lunes, 4 de marzo de 2019

DEMOCRACIA


DEMOCRACIA
JM AIZPURUA
A ver si lo entienden los obtusos: Democracia es el sistema en el que participan todos en igualdad de oportunidades.
Su antípoda es el Fascismo, en el que un grupo se apropia del sistema e impone su visión en la que hay buenos y malos.
Desde que mi uso de razón se reveló, yo siempre fui demócrata, de izquierdas, pues era donde mi razón me conducía, pero demócrata por encima de todo. Criado entre los brazos clandestinos de la democracia cristiana italiana, pronto abandoné sus criterios y me enrolé en la 3ª vía para encontrar un mundo nuevo. Nunca abandoné la Democracia.
Y lo primero que aprendí en la Democracia es que en ella no cabe la monarquía, por su origen, por su acción bélica en la historia, y por encarnar la herencia machista como fórmula de sucesión. Es una organización antidemocrática, clasista, alejada del progreso y el mérito.
La Democracia solo se alcanza en la Republica, condición necesaria pero no suficiente.
Y en la Democracia el “pueblo”, concepto equivoco pues suele ser el habitat de antiguos patrimonios reales -coloniales en el que se encuentran presos diversos pueblos, distintas etnias, es el sujeto y garante de unos principios sociales que en forma de Leyes conducen el devenir de la sociedad.
El progreso social, aquello que hace que ya las sociedades no conserven ya la esclavitud en sus leyes, ni el derecho de pernada, ni la mujer en la cocina, se consiguió con democráticas vulneraciones de las leyes injustas en nombre de la Democracia, es decir de la libre determinación de mayorías progresando. Así es la vida.
El fascismo en sus múltiples caras se oculta aparentando democracia, y no olvidemos que el Caudillo llamó a su Régimen “democracia orgánica”, posiblemente por que en ella hacía lo que le salía de sus órganos genitales. Aprendamos: aquel sistema o régimen que se basa en el maniqueo diferenciador de un pensamiento único, que crea una “normalidad” uniforme dejando fuera al diferente u obligándolo a fingirse de acuerdo; es el fascismo.
Por el contrario, la Democracia es el sistema que integra a sus ciudadanos respetando su dignidad y derechos, y procurando la garantía de los diferentes en raza, religión, fortuna, sexo y formas de vida, lo que reflejan sus Leyes consensuadas y garantistas.
Las cosas son bien sencillas, claras, y son los vergonzantes fascistas los que obscurecen con palabros la realidad social. España está muy lejos de ser una Democracia y es el neofascismo franquista el que alimenta los pensamientos de sus derechas y paradójicamente de sus izquierdas inmaduras.
El método, similar al franquista, es el aglutinar un grupo que se impone aplicando leyes desde sus togados, descalificando al adversario, negando su dignidad, burlándose de sus creencias y haciendo mérito de su descalificación. Nada más lejos de la Democracia.
El reconocimiento al diferente, la aceptación de sus derechos, el constante diálogo de conflictos es lo que identifica al demócrata que para vivir en Democracia necesita que las Leyes reflejen estos valores universales que tienen su base en los DDHH.
El cacareo de los neocons es molesto, pero no puede hacernos perder el norte. Tres caras tiene el neocons español; a cual mas dura, a cual más falsa, a cual más oscura y tenebrosa. Si lo dejan progresar, habremos perdido una nueva oportunidad de incorporarnos a la Europa democrática y el naciente Estado 78 prematuramente envejecido seguirá la senda de los pasados desastres históricos que acabarán con su desaparición.
El respeto es necesario para construir Democracia entre diversos y sin él: no hay leyes justas.

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