra visión de lo que es el Interés General y de las prioridades.

Pero aún así, no todo está ganado, las presiones empresariales seguirán en su línea usual del negocio fácil y rentable, aunque, como podría suceder en San Andrés por la inexistencia de la escollera, se puedan ver afectadas vidas humanas. Hace unos días me quedé preocupado con la noticia de portada de La Opinión de Tenerife, el periódico que más habitualmente leo, “San Andrés pudo tener su defensa contra las olas desde hace ocho años”, haciendo referencias, no se si de forma nostálgica, a ese suculento proyecto al que ya me referí, que incluía escollera y refugio pesquero para abrir el apetito y esquivar protestas vecinales. Y este no es el camino, queridos amigos de La Opinión, el camino correcto sólo pasa por ejecutar lo que el Interés General dicta, que no es otra cosa que la escollera de protección y, a su amparo, el refugio pesquero.

Al respecto, la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz, que también está implicada en esta lucha vecinal, ante las disparatadas cifras que se están barajando para acometer esa obra y que podrían dar al traste con ella, quiere informar que está en posesión de otra opción más asequible, que incluye la redacción del proyecto y la ejecución de la obra civil por un importe inferior a tres millones de euros. El proceso no superaría los 18 meses, ejecución incluida, por lo que se daría ágil respuesta a este grave problema. En este sentido, nos ponemos a disposición de quien corresponda.

Y finalizo con dos temas extremadamente importantes. Primero, que el pequeño muelle de la Escuela Náutica, que se encuentra aún, a pesar del irrisorio coste de su reparación, en la penosa situación en la que lo dejó aquel temporal del 99, es vital para realizar las prácticas que requieren las carreras que se cursan en esa Escuela Superior de Náutica, Maquinas y Radio Electrónica. Y segundo, que el Puerto de Santa Cruz es importantísimo, y no sólo para Santa Cruz y su Área Metropolitana, sino para la Isla de Tenerife, y no podemos admitir que pierda ni un solo espacio útil, ni que nadie especule con sus entornos. Que el único lugar por el que el Puerto puede crecer, sin invadir ni un solo metro del frente marítimo de San Andrés, es justo por donde está planificada la marina que la Autoridad Portuaria aún tiene en sus previsiones. Y ese entorno, de muy adecuadas batimetrías, al ser el único por donde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife puede ampliarse, debe ser calificado oficialmente como RESERVA PORTUARIA y no puesto en manos de terceras personas, como pretenden.

© Cándido Quintana

Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz

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