BOLIVIA: ZAMBOMBAZO ELECTORAL
ÁNGEL
GUERRA
La rotunda victoria electoral de Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) confirma el apoyo del pueblo boliviano a la Revolución Democrática y Cultural y sus conquistas de 14 años. Con el 87% de los votos computados y una participación del 88 por ciento, el MAS se impone con más del 54% (7% más que en 2019, igual número que en la elección de 2005 cuando inició su gobierno de 14 años). Logra una ventaja de 25 puntos sobre su más cercano competidor, el ultraneoliberal y represor Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, y de 10 sobre toda la oposición.Derrota a la derecha y la extrema derecha juntas. Debe subrayarse, lo consigue en condiciones de dictadura, masacres, odio racial, persecución, exilio, o asilo en embajadas, de varios de sus líderes.
El caso más notorio, el de su fundador Evo
Morales, forzado a salir del país por un golpe de Estado digitado por Estados
Unidos a través de la OEA y salvada su vida por una operación de rescate
montada por el gobierno de López Obrador en coordinación con el argentino
Alberto Fernández, que ahora cobra toda su dimensión histórica. El proceso
boliviano es emblemático en la ola de gobiernos revolucionarios y progresistas
iniciada en nuestra región con la elección de Chávez a la presidencia de Venezuela
en 1998. Su Constitución plurinacional y pluricultural viabilizó el ejercicio
de su identidad y derechos a los pueblos originarios y afrodescendientes, que
componen la mayoría de la población. Evo
hizo brillar a Bolivia en el mundo y se convirtió en uno de los referentes
principales de la lucha antimperialista y por la paz. Esta victoria confirma el
acierto al escoger la fórmula del MAS, en la que se reunía el éxito y
estabilidad económica de la que Arce fue artífice, con la sólida trayectoria de
David Choquehuanca como líder indígena y su brillante ejecutoria diplomática,
unida a un activo trabajo político del MAS. Ello ensanchó el apoyo de los
pueblos originarios y campesinos pero también recuperó el voto de clase media
que había dejado de respaldar el proceso de cambios. Confirma que el MAS ganó
también la elección de octubre de 2019, cuando la OEA denunció un supuesto
fraude electoral, que abrió la puerta al golpe de Estado.Varios estudios de
reconocidos académicos demostraron que tal fraude nunca existió y no fue más
que el argumento usado para justificar el golpe.En su gestación fue muy activo
el lobby cubanoamericano de Miami, muy influyente bajo la presidencia de
Trump.Todo ello permite afirmar que la victoria del pueblo boliviano rebasa las
fronteras nacionales y significa un poderoso estímulo para las luchas populares
en América Latina y en el mundo.
Bolivia: zambombazo
electoral
El MAS ganó por 56
puntos en La Paz y El Alto y también cómodamente en los departamentos de
Cochabamba, Potosí, Oruro y Pando. Perdió ante Mesa en Beni y Tarija, bastión
derechista, y su derrota más importante se dio en Santa Cruz -asiento de grupos
fascistas- ante Luis Fernando Camacho, líder de extrema derecha, y, como Mesa,
activo partícipe del golpe de Estado del año pasado. Allí el MAS obtuvo solo el
35 por ciento de los votos, mientras Creemos, de Camacho, se quedó con el 45.
No es casual que sea Santa Cruz donde ya ha habido protestas por un supuesto
fraude electoral. En línea con este desplante derechista, la dictadora Jeanine
Áñez, en abierto desafío a la Asamblea Plurinacional, repuso en sus cargos al
represivo ministro de gobierno Arturo Murillo y al ministro de educación Víctor
Hugo Cárdenas, que habían sido destituidos por una moción de censura de ese
órgano, dominado por el MAS.
Muy oportunamente,
el gobierno de México cuestionó a Luis Almagro como secretario general de la
OEA.Maximiliano Reyes, subsecretario de la cancillería, dijo en la Asamblea
General del organismo que durante las elecciones presidenciales de Bolivia en
2019 la Secretaría General de la organización “utilizó de manera facciosa a la
misión de observación electoral para denunciar prematuramente un supuesto
fraude que nunca existió”y llamó a Almagro a someterse a una autocrítica y
reflexión “para determinar si aún cuenta con la autoridad moral necesaria” para
encabezar el organismo. Simultáneamente, el Grupo de Puebla exigió con el mismo
argumento la renuncia del indeseable personaje. No tengo duda de que el
uruguayo envió la misión de observación electoral a Bolivia precisamente para
asegurarse, por los medios que fuera, de que el MAS no ganara la elección como
vaticinaban todas las encuestas.Fueron la aplastante votación para el masismo y
la presión popular lo que obligó a que se dieran a conocer las encuestas a boca
de urna que la confirmaban y frustraron los planes de Almagro en un momento el
que el gobierno de Trump está enfrascado en la elección.
Quedan importantes
asuntos pendientes, entre ellos el de hacer justicia a las víctimas de la represión
golpista y juzgar a los responsables.Arce ha advertido el desplome de la
economía del primero al último lugar en la región, la urgencia de atacar el
hambre de inmediato con un bono de mil bolivianos y dio a conocer que
restaurará las relaciones diplomáticas con Cuba, Venezuela e Irán en clara
señal de que Bolivia vuelve al camino independiente y latinoamericanista.
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