UN GOBIERNO A LA MEDIDA DE LA IDEOLOGÍA
DE LA CLASE DOMINANTE
POR ANGEL MALATESTA
La
simulación de una regeneración del régimen se ha establecido a través de una
moción de censura, y no a través de unas elecciones
Los
gobiernos de España a lo largo de este régimen monárquico ya nos tienen
acostumbrados a representar una ficción ideológica artificiosa creada para tal
fin. Unas veces pretenden representar una línea abiertamente conservadora y
nacional-católica, otras veces una línea conocida como “progresismo centrista”,
y entre esas fluctuaciones nos hemos movido en las legislaturas de la historia
reciente.
Sin
embargo, en este nuevo gobierno formado por Pedro Sánchez, se dan algunas
novedades poco palpables habitualmente. Comenzando porque la simulación de una
regeneración del régimen se ha establecido a través de una moción de censura, y
no a través de unas elecciones. Novedad que, aunque discutida públicamente por
sectores de la derecha, por el hecho de ser una novedad en el sistema de juego,
ha caído en gracia y ha sido aprovechado por los medios de propaganda
comunicativos.
Otra
novedad que ayer mismo ya se atisbaba era la formación de un gobierno formado
por ministras y ministros de orígenes aparentemente dispares, pero que todos
tienen en común una única característica: son un compendio perfecto del
conservadurismo que se presenta con la cara más progresista, alardeada ya desde
sus medios de comunicación, véase el ejemplo del diario Público, y sus flores y
alabanzas al nuevo gobierno del régimen. Pedro Sánchez ya tenía pactado y
configurado un gobierno en la senda de sus predecesores, fiel a las recetas
económicas del capitalismo global, al espíritu golpista del artículo 155 y la
represión desatada en el Estado español, y por supuesto, unas carteras ministeriales
que representen bien la ideología de la clase dominante.
Algunos
ejemplos de esta afirmación son los siguientes:
– Carmen
Calvo, que ocupará el cargo de ministra de Igualdad y la Vicepresidencia del
Gobierno. Donde muchas personas han querido ver en esto un símbolo de
empoderamiento femenino, el análisis es claro en otro sentido. La igualdad es y
será vista desde el gobierno siempre como una cuestión menor o secundaria,
tanto es así que el tiempo que le quede libre a la Vicepresidenta, lo ocupará
en segundo plano con la cartera de Igualdad.
– Josep
Borrell, el ya viejo conocido Ministro de Obras Públicas en el Gobierno de
Felipe González y furibundo contra el independentismo catalán, que llegó a
declarar hace semanas que habría que desinfectar los medios comunicativos
catalanes, ha sido nombrado Ministro de Asuntos Exteriores.
–
Magdalena Valerio, como Ministra de Trabajo y que marca ya la política que
llevará por ejemplo con el tema de las pensiones. La responsable de Seguridad
Social en la ejecutiva del PSOE en Castilla-La Mancha, y encargada de mantener
los puntos fuertes de un Pacto de Toledo (relativo a las pensiones) anunciando
una reforma estructural del mismo. Se intuye que en el sentido que los grupos
financieros de poder vienen ya años marcando, otorgando mayor peso a los fondos
de pensión privados como negocio redondo.
– Teresa
Ribera, nueva Ministra de Transición Ecológica, nótese desde un principio el
neolenguaje utilizado para otorgar sensación de progreso de este gobierno. Esta
ministra está directamente relacionada con el desastroso “Proyecto Castor”
mientras estaba en la Secretaría de Estado de Cambio Climático. Directamente
realizado por ACS -la empresa del empresario Florentino Pérez-, pretendían construir el depósito de gas
natural subterráneo más grande del Estado español, situado frente a las costas
en el delta del Ebro. Una serie de continuados sismos y temblores en la región
echaron para atrás este faraónico proyecto de dimensiones catastróficas para el
medio ambiente.
– Pedro
Duque como nuevo Ministro de Ciencia, Innovación y Universidad, y si por si no
quedaba claro, la institución universitaria no es educativa, es una
preparatoria de trabajadoras y trabajadores precarios. Un nuevo ministro
tecnócrata para contentar a la opinión pública que solicita a gritos que
gobiernen tipos preparados, sin duda, dicho y hecho, sueño de la meritocracia
cumplido. Cuanto mayor elitismo cultural solicitemos, más reducido se queda el
espacio social para la cultura popular, para el currito sin estudios o la juani
en nuestro barrio.
–
Fernando Grande-Marlaska, Ministro de Interior, presidente de la Sala de lo
Penal de la Audiencia Nacional en 2012, y vocal en el Consejo General del Poder
Judicial a propuesta del PP en el 2013. Un conocedor de la represión desde las
cloacas del poder, defendió a Concepción Espejel (jueza del caso de Altsasu)
cuando fue apartada de los juicios de Gürtel. Cuenta con una gran consideración
entre las fuerzas de seguridad del Estado por su posición en contra del
acercamiento de presos y presas vascas y por haber permitido torturas como
juez, por lo que contará con la cobertura perfecta para continuar la represión
a luchadores/as de izquierdas, o personas disidentes del régimen español.
– Dolores
Delgado, Ministra de Justicia, también ha salido directamente de la Audiencia
Nacional, ejerce como fiscal especializada en asuntos de terrorismo yihadista.
La responsable a partir de ahora de seguir impartiendo justicia política en los
tribunales oficialmente desde el gobierno, también sale de una institución
franquista como la Audiencia Nacional, formando una dupla perfecta con el
mencionado Ministro de Interior.
– Màxim
Huerta, nuevo Ministro de Cultura y Deporte, principalmente conocido por su
paso por Informativos Telecinco durante cinco años y en 2005 incorporándose
como tertuliano al Programa de Ana Rosa Quintana. Una cara televisiva, conocida
y que dará sensación de cercanía, una de esas decisiones de cartera ministerial
que sonaban a broma, pero que más allá de lo que parezcan, sigue una estrategia
de aceptación de la opinión pública de un gobierno fallido desde su nacimiento.
Parece un
gobierno más simbólico que ninguna otra cosa, un gobierno que trata de esconder
que mantendrá una línea continuista y fiel a la clase dominante de la que
defiende sus intereses. De nada sirve ampararse en el clásico ‘la que se nos
viene con Ciudadanos que será mucho peor’, ni siquiera (y a estas alturas ya
debería estar claro) Podemos es una opción institucional beneficiosa para las
personas que sufren la violencia cotidiana del capitalismo. Al pueblo
trabajador nos queda la única vía de siempre, organizarnos y luchar contra las
injusticias que se avecinan para nuestra vida con dignidad.
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