ELOGIO DE KRAUS CON VICTOR RAMIREZ
LORENZO DORESTE
SUÁREZ
Diario de Las Palmas,
21-junio-1997
Víctor
Ramírez, en su columna “Agüita pasada”, ha comentado una conversación privada
que sostuvimos él y yo sobre Alfredo Kraus.
Por lo visto algunos canarios se han
indignado ante las manifestaciones políticas de Kraus. Creo, en efecto, que
Kraus en estas cuestiones anda un poco despistado. Pero eso le pasa a la
mayoría del pueblo canario, un pueblo subyugado al que se le ha impedido que se
forme políticamente.
Estamos en Canarias en épocas de cambios
profundos. El nacionalismo canario, tan viejo como el vasco, pero ignorado por
los españoles, vuelve con renovados ímpetus. Si queremos construir la
nacionalidad canaria ha de hacerse sobre el trabajo creativo como piedra
angular. Y precisamente Alfredo Kraus es un ejemplo admirable de trabajo
creativo, perfeccionista.
A
eso contesto que no hay trabajo despreciable (salvo los ilícitos). Todos los
trabajos me son importantes y necesarios. A veces los trabajos humildes son más
necesarios para la buena marcha de la sociedad que los trabajos rumbosos.
El trabajo es monótono cuando son escasas
las ambiciones. Si un trabajo no gusta, es fácil quejarse. Pero lo más idóneo,
aunque más difícil, es intentar motivarse, o formarse para aspirar a otro
trabajo más satisfactorio.
Y, por otra parte, no por llamarse Kraus,
se es trabajador creativo. Ahí están los contraejemplos de Paco y Patricia
Kraus, dicho con todos los respetos.
Pero
el pueblo que es trabajador y no es rebelde se convierte en un burro de carga,
pues los beneficios se lo llevarán otros. Alfredo Kraus también ejerce esta
vital cualidad de la rebeldía. No es como muchos de sus colegas españoles que van a halagar al poder y al público.
Kraus dice sus verdades de profundo
conocedor de la música, sin demagogias ni paliativos. Kraus ha denunciado
repetidas veces la política musical española: mucha fantasmada de nuevas salas
y actos musicales multitudinarios. Pero se han olvidado totalmente de la
educación musical, que debe empezar desde la infancia.
*
Pues
sí, amigo Víctor Ramírez; abomino del trabajo compulsivo, al estilo calvinista
y capitalista. Abogo por el trabajo creador, el que une a las personas con sus
semejantes, pues atiende a las necesidades de éstos, necesidades de todo tipo:
emotivas, intelectuales, materiales… y que, por supuesto, sea un trabajo que
respete siempre a la Naturaleza.
Ahí está otro ejemplo muy curioso de
trabajador canario, que eres tú, ¡oh, gran Víctor Ramírez! ¿Cuántas tardes de
tu vida malgastaste en la tienda de Dominguito Macías charlando con los
parroquianos y bebiendo cerveza? Eras feliz. No tenías ambiciones
Hasta que reflexionaste. Empezaste a
escribir. Y vino el profesor milanés Danilo manera y te dio a conocer en
Italia. Y yo traduje del italiano, para DIARIO DE LAS PALMAS, los estudios de
este profesor sobre tu obra. Y ahora que te han llamado los alemanes, estoy
mejorando mi rudimentario alemán por si se ofrece.
Luego
te uniste a Rafael Franquelo. Juntos han formado ustedes una loable potencia
editorial sin la cual no hubiesen visto la luz muchas obras de autores
canarios.
Ahora dices que lo mejor que podemos
hacer por nuestro pueblo es nuestra obra bien hecha. Yo pienso igual. El
trabajo creativo y la rebeldía ante las injusticias deben ser los puntales de
la nación canaria.
Veo al canario muy criticón. A veces se
regodea maliciosamente en los defectos ajenos, como corresponde a un pueblo
acobardado, colonizado y frustrado. Cuando trabaje, luche y se rebele, se
sentirá más satisfecho de sí mismo.
Mirará con indulgencia los despistes
políticos de Alfredo Kraus, y se deleitará con el depurado arte de quien, por
méritos propios, ha llegado a ser el canario más universal después de GALDÓS.
***
(*)
LORENZO DORESTE SUÁREZ ejercía de catedrático de la Universidad de La Palmas y
de escritor con novela y ensayos literarios.
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