MONSEÑOR, CONSULTE ANTES CON
EL ESPÍRITU SANTO
JOSÉ
ANTONIO MARTÍN PALLÍN
Abogado. Comisionado de la
Comisión Internacional de Juristas (Ginebra).
Ha sido Fiscal y Magistrado del
Tribunal Supremo.
El presidente de la CEE, cardenal Juan José Omella (i), y el secretario
General de la CEE, Francisco César García Magán (d), durante la celebración del
encuentro final de preparación de los trabajos para la Asamblea continental del
Sínodo, en la sede de la Conferencia Episcopal (CEE), a 28 de enero de 2023, en
Madrid (España).-
En plena sesión de investidura y con un debate encendido en el terreno político y jurídico sobre la posibilidad de otorgar amnistías en el marco de la Constitución ha irrumpido de forma absolutamente innecesaria e impertinente, el Secretario General de la Conferencia Episcopal, Francisco César García Magán, sin que la cúpula de la Iglesia católica española se haya pronunciado, de una forma expresa y formal, sobre su posición en relación con una posible amnistía para todos los hechos considerados delictivos que se sucedieron durante los procesos hacia la independencia en Cataluña. A estas alturas el silencio me parece clamoroso.
Ante la sorpresa
generada por sus palabras el colegio episcopal ha realizado un habilidoso
regate, en la más pura línea de la doctrina escolástica, puntualizando que no
son declaraciones sino una "respuesta del secretario general a preguntas
de los periodistas" y que no tiene el mismo peso que una nota o comunicado
escrito de la Conferencia. De acuerdo, pero a la vista de la incuestionable
trascendencia de esa respuesta y toma de postura por su portavoz debían ser
conscientes de que ocasiona un perturbador efecto político y debían cuanto
antes en esa nota comunicado al que ustedes aluden, aclarar cuál es la postura
de la Conferencia Episcopal sobre una medida de gracia y clemencia como es la
amnistía que la Iglesia católica de España ha tolerado y compartido a lo largo
de los siglos sin caer en la tentación de inmiscuirse en una cuestión que va a
ser unos de los temas estrella del debate de investidura de Pedro Sanchez.
Quizá sin
proponérselo ha dividido usted sus feligreses en españoles y catalanes. Habrá
leído o incluso comentado con sus hermanos, la posición de los obispos de las
diócesis catalanas que han rechazado tajantemente sus declaraciones. Los
obispos catalanes han criticado mediante un comunicado las palabras del
secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César
Garcia Magán, ante la posibilidad de que el acuerdo de investidura de Pedro
Sánchez incluya la aprobación de una medida de ese tipo para los encausados en
torno al 'procés'. Los obispos catalanes consideran que las declaraciones o
valoraciones jurídicas hechas por García Magán no reflejan la posición
institucional de la Iglesia. Es más, la Conferencia Episcopal no tiene nada que
decir sobre este tema.
Monseñor permítame
que le diga modestamente que no tuvo un buen día. Debió recordar que la Ilesia,
a la que usted representa en las comparecencias públicas, ya se había
pronunciado a favor de los indultos secundando una petición de la Conferencia
Episcopal tarraconense en la que manifestaron: "Nosotros estamos por el
diálogo y el perdón, como los obispos catalanes", sentenció en aquel
momento el que fuera entonces dirigente de los obispos, Luis Argüello. Esta
usted a tiempo de rectificar. Consulte con el Espíritu Santo y léase el Libro
de la Sabiduría de la Biblia que, según la traducción española, en su Fascículo
Primero nos recuerda que la sabiduría es un espíritu amador del hombre.
Son ustedes los
inventores de la indulgencia plenaria que según el código de derecho canónico
es la remisión total ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya
perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas
condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora
de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las
satisfacciones de Cristo y de los Santos. Aprenda usted de su maestro
Jesucristo al que los fariseos quisieron comprometer ante la autoridad
terrenal. Le preguntaron si era lícito
pagar impuestos al César. Cogió la moneda que mostraba la efigie del emperador
y sentenció con sabia finura dialéctica: "Dad al César lo que es del César
y a Dios lo que es de Dios". Se lo traduzco a un lenguaje actual. La doctrina de la Iglesia no puede suplantar
la soberanía popular que encarna un parlamento democrático.
Según la
Conferencia Episcopal no fue una manifestación propia pero no le han
desautorizado, no han precisado cuál es su posicionamiento. En todo caso a
partir de ese desliz creo que debe usted meditar seriamente sobre sobre su
capacidad y preparación para ejercer el cargo que hasta el momento
ostenta. Por favor abandone sus
funciones cuanto antes o rectifique de manera clara y contundente, sus
manifestaciones que contradicen los principios fundamentales de la religión
católica apoyada en el perdón y la conciliación.
En el debate sobre
la investidura con toda seguridad se utilizarán sus palabras como argumento
para atacar la decisión política de conceder una amnistía a todas las personas
involucradas en los sucesos acontecidos con ocasión de las decisiones políticas
que se tomaron para llegar a una independencia que como he dicho reiteradamente
no puede admitir decisiones unilaterales contrarias a nuestra Constitución.
Monseñor, como sabe
usted mejor que yo, las sesiones plenarias de la Conferencia Episcopal española
comienzan invocando al Espíritu Santo con el cántico Veni Creator Spiritus en
uno de cuyos pasajes se puede leer: "Ilumina nuestros sentidos, infunde tu
amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio fortalece la debilidad de
nuestro cuerpo". O el Espíritu
Santo andaba desorientado o en otras preocupaciones más propias de la Santísima
Trinidad o usted se olvidó de invocarlo antes de responder como lo hizo a las
preguntas de los periodistas. Pero no se preocupe no va estar usted solo, el
ataque no ha hecho más que empezar.
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