VETE GUAIDO: QUE YA SE TE VE EL PLUMERO
POR TOMAS F. RUIZ
Mira Guaido: no sé
cómo decírtelo… Y el caso es que los dos hablamos español, aunque el tuyo sea
el castellano feudal, el de los conquistadores que saquearon tu tierra de la
mano de la monarquía española, el de los inquisidores que hicieron arder en
llamas la cultura autóctona de Venezuela, el de los terratenientes y hacendados
que durante siglos usaron el látigo para someter nativos y la cruz para violar
esclavas… Mi español, sin embargo, es un idioma que repudia esa historia de
sometimientos, exterminio y genocidio que mis antepasados conquistadores
practicaron en tu tierra, un idioma universal que reclama una Venezuela libre,
donde no haya familias pobres, ni niños hambrientos, no un país donde los ricos
se nieguen a repartir sus riquezas y conspiren para aplastar los derechos del
pueblo.
La Venezuela que tú
quieres imponer, Guaido, es un país bloqueado por el terrorismo norteamericano,
un país donde el pueblo pase hambre y donde no funcionen ni los hospitales ni
las escuelas, ni las fábricas ni los recursos energéticos. Tu objetivo no es
otro que pactar con EE.UU para estrangular la economía venezolana, para someter
de nuevo al pueblo por el hambre y arrebatarle todo lo que hasta ahora ha conquistado.
Tu único objetivo es repartirte con Norteamérica el botín de sus recursos
energéticos.
Yo acepto al
legítimo gobierno venezolano, un gobierno que representa al pueblo y al que los
traidores como tú amenazan y quieren someter desde la estúpida arrogancia de
estar apoyados por el no menos arrogante presidente norteamericano. Con mi
español hablo de tus sicarios, los guarimberos, esas jaurías de hienas que no
son otra cosa que mercenarios armados por el Pentágono y dirigidos por tu
cómplice, Leopoldo López, entrenados para hostigar al gobierno y quemar por las
calles a los venezolanos que se atrevan a declararse chavistas… ¡Qué orgulloso
debes sentirte de esas bestias infrahumanas!
Eres despreciable,
Guaido, no sólo porque seas un traidor a tu país, una marioneta que, de la mano
de los intereses norteamericanos, pretende prolongar el hambre y la miseria en
Venezuela. Eres despreciable porque eres un cobarde y un arrogante que se
atribuye cargos políticos ilegítimos, que no quiere otra cosa que mantener a la
población venezolana bajo el feudalismo de la Edad Media. Acepta de una vez que
Venezuela ha vencido, Guaido; que su pueblo ha aprendido a defenderse de las
alimañas como tú y que ya no teme a las amenazas de invasión con que la
desafían tus amos. Acepta que gracias a ese pueblo armado, a esa población
dispuesta a no ser nunca más esclava, los enemigos de Venezuela que tu
representas no pueden dar, como en la vecina Bolivia, un sanguinario golpe de
Estado.
Por muchos teatros
que montes en tus apariciones en público, rasgándote las vestiduras y acusando
a la que tu llamas “dictadura venezolana”, tus cargos son espurios, falsos, no
han sido refrendados por los votos del pueblo en las urnas. Tus cargos no valen
nada Guaido, eres un payaso, una marioneta movida por los intereses
norteamericanos. Estamos hartos de tus histriónicos montajes, de tus espurias
protestas, de tus enmascaradas mentiras. Aquí sabemos que, ni ahora ni nunca,
vas a representar al pueblo venezolano, que no eres ni presidente de la Asamblea
Nacional ni, menos aún, representante de la soberana nación de Venezuela. Ni
siquiera te consideramos un político honesto. Si en Venezuela gobernara un
dictador, como continuamente denuncias, tú ahora estarías en la cárcel, en vez
de recibiendo dólares en tu cuenta corriente por hacer payasadas encima de una
verja.
Por mucho dinero
que inviertan tus amos, mandándote a hacer el bufón por todo el viejo
continente, por mucho que los medios se hagan eco de tus mentiras y tus
fanfarronadas, por muchas recepciones que los gobiernos serviles a EE.UU te
ofrezcan, aquí nadie te quiere… ¿O es que aún no te has dado cuenta de eso?
Vete Guaido. Si te
queda un mínimo de vergüenza, vete de una vez y deja de hacer el mamarracho…
Aquí no queremos políticos degenerados. Con los que ocupan los podridos escaños
del hemiciclo de nuestro parlamento, esos que acuden a hacerse la foto contigo
porque se lo ordenan desde Washington, nos basta y nos sobra…¡Vete de una vez,
que ya se te ve el plumero!
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