OPINION AJENA
RAMOS_MARTIN
En: XVIII
Coloquio de Historia Canario-Americana
Entre los discursos que conforman el
movimiento, creemos que el más problemático en su análisis es el que hemos
denominado discurso etnicista.
Se trata,
ante todo, de un término discutible, por
cuanto la etnicidad juega un importante
papel en todos los ámbitos y discursos del movimiento, si bien creemos que se
manifiesta en este de una forma más intensa. Con el empleo de este término
queremos hacer referencia a un tipo de indigenismo (véase
Estévez,1987, 71; Favre, 1998, 7) que insiste en destacar los referentes
étnico-culturales sobre los que se construye su identidad, minimizando las
expresiones políticas. Podríamos considerarlo como una evolución del
sentimiento romántico por lo aborigen, que hace del antiguo habitante del
archipiélago el canario arquetípico, ancestral y mítico, circunscribiéndolo al
ámbito geográfico canario. El guanche, en este caso, adquiere un valor étnico
delimitado, sobre el que se construye una determinada noción de la canariedad
que selecciona, a su vez, un pasado concreto. Por esta razón, dentro del
movimiento se afirma que sus seguidores son guanches del siglo XXI, sucesores y herederos de sus ancestros (no solo
espirituales, sino también étnicos). De este modo, la memoria colectiva y la
mitología ancestral sobre las que se construye la noción de etnicidad incorpora
el período aborigen dentro de dicha construcción.
Para
este discurso etnicista, así pues, la
IPG se configura como un contexto idóneo en el que expresar esa memoria colectiva. Por un lado, la
visibiliza en las recreaciones rituales mientras que, por otro lado, la
perpetúa y modifica. En este sentido, en muchos comunicados y alocuciones de
los miembros durante los rituales aparecen conceptos como raíces, identidad, identidad perdida, dignidad, antepasados, memoria, pueblo, tradiciones, nuestra cultura o nación,
términos vinculados a una clara semántica etnicista. Este discurso lleva a cabo
en los rituales de la Iglesia la apropiación de espacios, de
símbolos y se expresa a través de elementos como las vestimentas aborígenes o
las réplicas de su cultura material, proporcionando así a sus ceremonias una
puesta en escena de exterioridad guanche. Esta línea discursiva interpreta,
como se manifestó en la boda de Guaza, la IPG como un
contexto de recreación de lo aborigen. Asimismo, en este discurso se encuentran
cómodos diferentes organizaciones o colectivos ajenos a la Iglesia , pero que
aprovechan los actos de la misma para expresar este sentimiento, que liga la
canariedad a lo aborigen, a través de exhibiciones lúdicas o musicales. En
relación al segundo discurso, que denominamos político, hemos de plantear que la relación entre el
guanchismo y
la política ha sido siempre muy potente en la historia del pensamiento canario. Sin embargo, como ha planteado Gari “el guanchismo no
fue, ni es sólo una
seña de identidad del proyecto nacionalista. Es, por encima de todo, una
referencia para la identidad canaria en su conjunto, independientemente del
proyecto político al que se adscriba” (Gari, 1992, 58). Podríamos ir más
allá en nuestra calificación de este discurso como
político,
puesto que presenta una clara relación con un
tipo de nacionalismo independentista. Históricamente, el independentismo ha
sustentado gran parte de sus postulados en la reivindicación del pasado
indígena, si bien la imagen del guanche, de nuevo, ha sido construida por este desde diferentes
perspectivas: como símbolo de resistencia, como referente étnico y ancestro
“racial” de los canarios actuales, como bereber o amazigh
dentro del movimiento
africanista (promovido por organizaciones como el MPAIAC) y, en general, como
símbolo que representa la lucha contra lo que estos grupos consideran el
imperialismo o colonialismo español. De este modo, el aborigen canario y los
símbolos relacionados con su cultura han constituido un referente primordial en
ciertos grupos políticos de esta ideología (Galván, 1983; Gari, 1992;
Navarro, 2005).Creemos, como hemos podido observar en sus rituales, que la IPG es un nuevo marco de expresión de un discurso afín al independentismo,
puesto que algunos individuos exhiben mensajes y símbolos de esta ideología de forma
secundaria al programa religioso principal o incluso durante el desarrollo del
mismo. Un ejemplo claro lo encontramos durante el bautizo de diciembre de 2007,
en el que miembros del clero y diversos fieles, tras el acto bautismal, se reunieron
en el tagoror para
llevar a cabo la ofrenda a los antepasados e intercambiar impresiones.
Estas tuvieron un carácter político e identitario
indudable, exponiéndose argumentos como: “cada día me encuentro más orgullosa
de sentirme canaria y no española (…) la independencia está todavía un poco
lejos”, “los guanches de antes y ahora seguimos alzados, deseo que esto sea una
patria libre mañana mismo”, “ante ellos [los antepasados] yo pido, para mi
pueblo, conciencia; para los líderes del movimiento, unidad; y para mi patria, libertad”,
“todavía quedan canarios que consideramos que estamos en lucha por la libertad
y la independencia de esta tierra”. Además, el espacio ritual fue
simbólicamente liberado o independizado, siendo así un acto
simbólico con el que este discurso hacía propio ese enclave sagrado.
Creemos que estos miembros interpretan y
construyen la IPG
como una nueva vía de expresión, a través de medios simbólicos, de un programa
alternativo al tradicional cauce político. En un contexto en el que el
independentismo canario no acaba de definirse como una alternativa sólida en el
panorama político regional, es destacable que diversos sectores de esa ideología
adopten un mecanismo de comunicación de sus postulados que activa componentes identitarios
y simbólicos tan poderosos como son los religiosos. En este sentido, al igual
que ocurre con la reconfiguración de la religión en la construcción de la
etnicidad, asistimos a un caso similar en el caso del nacionalismo. Como ha
sugerido Juergensmeyer (2001, 69s), en algunos contextos actuales ha surgido un nacionalismo religioso que puede sustentarse en la etnicidad o en ideologías diversas y en el que
la religión proporciona los fundamentos simbólicos y doctrinales de una
identidad nacional basada en la cultura indígena. En el caso de la IPG , la religión no se ha
incorporado a los mensajes de ese discurso político, sino que dicho discurso
utiliza los cauces que le proporcionan los eventos rituales. Sin embargo, solo
la evolución del movimiento podrá revelar si la IPG y los eventos discursivos pueden modelar esa
situación, haciendo que el discurso político incorpore la religión ancestral
como parte de su mensaje, como ha ocurrido en otros ámbitos (ibidem).A este hecho hay que añadir un elemento clave. No
solo lo simpatizantes y magos de la
IPG se sienten identificados o han formado parte de este
ideario nacionalista independentista, sino que incluso algunos de sus miembros
fundadores han tenido un protagonismo significativo en diversos partidos y
organizaciones políticas de esta ideología. Pese a que la IPG se ha propuesto, desde el
discurso oficialista representado por su máximo representante, eliminar la
presencia de los mensajes de contenido político en el movimiento, lo cierto es
que poseen aún un lugar destacado en las ritualizaciones. El objetivo a largo
plazo de la IPG ,
como nos manifestó el Guadameñe, es llevar a cabo una total separación entre
espiritualidad y política, pues se pretende asumir solo una vocación religiosa que
implica, asimismo, aceptar que el mensaje que propone se circunscribe a un
contexto que trasciende el ámbito canario. Esto nos lleva al discurso
oficialista o espiritualista, aquel tiene como objetivo central la veneración de la Diosa Madre. Esto
hace que la IPG
se configure como una alternativa de vocación universal, es decir, que su
discurso supera el ámbito local canario y se dirige a toda la humanidad. Una
parte de la entrevista que realizamos al Guadameñe resulta esclarecedora.
Pregunta: ¿El discurso de la Iglesia es universal o es
local?, ¿se circunscribe a todo el mundo o solo a los canarios? Respuesta: Es
universal. Es más, el mensaje está claro… no voy a decir la salvación, pero sí
la paz en el género humano va a surgir de estas islitas y a través de la Diosa madre Chaxiraxi. (…) La humanidad precisa de una regeneración,
espiritual, filosófica y política. Y esa
regeneración va a venir a través de la
Diosa madre, o sea va a ser producida por la Diosa madre universal.
Nosotros a nivel local la llamamos Chaxiraxi. Tiene 10.000 nombres (…) Imagina si somos o no somos
universalistas. ¿Dónde queda?, ¿qué papel tiene lo guanche en este mensaje universalista?
Creemos que este discurso considera al guanche desde
una perspectiva cercana al concepto de translocalidad que antes hicimos
referencia. El guanche
no sería solo el antiguo
habitante de las Islas, sino el portador de una espiritualidad ancestral y
superior, común a otras poblaciones precristianas. Pero, además, el
guanche no es solo el objetivo
reivindicativo de esta línea discursiva sino también su expresión visible. Al
producirse la génesis de esta regeneración en Canarias (no olvidemos, promovida
por una divinidad, Chaxiraxi), y al recuperar la espiritualidad propia de los
ancestros paganos-guanches, el movimiento ha de recurrir a las formas externas
de esa ancestralidad como primer paso de esa regeneración que, con el tiempo, superará las
fronteras locales para adquirir un auditorio universal. En la entrevista antes
mencionada, el Guadameñe ahonda sobre este aspecto. Pregunta: Pero si se adapta
a un contexto global, ¿habría que “desguanchizar”, por decirlo así, a la
religión de la Iglesia
del Pueblo Guanche? Respuesta: No, no, en absoluto, en absoluto. Pregunta:
Pero, claro, se llama Iglesia del Pueblo Guanche, eso la circunscribe a un contexto…Respuesta: Sí, pero esto es un contexto
circunstancial. Surge aquí, entonces tiene que adaptarse al entorno donde
surge.
Porque… los planes de la Diosa … sabes que la cuestión
temporal para la Diosa
no es la misma que para los seres humanos. (…) Lo del guanchismo… cuando la Iglesia se implante, qué
te digo yo, en Asturias, el entorno etnográfico será el asturiano…Pregunta:
Entonces hay formas externas diferentes pero una misma esencia…Respuesta: Exactamente, la esencia es la misma
(…) Lo fundamental es la parte espiritual.
CONCLUSIÓN: EL VALOR POLISÉMICO DEL GUANCHE Y DE LA IPG
Estos discursos reconocen en el guanche su elemento común, convertido así
en el símbolo central o dominante de un movimiento de expresión polisémico que
interpreta ese símbolo de modo diverso. El
guanche, de este modo, se convierte en una construcción
erigida a partir de los parámetros que los diferentes discursos pretenden
destacar. Constituye, así pues, el punto de origen pero a su vez el principal
motor de las tensiones internas y de los discursos. Esta identificación con lo
aborigen ha sido definida con el concepto de guanchismo. Usamos aquí el término
desde una perspectiva amplia y que remite “a la defensa de la pervivencia de
elementos aborígenes en la sociedad canaria del presente” (Estévez, 1996,
11),si bien se vincula con “una variada gama de manifestaciones de la identidad
canaria que hacende él un diacrítico étnico complejo” (ibidem, 12)
El guanchismo , pues, permite expresar la
identificación con un pasado determinado, que es objeto de selección (en este
caso, la época aborigen). Esto no constituye algo novedoso, ni en el
archipiélago, donde “el recurso al pasado ha sido un elemento importantísimo en
la construcción de la identidad canaria” (Galván, 1993, 201) como en otros
contextos en donde “la reivindicación del pasado ocupa un lugar central en la
construcción de identidades étnicas”(Estévez, 1996, 14; Navarro, 2005, 23).Estamos ante un proceso de búsqueda de
identidades en el pasado, que puede adoptar diferentes vías de expresión
dependiendo de los actores sociales: políticas, que buscan los orígenes
nacionales; étnicas, a través de la defensa de una ancestralidad común; o
aquellas que inciden en los valores culturales, que han resistido el paso del
tiempo. La IPG
añade un elemento novedoso al incorporar la variante religioso-espiritual como
un mecanismo más de reivindicación. Este hecho no deja de ser interesante en la
historia del pensamiento canario, que no había cuestionado hasta fechas
recientes la cristianización de los aborígenes. De este modo, la IPG constituye un movimiento
social que lleva a cabo con gran intensidad la contestación a una de las
consecuencias principales de la conquista: la evangelización. En consecuencia, la IPG y otros neopaganismos no
solo son movimientos religiosos, sino complejos mecanismos de identificación
con el pasado que utilizan unos cauces (como los religiosos) antes inexplorados
para construir de forma novedosa la identidad y la etnicidad, así como la
conexión entre el pasado y el presente. En conclusión, estamos ante un
movimiento polisémico, que es a la vez canario y mundial, local y global. Este
juego de relaciones, tan importante en las transformaciones religiosas, culturales
e identitarias contemporáneas, resulta clave en el análisis de una alternativa espiritual
como la IPG. Se
constituye como un contexto de acción ritual,
simbólica y doctrinal múltiple en el que confluyen ideologías de reivindicación
de lo local (nacionalismo, etnicidad, guanchismo, canariedad) con otras de
impacto global (paganismo, pacifismo, medioambientalismo, religión de la Diosa , etc.). Estas
ideologías, en el contexto de la
IPG , tienen en el guanche y, por extensión en la Diosa Chaxiraxi ,
su hilo conector. Finalmente, no debemos interpretar las tres líneas
discursivas expuestas como divisiones herméticas. Se trata más bien de flujos o
tendencias que pueden ser minimizadas o maximizadas según las percepciones
individuales. Lo espiritual está muy ligado a la identidad étnica, como hemos
podido ver en los rituales, pero también al nacionalismo; del mismo modo que
pueden combinarse las tres opciones o asumir un discurso que descarte la opción
espiritual.
En este caso habría que cuestionarse si la IPG constituye una religión o
una espiritualidad, o más bien un movimiento de amplio espectro que
puede incluir, según las tendencias
apuntadas, un ámbito de expresión religioso-espiritual. Futuras investigaciones
decampo, así como la propia evolución del grupo, permitirán confirmar si las
líneas discursivas oficialistas o aquellas que se impusieron en la ritualización
de Guaza acaban por construir un discurso único o por seguir reflejando
tensiones en posteriores ceremonias.
ANEXO FOTOGRÁFICO
Fotografía 1: logotipo que encabeza la página web de la IPG. En él aparecen el
signo de Tanit y una pintadera de Gran Canaria. Ambos, para la IPG , son símbolos de la Diosa Chaxiraxi. Fotografía
2: el efekén o altar preside todos los rituales de la IPG. Fotografía 3:
los contrayentes, Wanshe Tahit, la esposa, y Wanshe Eggunay, el marido, al
comienzo de la ceremonia que tuvo lugar en Guaza en marzo de 2008.
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