lunes, 13 de julio de 2015

ELSA MORANTE, UNA POÉTICA DE LA DISCORDIA

ELSA MORANTE, UNA POÉTICA DE LA DISCORDIA

POR IÑAKI URDANIBIA

Un par de textos, que yo sepa no traducidos por acá, dan cumplida cuenta del carácter crítico y combativo de la escritora italiana.

Aplicar el título del presente comentario a toda la obra de la escritora italiana ( 1912-1985) sería absolutamente injusto por desproporcionado, ya que el centro de gravedad de su quehacer como escritora residía en su novelística con la que alcanzó celebridad además de obtener varios galardones, y prestar su propio nombre a uno de los más prestigiosos premios que se conceden en su país.

Desde su primera novela << Mentira y sortilegio >> con la que obtuvo el premio Viareggio en 1948, hasta su última, << Araceli >> que fue premiada con el Médicis a la mejor novela extranjera en 1978, en Francia; su éxito no decayó, el premio Strega le fue otorgado por su << La isla de Arturo >>, en 1957, y su presencia en la escena social y cultural italiana tampoco. No se puede, ni se debe, ignorar la importancia que en ello tuvo, amén de su propia escritura, su matrimonio con el celebérrimo escritor Alberto Moravia(1907-1990) con quien contrajo matrimonio en 1941, dejándole él veinte años después, lo cual no quita para que siguiera cuidando de ella hasta el final de sus días, que se dieron en unas condiciones de abandono, enfermedad y reclusión en una residencia. La presencia de ambos quedaba resaltada por el compromiso anti-fascista de ambos, como compañeros de viaje del PCI, y por el exilio al que se acogieron para despistar a los sabuesos fascistas; sus intervenciones a favor de diferentes causas políticas , culturales y sociales fueron una constante en su existencia.

La vida de ella no fue, desde su propio nacimiento, un camino de rosas, ya que su padre era desconocido y un vigilante de un reformatorio fue quien se hizo responsable de ella dándole su apellido. Quizá este << agujero>> inicial es el que le empujó a escribir, actividad a la que se entregó desde niña, actividad que compaginaba con el dibujo, tomando como eje fundamental de su quehacer el tema de la familia, siempre con el fondo de la historia de su país , << Historia>> es un ejemplo paradigmático de lo que señalo; marcada desde niña por el ambiente vivido de los barrios pobres, en uno de ellos vivió gran parte de su vida joven, le sirvió para interesarse y posteriormente retratar dichos ambientes, del mismo modo que servirían de inspiración a su amigo Pier Paolo Passolini..

Sus inicios se dieron en el campo del periodismo en donde hizo sus primeros ensayos como escritora, no sería la única, desde luego, baste mentar a su compatriota Dino Buzzati. Su escritura fue adquiriendo densidad y textura, expresadas con un estilo clásico y barroco con el que expresaba los sentimientos y los secretos del alma de los humanos. Se ha señalado a la escritora como representante avant la lettre del realismo mágico. Lo que sí que es claro es que fue una escritora que no dejó influenciar por modas ni por los gustos del momento sino que dio muestras permanentes de independencia Quien desee conocer con mayor profundidad las cuestiones de la escritura de esta señora cuya vida no fue por otra parte, como ya he señalado un camino de rosas puede consultar un artículo que publiqué hace algún tiempo en este misma red ( 2014.kaosenlared.net/component/k2/30296-la-leyenda-familiar-de-elsa# ).

Si a lo largo de su escritura se iba forjando cierto tono << mitológico >>, en los años setenta, cuando ya dominaban los años revueltos y de plomo, sus intervenciones adoptaron unos inequívocos aires libertarios que coincidían como un guante con la onda contestataria del momento; así los dos breves textos a los que me refiero son una nítida muestra de este espíritu que señalo : << Piccolo manifesto dei comunisti (senza classe né partito)>> (1970) y << Lettera alle Brigate Rosse >> (1978). Si subrayaba su entrega a los temas de los revueltos momentos por los que atravesaba su país en estos dos escritos su mirada se centra con mayor atención si cabe a reivindicar unos << valores-el honor, la libertad de espíritu, la belleza, la ética- pero también sus enemigos: el poder, el partido, la fuerza instituida >>.

La implicación personal en el movimiento de la época , sus estrechas amistades con jóvenes que se reclamaban de la revolución, hacen que supiera el terreno que pisaba y con tal perspectiva pasa a desenmascarar, a denunciar algunos de las desviaciones de la acción emancipadora.

Los objetivos de sus dardos van a ser el autoritarismo vanguardista que reinaba en las filas dichas revolucionarias, la aceptación ciega de que el fin justifica los medios, etc., etc., etc.

En lo que hace al poder podría añadirse a lo dicho a finales del XIX por Lord Acton, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, que su persecución ya sirve de entrenamiento a fondo para la corrupción: lucha de fracciones, zancadillas, escisiones…que se dan en el seno de organizaciones que reflejan de modo especular los poderes que dicen combatir.

Las opiniones vertidas sobre el poder por parte de Elsa Morante son rotundas hasta la contundencia, señalando que es el Poder ( lo escribe con mayúsculas) es el <> mientras que << el honor es la libertad de espíritu >>, manifestándose esta en una unión entre lo bello y lo ético…pues resulta universalizable a todos los seres humanos, debiendo consistir la verdadera revolución precisamente en << liberar el espíritu de los hombres a través de la abolición total y definitiva del Poder >>. << El monstruo que recorre el mundo es la falsa revolución >> y la muestra es que no se puede alcanzar la libertad requerida por medio de su prohibición, pues << la revolución debe plantear la liberación como punto de partida y de llegada >> . Los ejemplos se multiplican a la hora de constatar que la pretensión de lograr la liberación por medio de su contrario no desemboca más que en situaciones cercanas a la uniformización cuartelaria. El ejercicio del Poder, en nombre de lo que sea, desemboca en la castración

El espíritu libertario ha de profundizarse en las propias raíces de cualquier movimiento emancipatorio, poniendo en práctica tal camino desde su inicio y a lo largo de todo su recorrido, persiguiendo el fin de la liberación a cualquier precio como lo hicieron << Cristo, Sócrates, Juana de Arco, Mozart, Chejov, Giordano Bruno, Simone Weil, el Che Guevara, etc >>…y en cuanto se trata de << afirmar de nuevo el poder, en nombre de la revolución, es que la revolución ha sido falseada o traicionada >>…Así pues-según Morante- la tarea ha de suponer una << larga marcha >> que se alce contra la autoridad y sus supuestos depositarios tomando como horizonte lo que afirma en las líneas finales del primero de los textos nombrados : << una muchedumbre lúcida que afirma la libertad de espíritu ofrece un espectáculo sublime. Una muchedumbre cegada que exalta el Poder ofrece un espectáculo obsceno. Quien se haga responsable de semejante obscenidad haría mejor de darse cuenta de ello >>.

En lo que hace al fin y los medios, idea dominante, y atribuida sin demasiado fuste a Maquiavelo, ya desde mediados del XVII se pudo leer en un manual de teología moral, debido al jesuita Hermann Busenbaum que cum finis est licitus, etiam media sunt licita ( es decir que: cuando el fin es lícito también los medios lo son ); brújula que ha guiado a muchos líderes, y seguidores de diferentes horizontes ideológicos, a lo largo de la historia. Pues bien, según Morante << el primer equívoco ha sido escribir sobre esta bandera[ se refiere o bien a la italiana del fascismo, o bien a la de << la falsa revolución >> ] el eslogan nacional: el fin justifica los medios. Este principio ( que han agitado Benito Mussolini y consortes para sus “revoluciones “) es una marca de falsedad que se reconoce sin forzar las cosas. Pues reside la verdad , al contrario, en su inversión: los medios denuncian el fin >>. Proposición que recuerda aquella sentencia de Albert Camus: << los medios justifican el fin >> o dicho de otro modo los medios son el fin. La utilización de ciertos medios dibujan en el horizonte en el que no se tiene en cuenta la dignidad humana lo cual, se haga en el nombre de que se haga, supone una segura obscenidad, ya que << ¿ cómo justificaría el fin los medios ? No hay fin, únicamente los medios a perpetuidad, cada vez más elaborados >>.

Realmente unos brillantes textos que bien pueden servir para reflexionar sobre cuestiones que no pierden actualidad, aun teniendo en cuenta que desde que fueron escritos ha llovido bastante-sobre todo por aquí- y sin aceptar ( al menos por parte del que esto escribe ) el << santoral>> propuesta por la escritora, ni tampoco su << humanismo >>, abstracto hasta el borde de las entretelas.


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