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jueves, 7 de noviembre de 2013

LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE

OPINION AJENA

LA IGLESIA DEL PUEBLO GUANCHE
RAMOS_MARTIN

En: XVIII Coloquio de Historia Canario-Americana
Entre los discursos que conforman el movimiento, creemos que el más problemático en su análisis es el que hemos denominado discurso etnicista.

Se trata, ante todo, de un término discutible, por cuanto la etnicidad  juega un importante papel en todos los ámbitos y discursos del movimiento, si bien creemos que se manifiesta en este de una forma más intensa. Con el empleo de este término queremos hacer referencia a un tipo de indigenismo (véase Estévez,1987, 71; Favre, 1998, 7) que insiste en destacar los referentes étnico-culturales sobre los que se construye su identidad, minimizando las expresiones políticas. Podríamos considerarlo como una evolución del sentimiento romántico por lo aborigen, que hace del antiguo habitante del archipiélago el canario arquetípico, ancestral y mítico, circunscribiéndolo al ámbito geográfico canario. El guanche, en este caso, adquiere un valor étnico delimitado, sobre el que se construye una determinada noción de la canariedad que selecciona, a su vez, un pasado concreto. Por esta razón, dentro del movimiento se afirma que sus seguidores son guanches del siglo XXI, sucesores y herederos de sus ancestros (no solo espirituales, sino también étnicos). De este modo, la memoria colectiva y la mitología ancestral sobre las que se construye la noción de etnicidad incorpora el período aborigen dentro de dicha construcción.

Para este discurso etnicista, así pues, la IPG se configura como un contexto idóneo en el que expresar esa memoria colectiva. Por un lado, la visibiliza en las recreaciones rituales mientras que, por otro lado, la perpetúa y modifica. En este sentido, en muchos comunicados y alocuciones de los miembros durante los rituales aparecen conceptos como raíces, identidad, identidad perdida, dignidad, antepasados, memoria, pueblo, tradiciones, nuestra cultura o nación, términos vinculados a una clara semántica etnicista. Este discurso lleva a cabo en los rituales de la  Iglesia la apropiación de espacios, de símbolos y se expresa a través de elementos como las vestimentas aborígenes o las réplicas de su cultura material, proporcionando así a sus ceremonias una puesta en escena de exterioridad guanche. Esta línea discursiva interpreta, como se manifestó en la boda de Guaza, la IPG como un contexto de recreación de lo aborigen. Asimismo, en este discurso se encuentran cómodos diferentes organizaciones o colectivos ajenos a la Iglesia, pero que aprovechan los actos de la misma para expresar este sentimiento, que liga la canariedad a lo aborigen, a través de exhibiciones lúdicas o musicales. En relación al segundo discurso, que denominamos político, hemos de plantear que la relación entre el guanchismo y la política ha sido siempre muy potente en la historia del pensamiento canario. Sin embargo, como ha planteado Gari “el guanchismo no fue, ni es sólo una seña de identidad del proyecto nacionalista. Es, por encima de todo, una referencia para la identidad canaria en su conjunto, independientemente del proyecto político al que se adscriba” (Gari, 1992, 58). Podríamos ir más allá en nuestra calificación de este discurso como  político,
 puesto que presenta una clara relación con un tipo de nacionalismo independentista. Históricamente, el independentismo ha sustentado gran parte de sus postulados en la reivindicación del pasado indígena, si bien la imagen del guanche, de nuevo, ha sido construida por este desde diferentes perspectivas: como símbolo de resistencia, como referente étnico y ancestro “racial” de los canarios actuales, como bereber o amazigh dentro del movimiento africanista (promovido por organizaciones como el MPAIAC) y, en general, como símbolo que representa la lucha contra lo que estos grupos consideran el imperialismo o colonialismo español. De este modo, el aborigen canario y los símbolos relacionados con su cultura han constituido un referente primordial en ciertos grupos políticos de esta ideología (Galván, 1983; Gari, 1992; Navarro, 2005).Creemos, como hemos podido observar en sus rituales, que la IPG es un nuevo marco de expresión de un discurso afín al independentismo, puesto que algunos individuos exhiben mensajes y símbolos de esta ideología de forma secundaria al programa religioso principal o incluso durante el desarrollo del mismo. Un ejemplo claro lo encontramos durante el bautizo de diciembre de 2007, en el que miembros del clero y diversos fieles, tras el acto bautismal, se reunieron en el tagoror  para llevar a cabo la ofrenda a los antepasados e intercambiar impresiones.

Estas tuvieron un carácter político e identitario indudable, exponiéndose argumentos como: “cada día me encuentro más orgullosa de sentirme canaria y no española (…) la independencia está todavía un poco lejos”, “los guanches de antes y ahora seguimos alzados, deseo que esto sea una patria libre mañana mismo”, “ante ellos [los antepasados] yo pido, para mi pueblo, conciencia; para los líderes del movimiento, unidad; y para mi patria, libertad”, “todavía quedan canarios que consideramos que estamos en lucha por la libertad y la independencia de esta tierra”. Además, el espacio ritual fue simbólicamente liberado o independizado, siendo así un acto simbólico con el que este discurso hacía propio ese enclave sagrado.

 Creemos que estos miembros interpretan y construyen la IPG como una nueva vía de expresión, a través de medios simbólicos, de un programa alternativo al tradicional cauce político. En un contexto en el que el independentismo canario no acaba de definirse como una alternativa sólida en el panorama político regional, es destacable que diversos sectores de esa ideología adopten un mecanismo de comunicación de sus postulados que activa componentes identitarios y simbólicos tan poderosos como son los religiosos. En este sentido, al igual que ocurre con la reconfiguración de la religión en la construcción de la etnicidad, asistimos a un caso similar en el caso del nacionalismo. Como ha sugerido Juergensmeyer (2001, 69s), en algunos contextos actuales ha surgido un nacionalismo religioso que puede sustentarse en la etnicidad o en ideologías diversas y en el que la religión proporciona los fundamentos simbólicos y doctrinales de una identidad nacional basada en la cultura indígena. En el caso de la IPG, la religión no se ha incorporado a los mensajes de ese discurso político, sino que dicho discurso utiliza los cauces que le proporcionan los eventos rituales. Sin embargo, solo la evolución del movimiento podrá revelar si la IPG y los eventos discursivos pueden modelar esa situación, haciendo que el discurso político incorpore la religión ancestral como parte de su mensaje, como ha ocurrido en otros ámbitos (ibidem).A este hecho hay que añadir un elemento clave. No solo lo simpatizantes y magos de la IPG se sienten identificados o han formado parte de este ideario nacionalista independentista, sino que incluso algunos de sus miembros fundadores han tenido un protagonismo significativo en diversos partidos y organizaciones políticas de esta ideología. Pese a que la IPG se ha propuesto, desde el discurso oficialista representado por su máximo representante, eliminar la presencia de los mensajes de contenido político en el movimiento, lo cierto es que poseen aún un lugar destacado en las ritualizaciones. El objetivo a largo plazo de la IPG, como nos manifestó el Guadameñe, es llevar a cabo una total separación entre espiritualidad y política, pues se pretende asumir solo una vocación religiosa que implica, asimismo, aceptar que el mensaje que propone se circunscribe a un contexto que trasciende el ámbito canario. Esto nos lleva al discurso oficialista o espiritualista, aquel tiene como objetivo central la veneración de la Diosa Madre. Esto hace que la IPG se configure como una alternativa de vocación universal, es decir, que su discurso supera el ámbito local canario y se dirige a toda la humanidad. Una parte de la entrevista que realizamos al Guadameñe resulta esclarecedora.
 
Pregunta: ¿El discurso de la Iglesia es universal o es local?, ¿se circunscribe a todo el mundo o solo a los canarios? Respuesta: Es universal. Es más, el mensaje está claro… no voy a decir la salvación, pero sí la paz en el género humano va a surgir de estas islitas y a través de la Diosa madre Chaxiraxi. (…) La humanidad precisa de una regeneración, espiritual, filosófica y política. Y esa regeneración va a venir a través de la Diosa madre, o sea va a ser producida por la Diosa madre universal.

Nosotros a nivel local la llamamos Chaxiraxi. Tiene 10.000 nombres (…) Imagina si somos o no somos universalistas. ¿Dónde queda?, ¿qué papel tiene lo guanche en este mensaje universalista?

Creemos que este discurso considera al guanche desde una perspectiva cercana al concepto de translocalidad que antes hicimos referencia. El guanche no sería solo el antiguo habitante de las Islas, sino el portador de una espiritualidad ancestral y superior, común a otras poblaciones precristianas. Pero, además, el guanche no es solo el objetivo reivindicativo de esta línea discursiva sino también su expresión visible. Al producirse la génesis de esta regeneración en Canarias (no olvidemos, promovida por una divinidad, Chaxiraxi), y al recuperar la espiritualidad  propia de los ancestros paganos-guanches, el movimiento ha de recurrir a las formas externas de esa ancestralidad como primer paso de esa  regeneración que, con el tiempo, superará las fronteras locales para adquirir un auditorio universal. En la entrevista antes mencionada, el Guadameñe ahonda sobre este aspecto. Pregunta: Pero si se adapta a un contexto global, ¿habría que “desguanchizar”, por decirlo así, a la religión de la Iglesia del Pueblo Guanche? Respuesta: No, no, en absoluto, en absoluto. Pregunta: Pero, claro, se llama Iglesia del Pueblo Guanche, eso la circunscribe a un contexto…Respuesta: Sí, pero esto es un contexto circunstancial. Surge aquí, entonces tiene que adaptarse al entorno donde surge.

Porque… los planes de la Diosa… sabes que la cuestión temporal para la Diosa no es la misma que para los seres humanos. (…) Lo del guanchismo… cuando la Iglesia se implante, qué te digo yo, en Asturias, el entorno etnográfico será el asturiano…Pregunta: Entonces hay formas externas diferentes pero una misma esencia…Respuesta: Exactamente, la esencia es la misma (…) Lo fundamental es la parte espiritual.

CONCLUSIÓN: EL VALOR POLISÉMICO DEL GUANCHE Y DE LA IPG

Estos discursos reconocen en el guanche su elemento común, convertido así en el símbolo central o dominante de un movimiento de expresión polisémico que interpreta ese símbolo de modo diverso. El
guanche, de este modo, se convierte en una construcción erigida a partir de los parámetros que los diferentes discursos pretenden destacar. Constituye, así pues, el punto de origen pero a su vez el principal motor de las tensiones internas y de los discursos. Esta identificación con lo aborigen ha sido definida con el concepto de guanchismo. Usamos aquí el término desde una perspectiva amplia y que remite “a la defensa de la pervivencia de elementos aborígenes en la sociedad canaria del presente” (Estévez, 1996, 11),si bien se vincula con “una variada gama de manifestaciones de la identidad canaria que hacende él un diacrítico étnico complejo” (ibidem, 12) 

El guanchismo , pues, permite expresar la identificación con un pasado determinado, que es objeto de selección (en este caso, la época aborigen). Esto no constituye algo novedoso, ni en el archipiélago, donde “el recurso al pasado ha sido un elemento importantísimo en la construcción de la identidad canaria” (Galván, 1993, 201) como en otros contextos en donde “la reivindicación del pasado ocupa un lugar central en la construcción de identidades étnicas”(Estévez, 1996, 14; Navarro, 2005, 23).Estamos ante un proceso de búsqueda de identidades en el pasado, que puede adoptar diferentes vías de expresión dependiendo de los actores sociales: políticas, que buscan los orígenes nacionales; étnicas, a través de la defensa de una ancestralidad común; o aquellas que inciden en los valores culturales, que han resistido el paso del tiempo. La IPG añade un elemento novedoso al incorporar la variante religioso-espiritual como un mecanismo más de reivindicación. Este hecho no deja de ser interesante en la historia del pensamiento canario, que no había cuestionado hasta fechas recientes la cristianización de los aborígenes. De este modo, la IPG constituye un movimiento social que lleva a cabo con gran intensidad la contestación a una de las consecuencias principales de la conquista: la evangelización. En consecuencia, la IPG y otros neopaganismos no solo son movimientos religiosos, sino complejos mecanismos de identificación con el pasado que utilizan unos cauces (como los religiosos) antes inexplorados para construir de forma novedosa la identidad y la etnicidad, así como la conexión entre el pasado y el presente. En conclusión, estamos ante un movimiento polisémico, que es a la vez canario y mundial, local y global. Este juego de relaciones, tan importante en las transformaciones religiosas, culturales e identitarias contemporáneas, resulta clave en el análisis de una alternativa espiritual como la IPG. Se constituye como un contexto de acción  ritual, simbólica y doctrinal múltiple en el que confluyen ideologías de reivindicación de lo local (nacionalismo, etnicidad, guanchismo, canariedad) con otras de impacto global (paganismo, pacifismo, medioambientalismo,  religión de la Diosa, etc.). Estas ideologías, en el contexto de la IPG, tienen en el guanche y, por extensión en la Diosa Chaxiraxi, su hilo conector. Finalmente, no debemos interpretar las tres líneas discursivas expuestas como divisiones herméticas. Se trata más bien de flujos o tendencias que pueden ser minimizadas o maximizadas según las percepciones individuales. Lo espiritual está muy ligado a la identidad étnica, como hemos podido ver en los rituales, pero también al nacionalismo; del mismo modo que pueden combinarse las tres opciones o asumir un discurso que descarte la opción espiritual.

En este caso habría que cuestionarse si la IPG constituye una religión o una espiritualidad, o más bien un movimiento de amplio espectro que puede incluir, según las tendencias apuntadas, un ámbito de expresión religioso-espiritual. Futuras investigaciones decampo, así como la propia evolución del grupo, permitirán confirmar si las líneas discursivas oficialistas o aquellas que se impusieron en la ritualización de Guaza acaban por construir un discurso único o por seguir reflejando tensiones en posteriores ceremonias.
 
ANEXO FOTOGRÁFICO

Fotografía 1: logotipo que encabeza la página web de la IPG. En él aparecen el signo de Tanit y una pintadera de Gran Canaria. Ambos, para la IPG, son símbolos de la Diosa Chaxiraxi. Fotografía 2: el efekén o altar preside todos los rituales de la IPG. Fotografía 3: los contrayentes, Wanshe Tahit, la esposa, y Wanshe Eggunay, el marido, al comienzo de la ceremonia que tuvo lugar en Guaza en marzo de 2008.

 

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