martes, 7 de enero de 2020

UNA ESCRITURA PARA VÍCTOR RAMÍREZ


UNA ESCRITURA PARA VÍCTOR RAMÍREZ
LORENZO DORESTE SUÁREZ
Víctor Ramírez lleva muy arraigadas en el alma sus ideas independentistas, de denuncia del poder corrupto, de lucha contra la ignorantación, el abuso del colonizador, la cobardía del colonizado, etc. Pero a la hora de enjuiciar un texto de un autor canario, aunque rechace sus ideas, piensa Víctor que al fin y al cabo publicar en Canarias es una labor positiva, que más vale que incluso los derechosos españolistas se definan, etc.

Y el resultado es que Víctor Ramírez se convierte así, para mí, en el principal promotor, sin reticencias de ningún tipo, de toda la literatura y el arte hechos en Canarias.
Cuando le comenté que cierto historiador canario era muy derechoso, me contestó:
-No importa el enfoque que le dé a nuestra historia; no importa que sea un mercenario del poder colonial. A su pesar ese autor es también un benefactor de nuestra patria, porque está dando testimonio público de unas realidades que están ahí. Lo grave sería que no escribiera nada.


Estas declaraciones de Víctor Ramírez muestran una filosofía de la vida, de la literatura y del arte muy positiva, digna de encomio. El problema de países tan represores como España, o tan represaliados como Canarias, es el de las grandes frustraciones que arrastra casi todo el mundo: una consecuencia del nacional-catolicismo secular. En cambio, en los países que experimentaron la Reforma Protestante, florecieron más la literatura y las ciencias.
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Un día le dije a Alfonso Oshanahan: “Alfonso, tengo varias novelas y obras de teatro escritas y no puedo publicar nada, porque los editores me piden cantidades que para mí son exorbitantes”. Alfonso me contestó: “Habla con Víctor Ramírez, que no es editor profesional, pero tiene mucha experiencia editorial”. Yo sólo conocía a Víctor Ramírez de sus novelas y cuentos, y me parecía un narrador muy interesante por su originalidad o, mejor dicho, por su valentía. Valentía para inventar personajes y situaciones, valentía para buscarle nuevos matices expresivos al idioma, y valentía para plantear cuestiones sociales lacerantes.
Vi que junto a Rafael Franquelo había editado antologías de autores canarios, así como libros de algunos autores de valía que yacían en el olvido. Sin duda, una labor muy meritoria. Pero me llamó la atención el talante con que Víctor  la realizaba.

         Estas declaraciones de Víctor Ramírez muestran una filosofía de vida, de la literatura y del arte muy positiva, digna de encomio. El problema de países tan represores como España, o tan represaliados como Canarias, es el de las grandes frustraciones que arrastra casi todo el mundo: una consecuencia del Nacionalcatolicismo secular. En cambio, en los países que experimentaron la Reforma Protestante, florecieron más la literatura y las ciencias. En España, y más en Canarias, hay mucho frustrado, que al no tener vías de desarrollo para  sus aspiraciones artísticas, profesionales y humanas en general, se convierte en un envidioso de cualquier éxito del prójimo. Yo estoy muy sensibilizado respecto a este problema porque lo sufrí en la cabeza y en el ánimo de mi tío Víctor Doreste, un hombre en constante estado de creatividad musical y literaria. Todos los días se sentaba al piano y componía unos bellos compases musicales que, en su mayoría, no pasaba al pentagrama porque sabía que no podría difundirlos. Le negaron hasta la posibilidad de escribir en el periódico; y luego los que le habían hecho daño o le negaron su ayuda, comentaban: “¡Qué pena!, ¡un talento desaprovechado! Es un bohemio, un vago que no da golpe”.

Se podrá estar de acuerdo o no con las ideas de VR. Pero lo que no se le puede negar es su interés por la promoción de los valores canarios. Desde que le conozco se ha preocupado de la promoción de mis libros y escritos en la prensa. Y esto no es porque seamos afines en muchas cuestiones sociales e ideológicas. Lo he visto interesado por la promoción de libros de todo tipo de ideologías y estéticas. Mucha gente rechaza, no ya las ideas, sino la persona de VR. Hay algunos que me han manifestado su disgusto por invitarlo a las presentaciones de mis libros. A los que tal dicen quiero contestarle. “Pues escribe un libro rebatiendo todas sus ideas una tras otra y propónle que te lo presente en un acto público. Verás que no se negará.
Y es que VR tiene un gran miedo a la frustración, y no la quiere ver en sí mismo ni en nadie de su querida Patria Canaria.

La Gaceta, 21 febrero de 2005




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