EL VIENTO DE LOS PAJAROS
DUNIA SÁNCHEZ
Viento:
La brisa insiste en tildar las ventanas con su suave soplo. Un ruido casi
imperceptible pero sonoro para aquellos que en el nocturna retumban en sus
pensamientos, en una memoria que recoge cada minúsculo fallo de sus vivencias,
ya sea error de ellos, ya sea voracidad de otros. Observo como esos cuerpos
descansan. La luna menguante pisa con un firmamento estrellado, me pregunto que
amarguras sopesan en esas gentes algunas, tan contradictorias y otras tan
seguras en cada aliento que se endereza en su día a día. Ahora estoy aquí con
la brisa que por momentos toca fuerte, quiere despertar a esas almas ausentes
de la mirada, de la escucha, del habla.
Anne:
Amanece, mi cuerpo junto a la sonoridad del silencio. Los años pasan. Quizás te haya encontrado pero cierta incertidumbre me abruma, me escondo en un rincón donde mis artes de amar no se detecten. Y, sin embargo, amo. La amo desde esta reconditez donde las secuelas de la existencia aun me dejan respirar.
Espíritu :
No me ves. En qué punto de tu vida te encuentras. Examino y pienso que te
hallas en ese ápice donde te da todo igual. Un desinterés por las cosas nimias.
Has madurado y ya no necesitas de una mano para levantarte. No obstante sigues
en tu búsqueda, en la inquietud de aves de paraíso volando a ras de las
emociones, de cada sensación cuando alguien de abraza, te besa en tu cuello.
Anne:
Despegarme de la cama no me cuesta. Me incorporo y sentada medito sobre mí,
sobre lo que quiero. Lenta voy a la cocina. El silencio de estas horas precoces
de la mañana me lleva a una constante revuelta de una canción del despertador.
Ahí, viene, con su canción, con mis sentidos cantando a la vez que el café
viene. Sí, viene. Viene lento, pero viene y tomo de él. Una extraña sensación
se incrusta en mi pecho y mis latidos , pausados, despiertan la necesidad de
ser acompañada, amada. Pero esta nada….
viento
Te abro la ventana con un toque más arrebatado. Luces a la calle. Te
asomas, los pájaros no tienen ganas hoy de cantar. Quizás, están como tú. En un
silencio profundo, en un aislamiento intocable aunque desees, porque lo deseas
que te amen.
Anne:
Recurre a mi mis manos, me las miro, las palpos y una cierta dejadez pesa
ahora en los años. Pero ya no hay excusas, debo pensar que no es tarde.
Espíritu
Siempre igual, excusas para no emprender tu vuelo. Anímate mujer. Recorre
el universo que hay en ti, el universo que hay en otros y regocíjate con el
arte de amor que no es tarde. Lo tarde es cuando la muerte venga y seamos otra
vez hijo del cosmos. Porqué eso somos cuando seamos encuentro con nuestro
nicho, con nuestras cenizas.
Anne:
Quiero ser ciega. Quiero ser sorda. Quiero ser muda. Tanta barbarie en este
pizco de planeta. Presiento que algo me rodea, una sombra que me desquita de la
pena por un lado y yo me voy al otro, a este mundo donde las guerras infinitas,
donde la involución de muchos es metralla segura de vidas idas en la violencia
y venganza absoluta. Por mi mente corre un vientre abultado, la tristeza me
acoge. El hambre, la sed y me pregunto el porqué. Y como puede el ser humano en
seguir creyendo en Dioses obsoletos, herméticos. Una respuesta que no es más
para ayudar a la firmeza cuando los estragos sórdidos de los bombardeos, de la
dejadez impera en esos pueblos.
Espíritu:
¿Dónde estás Anne? Te pierdes en violaciones a la dignidad de otros
lugares. Esa dignidad que debe tener toda persona. Porque somos personas, somos
aves que vuelan a ras de yermas tierras donde el agua vomite sequedad,
venenosas batallas sin fin. Déjalo ya, Anne, no te mortificas, todo seguirá
igual y después cuando la muerte venga , no más que polvo estelar.
Anne:
Siento que las ventanas se cierran. Siento que las ventanas se abren.
Siento su golpeo incesante mientras me asomo a sentido de la vida. Aquí,
quieta, con mi café.
viento
Como viento que soy , cierro y abro ventanas. Es hora de despertar Anne y
no me refiero a ese despertar de tus ojos, de tu cuerpo sino del amor. Tienes
que enamorarte, hay una muralla larga…muy larga que bloquea tu corazón y sigues
así, en la soltura de tu callar y conversando sola con tu razón. Y esa razón te
aleja, desiste de intentarlo. Ah, Anne, no te preocupes, algún día caerás en
las redes del amor. Te atrapará y serás hermana de la lluvia. Sí, cantaras bajo
la lluvia y le dirás te quiero. Te imaginas Anne, Anne.
Anne:
Yo Anne he jurado no enamorarme. Infortunios del ayer me hacen desistir en
esa emoción, en la sensibilidad de ser roce con otra piel. Miro mis manos,
mucho han trabajado, siguen vacías. La gelidez de un aliento llega a mis
entrañas y sacudida por este extraño mundo me alejo, me ausento donde el dolor
no tiene cabida.
Espíritu.
Ah, ese dolor Anne. Tan grave ha sido que te has despedido. Pero atiéndeme,
no sabemos lo que ocurrirá en el transcurso de las jornadas. Solo sabemos del
ahora que es ya pasado y el mañana puede romper todos tus tabiques, todos esos
pilares donde habita tu olvido, el olvido de amar. Anne , querida
Anne, he venido para verte, siempre estoy aquí, pero que tu conciencia me
escuche. Dale una oportunidad a la vida, a la vida en esta tierra hija de
todos. Oh, Anne, querida Anne, refúgiate en unos brazos que de seguro toda irá
bien. Anne, querida Anne, todo irá bien.
Anne:
Y enamorarme de este mundo que me vio nacer. Este mundo enojado, violento y
presa del engaño sin la tregua de las armas, de la insolidaria matanza de todas
aquellas raíces del mismo árbol. Cada día se extiende más. Escucha, escucha, el
gemido de una anciana cuando ante ella solo hay campos de sangre, de gritos en
medio del silencio que la hacen penar , balancearse en un temblor estático en
el paso de los soles, de las lunas. Y enamorarme con el sustento de una nueva
forma de ver, de charla con mi amada¡ Dónde está¡ El agotamiento señala mis
alas, no escucho el trino de los pájaros y el despertar se ha callado! Y
enamorarme de ti, de mí de la alegría que al unísono apaga las desgracias de
este planeta, de azul planeta. Que se calle ese ruido de la monstruosidad, del
apego a los demonios que llevamos dentro…muy dentro. Luchar y luchar, con mi
yo, con todos para la paz, para el equilibrio en la madre
tierra. Por tanto me emancipo de las grotescas imágenes de la realidad y esbozo
un arco iris vital para la existencia. Miro mis manos, yermas, con la sequedad
del dolor, el dolor de esa maleta del que navega a un destino incierto y muchas
veces traidor. El viento ha parado y una brisa agradable palpa mi tez, la beso.
Si besarla como si fuera ella, como si fuera el lugar de la belleza. Una
belleza imperfecta, caminante de la armonía entre los humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario