Cantan las aves...
DUNIA SÁNCHEZ PADRÓN
Cantan las aves cuando
el crepúsculo luce su traje de fuego. Una vestimenta que traerá la lluvia
otoñal de un mes de noviembre. Los cuerpos se elevan y se emancipan de sus
cobijos. Caminan con sus ojos legañosos a través de una ciudad donde la prisa
despierta la estridencia de la polución. Vamos se dicen unos a otros, vamos a
ese lugar donde las horas de hastío nos lleva café tras café. Otros sin
embargos absortos de ver sus manos vacías vagarán con desgana de puerta en
puerta con papeles que serán cenizas. Pero hay que seguir. Sí, lanzarnos como
esas cenizas a una bahía donde la esperanza se hace vertical y abandera los
sueños de tiempos mejores. Siguen las
aves con su ritmo, ritmo que tomamos como la alegría del vivir aunque estos
tiempos nos lleven por senderos serpeteantes en la incertidumbre. Despierta la
mañana y con ella continuamos. No hay que mirar el atrás sino volar, correr
donde el alegría nos de una pizca de optimismo para ir escalando estas montañas
abruptas de la caída. La caída de un pueblo, de unos seres que se miran sin
desesperación sino con la pena incrustada en sus óvalos. Cantan las aves ¡Que
maravilla¡ Respirar del frescor del alba cuando aun quedan horas para el
termino del día. Levantémonos, seamos esos diques infranqueables donde una
marea fea no nos induzca al derribo, al ahogamiento de nuestros sueños, de
nuestros derechos.
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