PABLO CASADO EN BARRIO SÉSAMO
DAVID TORRES
Aunque Pablo Sacado
se sacó la carrera de Derecho mediante homeopatía (más un máster de regalo),
está claro que la aritmética, la física y las ciencias en general no son lo
suyo. Parecía muy difícil reemplazar a Mariano, el Señor de los Hilillos, que
con sus disertaciones sobre el vecino y el alcalde, y su dificultad para
entender su propia letra, parecía que no tenía quien le tosiera a la hora de
dar la nota chorra. Nos equivocábamos de plano y ahí está Pablo Casado, que
marcha a la increíble velocidad de dos memeces por semana, para demostrar que
Einstein tenía razón al afirmar que sólo había dos cosas infinitas, el universo
y la estupidez humana, aunque no estaba muy seguro de la primera.
Un día Casado se
quedó atascado en un ascensor en Lérida junto a 14 asesores de su equipo porque
no acababa de comprender que el cartelito con las instrucciones colgado en una
pared del ascensor (que avisaba que el aparato permitía una carga máxima de 10
personas) se refería precisamente a ese ascensor. Otro día, el rector de la
Universidad Politécnica de Cartagena le confió que había sido profesor de
microondas de su segundo de a bordo, Teodoro García Egea, en ese mismo centro y
Casado se echó a reír. “¡Pero si no sabe cocinar!” soltó. El rector tuvo que
aclararle que se refería a la carrera de ingeniería, que Teodoro terminó entre
hueso y hueso de aceituna. Hay ciertos conceptos que Casado no acaba de pillar
bien y de ahí que también confundiera Harvard con Aravaca.
Por eso, siempre
atentos y previsores, los fontaneros de Génova acaban de estrenar un video
donde Epi y Blas explican a la audiencia cómo funciona la ley D’Hondt y el modo
en que la fragmentación del voto hacia Vox podría lograr que el PP perdiera un
montón de escaños en las pequeñas circunscripciones. Para que no le quepan
dudas en su cabeza de mandarina, Blas le dice a Epi que bastaría que él y don
Pimpón votaran a Vox en lugar de al PP en una provincia donde se necesitarían
mil votos por escaño para que ambas formaciones se quedaran en blanco, por
culpa de esas dos papeletas, y el ansiado escaño fuese a parar a manos de
Sánchez y sus malvados socios separatistas. Es muy posible que esta estrategia
resulte contraproducente, ya que muchos de los hipotéticos votantes del PP
podrían llegar a creer si no los estarán tomando por imbéciles al recurrir a
dos marionetas de Barrio Sésamo para explicarles algo tan sencillo, pero nunca
hay que descartar la posibilidad de que, efectivamente, les estén tomando por imbéciles.
De otra manera no se entiende que les sigan votando.
Sin embargo, no hay
que olvidar que los cerebros grises de Génova piensan en todo y que el
pedagógico video está diseñado únicamente para un solo votante, Pablo Casado,
quien aun así el día decisivo podría equivocarse y elegir la papeleta de Vox.
Para estas cosas de contar a lo mejor tendrían que haber contratado al conde
Draco.
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