La ONU es ETA y
Villarejo son los padres
ANA PARDO DE VERA
El excomisario José Manuel Villarejo,
durante una
comparecencia en el Congreso.- EP
"Lo primero que tenemos que saber exactamente es si eso es un informe en sentido estricto de la ONU. He leído en algunos medios que esa no es la voz de la ONU en sentido estricto. Sería sorprendente que nos colasen otro bulo. Lo que sí le puedo asegurar es que sobre memoria histórica lo tenemos muy claro en el PP. Creemos que el franquismo ha sido una dictadura y que ETA ha sido una banda terrorista. El Gobierno no tiene autonomía para decir esto de ETA". Las palabras de Alberto Núñez Feijóo en la entrevista que le hizo el director de La Vanguardia, Jordi Juan, y se publicó el pasado domingo, no dejan lugar a dudas sobre cómo funciona su estrategia, la que lleva aplicando desde que fue designado candidato sucesor de Manuel Fraga a la Presidencia de la Xunta. Feijóo apunta, el PP (y su escisión ultra, Vox) dispara.
Feijóo
no es político de dar entrevistas, ahora no le queda más remedio, y con todo,
para ser un líder de la oposición en el Congreso, concede pocas, pero todas se
dirigen al mismo sitio: señalar el paso a o de los suyos/as para la ofensiva más
visceral contra el Gobierno.
Dos ejemplos en una misma entrevista de dos páginas son una gran proporción
para ilustrar esto de lo que hablo.
Primero,
atacar a la ONU por encargar a dos relatores un informe sobre los proyectos de
ley de presunta concordia de los gobiernos autonómicos de (ultra)derecha, de PP
y Vox. En X-Twitter se desató la
locura, el tuit del diputado Rafael Hernando es
solo es una muestra; se le sumaron otros dirigentes y representantes del PP: "A instancia del gobierno
Sanchista se pide a unos relatores q trabajan para ONU,
conocidos por apoyar a ETA, un informe sobre leyes de concordia de varias CCAA
del PP Su infundio se presenta como opinión oficial de la ONU. Hoy
la ONU lo desmiente. Otro Bulo más del fango".
Entre
los parlamentarios más desatados/as, he llegado a leer réplicas al ministro de
Presidencia, Félix Bolaños, al hacerse eco de la
noticia; o que El País publicaba
un "bulo" en portada por titular "La ONU insta a España a
adoptar 'las medidas necesarias' contra las 'leyes de concordia' de PP y
Vox", porque no era la ONU, dicen los ultras, sino relatores de
la ONU, esto es, los expertos voluntarios que informan a Naciones
Unidas sobre las posibles violaciones de Derechos Humanos. Lo del bulo es un delirio que solo manifiesta
ignorancia o insulto a la inteligencia de la ciudadanía medianamente informada
e interesada por su democracia, que incluye (¡oh, sorpresa!) la defensa de los
Derechos Humanos como premisa básica. ¿Pero qué va a decir un PP coaligado con
el fascismo de los desvelos de los y las demócratas europeas de cara a las
elecciones de junio? La estrategia de la (ultra)derecha es sencilla: "¿Pedro
Sánchez denuncia bulos? Nosotros, más, porque todo lo que no nos conviene es un
bulo".
Antes
de empeñarse en que la ONU es ETA, en la misma entrevista del
domingo, Feijóo quiso dejar claro que lo de la operación Catalunya,
la Kitchen las cloacas policiales de Interior, las
conversaciones de Jorge Fernández Díaz sobre informes que "te afina"
la Fiscalía o de los que "El presidente lo sabe" ... Hasta Villarejo,
todo son los padres. Una invención, vaya. Lean: sobre la operación Catalunya y la publicación de informaciones
falsas creadas por Interior: "Creo que lo que rodea a
Villarejo es probablemente otro bulo más. Está en un sumario.
Aclárese, concrétese y aceptemos la verdad judicial como una verdad
política". Y sobre el "hay que matar políticamente a
Sánchez" de las cloacas (que todas hemos podido oír), dice el líder de la oposición al Gobierno:
"Tengo mis dudas de que sea verdad. Porque si nos creemos todo lo que ha
dicho Villarejo, pues podríamos creer una cosa y su contraria. Es más, he escuchado que Villarejo tenía una relación bastante cordial con
el suegro de Sánchez. Habría que saber cuál es la verdad".
Feijóo
es experto en coger mimbres reales y enredarlos con los falsos para lanzar
manipulaciones y acusaciones engañosas y negar las que le afectan, a él o a su
partido. Por ejemplo: claro que Villarejo ha mentido, pero una cosa es eso y
otra, sus operaciones de cloaca que han
salido a la luz probada y contrastadamente en los juzgados mediante indicios y
pruebas demoledoras, como las de la operación Catalunya, con el
impagable papel criminal del Ministerio del Interior del Gobierno de Mariano Rajoy. Cuando la realidad es tan apabullante,
llega un momento en que caes en lo grotesco al negarla. ¿Hasta qué punto a los
votantes ese ridículo les parece asumible? Eso es lo que está por ver, de ahí
el empeño de la (ultra)derecha en tapar y emborronarlo todo; que no veamos cómo
se las gastan, con(tra) la democracia y sus Derechos Humanos implícitos.
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