LA JAULA MIGRATORIA DE TRUMP
ALFREDO
JALIFE
No es metáfora,
como la que uso sobre la jaula geopolítica que padece México sin margen de
maniobra desde los Tratados de Bucareli de 1923.
La jaula migratoria
es real: niños separados de sus padres y encerrados tras las rejas con el daño
siquiátrico del síndrome de privación.
Tampoco es nueva.
Es práctica común tolerada por los fariseos ex presidentes de EU que hoy envían
a sus esposas a denostar lo que sus maridos toleraron en las jaulas de los
Border Patrol.
La jaula migratoria
equivale a la palestinización de los mexicanos y a la israelización de Trump,
influenciado por su yerno Jared Kushner: talmúdico ultraortodoxo quien maneja
su agenda exterior desde Norcorea pasando por Jerusalén hasta México.
Dos tuits
antagónicos marcan la filosofía y la teología allende y aquende la
transfrontera: uno de Trump y otro del padre Solalinde.
El tuit electorero
y supremacista blanco de Trump: “Los demócratas son el problema. No se
preocupan de los crímenes y desean inmigrantes ilegales, no importa lo malo
(sic) que puedan ser, para penetrar e infestar (sic) nuestro país como el
MS-13. ¡No pueden ganar con sus terribles políticas, por lo que los ven como
votantes potenciales!”(http://bit.ly/2K4qRXm).
Trump regresa a su
obsesión de definir a los Mara Salvatrucha como animales (sic) –a los que había
incluido a los mexicanos, y de lo que luego se retractó– por lo que usa el
término infestar.
El tuit del icónico
humanista padre Solalinde: La condena mundial no se ha hecho esperar ante la
barbarie del enfermo Trump, contra los niños migrantes. Las mujeres de EU han
repudiado el trato criminal a estos pequeños. El gobierno de México ha guardado
silencio cobarde; ¿para qué sirven los 50 consulados en EU?(http://bit.ly/2tc3GnL).
El Papa jesuita
argentino Francisco instó al padre Solalinde: Continúe su labor con los
migrantes. Se que no es fácil. Pero continúe (http://bit.ly/2I56APD).
¿Habrá sido
influenciado Trump por su yerno imbuido por la teología talmúdica que define a
los que no pertenecen a su raza como bestias?(http://bit.ly/2K3OB1m).
La guerra
demográfica de Trump contra México se exacerba conforme se acercan las
cruciales elecciones de noviembre, mientras se aprieta el cordón judicial a su
cuello. Su dureza antimigratoria sirve de coartada para capturar su base
electoral mexicanófoba –con el envío de 25 millones de mexicanos a Japón
(http://bit.ly/2K4zWCN)– que alcanza tintes dramáticos con la aplicación de la
tolerancia cero por el procurador Jeff Sessions que intensifica la separación
de hijos de sus madres.
El israelí
estadunidense Stephen Miller, zelote asesor de política de Trump, encabeza el
abordaje de tolerancia cero sobre la inmigración (https://nyti.ms/2t81D4i).
En una serie de
tuits, Trump exhorta a no repetir el error de Europa de dejar que los migrantes
cambiaran su cultura violentamente.Comentó que el pueblo de Alemania se está
volviendo en contra de su liderazgo, ya que la migración está sacudiendo a la
ya tenue coalición de Berlín cuando el crimen en Alemania está subiendo y
concluyó con la siguiente estocada los peores criminales de la tierra usan a
los niños para entrar a EU desde el sur. Para Trump, México se encuentra en la
lista de los países más peligrosos del mundo (http://bit.ly/2JR7PaX).
La Secretaria de
Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, replicó a un artículo de Laura Bush en
The Washington Post (https://wapo.st/2K31y8a) de que la ley había sido firmada
en 2008 cuando su esposo –inolvidable torturador de Abu Ghraib en Irak–
(http://bit.ly/2MGcU3O) era presidente (http://bit.ly/2M4Yj0I).
Trump estÁ
perdiendo en la opinión pública su batalla de la jaula migratoria, por lo que
el líder de la mayoría del Partido Republicano en el Senado, Mitch McConnell,
intenta controlar los daños mediante una ley, en acuerdo con los demócratas,
que permita mantener a las familias unidas (http://bit.ly/2JS6ktl).
¿Alguien puede aún
en EU, demócrata o republicano, pontificar al mundo sobre sus hipócritas
derechos humanos enjaulados?
Este artículo fue
publicado por La Jornada >>
www.jornada.unam.mx/2018/06/20/opinion/018o1pol
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