POEMAS DE OLGA RIVERO
JORDÁN
(Selección)
TRAPECISTA
Por la seca laringe de la sangre
espigas florecen
sin mediar voz eligen los arroyos
donde el cardo no pica.
al iniciar nuevos bailes
las hienas explayan sus saltos
y una emperatriz
con zapatillas doradas te saluda
allá arriba
donde la hierba enrojece
largas medias encogidas al vapor
del vacío.
De sus bocas el grito
llena de rabia los estanques
o la visión de estar
cerca del suelo.
Caída mortal de las sílfides sin
piernas
el alambre no tiene fin.
Ser a veces etéreo
y navegar en las falsas colinas
del sufrimiento.
El payaso deja correr el perfume
blanco
de sus descascados ojos
Liba su misma carne porque las
bailarinas han parado,
ven los menudos confetis de la
muerte.
Acostados
se besan en la carpa.
GUSANOS
Gusanos estampados
en mis sienes de cien,
cortinas como espadas
atravesaron mi casa de mosquitos
caribeños
la locura fue puesta de manifiesto
en los mostradores aterciopelados
cayendo sobre el cuerpo las
serpientes amorosas
libando así los sedentarios días
de una dama
que pasaba de ser soga a ser
infinitamente delicada.
Fue quizá la música de jazz
la que resonó en mis aledaños
laterales
ciempiés con cola de piano
en las hermosas cuerdas del saxo
siguieron oyéndose
más distanciados encima del cielo
las notas de los pasos
por el filo del viento.
Fueron los días más auríferos
de mi exiliada criatura
posponiendo los gratos sonidos
a mis fieles cucarachas
que me acompañaron toda la velada
y fui tan feliz como lo fueron mis
cuatro abuelos.
Ya se está terminando este redondo
día
y en este cielo de pluma
que yace en mi mano
ya no necesito oírte otra vez.
Los edredones no se asustan
de las octavas prisas
donde se muelen mis sentimientos
mis llantos los olvidé
hace miles de año
ESCÁNDALO
Mi voz te sigue por encima de tu
sombra
tus pasos también aletean
al inicio del descorche,
la seda cae a los precipicios de
mis pies,
como mariposas cosquillean
en el centro de tu redondel de
escarlata.
A media luz tu encarnizado
chapoteo
de lácteas venas que te gritan
aturdidas.
Es mejor rociar las carnes,
tenderlas vencidas
y que lleguen a ellas
los nervios calientes de un cauce
de luz.
Punzante herida
que penetra el éxtasis
rebosan de hinchados labios
sus burbujeos lamen histéricos
rincones,
se adentran en cunetas de
espasmos.
Dulce siempre,
no mermaré los deseos,
ellos están ahí,
en el gemido.
CLARIDAD
Te perdí en la claridad
como una esponja seca.
Poco a poco el cuerpo
se vuelve a nutrir
de vanas esperas.
Por el vago horizonte se desnuda
tu piel
en mitad del sol
dentro de tus cejas
te palpé la frente.
Recostada fingí dormir
estatua esculpida en mi cuerpo
helado
resbalan
por el enmarañado bosque
tu silueta y el sol.
(De: La piel del bosque 1977/1986)
DESPUÉS DE QUE SEA TARDE
Después de que sea tarde
después de que no hagas falta.
Después
vendrás deprisa.
Pero aún así
ya será tarde
y cerca de mí
desasiéndome
en los huecos profundos
de un ropero.
Sola
en mi multitud
como una curva sin recta
impalpable
me revuelvo en los latidos
del viento.
Y después de que sea tarde
y cuando de aquí me desprenda
y mi alma ya se hunda
sin pasillos
sin regresos.
(De: Solo de siluetas. 1987/1990)
LA BOA
Si Cleopatra resurgiera
de entre las espinas de la boa
rozando su pubis eterno
y su camino espinoso
sería un camino seguro
que a ella sólo la transforma
púas que la penetran hasta el
fondo
del aullido
ese talismán que todas deseamos
pasar las manos y sus anillos de
Venus
no hacerle daño al amor..
VEINTE SEXOS
Y uno menos en el centro del Astro
me llamabas Constelación
río de la noche
despojado el esplendor
así quedó
amarillo en la tarde.
GRIS
Dónde estás mujer gris
yo te pondría Juan Gris
con dos cabezas y el reflejo
de tu doble mano
y esa tarde también gris
en perfecta armonía alegan tus
bocas
cantos a la horca
alguien quiso asesinarte
dos veces.
LEVITABA
En el lago azul
senos que resplandecen
como fuegos fatuos
esfinge amada
sapos anillados
cabellera que mira la muerte
despierta antes del martirio
sus gritos de agua ahogo
en la bocanada última
querer deslumbrar al sol
reto de Ofelia desapareciendo
del espejo del cielo
(Poemas a los cuadros de una
exposición de Grecy Amores. 2001)
OSCURA IMAGEN
Mi oscura imagen trasbordo
apura el talismán cristalino
las mareas
la sal satisface mi lengua
hervida la antorcha
se guisarán los sabores
sobre el aparador
la vela describe
olores sacrílegos.
No más beber el alba toda blanca
navega el humo pernicioso
agota la vocal o único universo
ante el difamador diabólico
(De: Lenguas de Lluvia. 2002)
CIELO VACÍO
Hay un cielo vacío
donde los muertos no hablan
llegan a nuestro sentido
el olor de la ausencia
mientras los tímidos hacen altares
con palabras de flores
cuyas espinas devoran
al más suspicaz.
Dentro de las efemérides
la soga de la tierra
va brincando de lado a lado
Recoge los restos de hojas secas
capricho mal estimulado ídolo
razones tienen los vientos
ellos no se detienen
largos sinfines acotan el fuego
recoge el averno
ya la quema se surte de símbolos
cuadros imperfectos
que lograron sacarlo de su
voraz boca
inserto el calor que se desprende
llameante
Tú y mi pecho es el ronquido
de ese beso que no has dado.
FRÁGIL
Y ya alta mira
sostiene tu peso frágil
pero sé que estás ahí
frunciendo la herida
no sangra pero duele
y es tanto el ardor
que llega a las fauces.
Torrente o cueva
atrae mi cuerpo
a ese tabernáculo sombrío
y una sola mirada
levantará el dedo
fundido y crepitando
quemaremos los recuerdos
fueron cascadas al bajar el
temblor
los sonidos sostienen
la voz de tu silencio
carraspeo mi bien
recibido Adonis.
FUGA
Él sigue su fuga
es real
nadie comulga
sin una gargantilla
donde note
el aroma del sueño.
Llego a los ojos
duermo bajo las lilas
violáceo color del entresuelo
mi alma tirita
por rendijas de fuego
mi sudor lo comparto
en medio está la espuma
con rasgos aparentes de locura.
Tanto deseo para dormir sola
la luz del pensamiento brinca
te cojo la mano
esa mano morena
pero yo duermo en un sofá
escarlata
los querubines siguen el parpadeo
de mis pies fugados
a la orilla de un estanque muerto.
LUCES
Nadie escucha el vocerío de las
luces
los cafés languidecen
al igual que las cervezas
incontenible río de manos
santiguan las mesas
debajo los gritos
un perro husmea la
carrocería de su piel.
Se abre el cielo
aparece como silbido
el barman de turno
el vaho turba y emborrona
la cabellera sedienta del
mostrador
tañidos de una socarrona bocanada
de música
barren los pensamientos
almidonados del cruasán
tintineos postizos derriten el
encanto espumoso
afuera olor a bestias de gasolina
exprimen las baldosas acrílicas
del transeúnte de medianoche
que palidece ante el neón de la
muerte.
ESTATUA
Mando a hacer una estatua
de blancas guedejas
cuando mi mano se estira
pausada va lenta
a pelar el viento
ladera abajo
se escurre ese infierno
el pedrusco
te da mortal lividez
ya inerte
el cráter corre
a desviar el magma
salvas se oyen
a socorrer las llamas
y en mitad de la voracidad
te llamo amor
(De: Esgrima de
CIELO VACÍO
Hay un cielo vacío
donde los muertos no hablan
llegan a nuestro sentido
el olor de la ausencia
mientras los tímidos hacen altares
con palabras de flores
cuyas espinas devoran
al más suspicaz.
Dentro de las efemérides
la soga de la tierra
va brincando de lado a lado
Recoge los restos de hojas secas
capricho mal estimulado ídolo
razones tienen los vientos
ellos no se detienen
largos sinfines acotan el fuego
recoge el averno
ya la quema se surte de símbolos
cuadros imperfectos
que lograron sacarlo de su
voraz boca
inserto el calor que se desprende
llameante
Tú y mi pecho es el ronquido
de ese beso que no has dado.
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