TEATRO 2024
JOSU AIZPURUA
La obra debe
continuar, España mantenida por la Casta Peremne Hispana, debe continuar para
que los botines vencedores sigan ocultos y florecientes.
El Régimen 78, es
un neofranquismo sin Franco donde TODO está atado y bien atado.
Se hurtó de nuevo a la Historia en el 75 una superación del Golpe al Estado Republicano, y se enmascaró con una pseudotransición, que no llevó a ningún sitio diferente al franquismo y se aceptó en UE por imposición de los Lobbies que implantaron el bipartidismo neofranquista que ha superado los 40 años. Estos 40 años han supuesto la lenta laminación de todo lo que fuera memoria histórica, dejando el panorama político sin los transformadores; republicanos, comunistas, independentistas, que fueron sometidos a represión clandestina hasta acabar con su presencia pública.
Los actores
auténticos que por generación hubieran realizado una Constitución superadora,
fueron arrinconados con represión o mayoritariamente adosados con corrupción.
La ciudadanía del
Estado78, asiste sentada y con palomitas a este horrendo espectáculo del Teatro
2024.
Pero en esta obra
teatral 2024, los roles están dañados y nadie representa lo que el libreto le
dice. Hay un previo compromiso con lo que La Casta considera; el Relato,
España, y un futuro de derechas. Siglos de experiencia les dotan de unas
cloacas eficientes y cada vez menos clandestinas, pero donde la ley del
silencio y la complicidad gremial los hace impunes.
Los equilibrios de
Poder están reglados por los Lobbies y transacciones económicas impiden el
respeto democrático del Parlamento donde se habla de todo menos lo que es
interesante para el progreso social o el orden territorial.
El disimulo, la
hipocresía, y el “y tu más” sirven de tragaderas para los que usan poltrona y
pisan moqueta.
¡Qué triste es comprobar que el Teatro 2024 es
algo muy distinto a lo que nos quieren hacer ver los tertulianos y demás
fuerzas de desinformación que reciben sus argumentarios y a fin de mes sus
recompensas!
Mamandurrias a
porrón, indecencias por doquier, la derecha sierva de la Casta se dedica al
progreso de sus lacayos que obtienen sus
réditos en el noble arte del cazo, de sus comisiones para notables que
mantienen en todo su esplendor por la senda del sinmérito como primero de la
clase.
En derrumbe completo una sociedad sin rumbo ni consuelo, robotizada en su ideología que ya no es de un lado o del otro, son lo mismo, que perdieron su respeto a las siglas y hoy practican el salvaje Trumpismo con apariencias de izquierda o derecha, es igual, pues su comportamiento es individual y ajeno a lo que en sociología diríamos el bien común. No hay objetivos de grupo, de clase, colectivos; el individualismo se comió la tropa.
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