LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS
Volumen IV
CAPITULO-II
REFERENCIAS SOBRE ASTRONOMÍA Y
EL CALENDARIO GUANCHE
Eduardo Pedro García Rodríguez
Continuación de
la entrega anterior.
El Calendario guanche sería bastante exacto y complejo ya que constaba de 365 días al año, contados
desde un solsticio de verano hasta su repetición al año siguiente.
Es muy probable que este calendario se basara en el “nacimiento
heliaco” de Sirio, la estrella más brillante del cielo, que en aquella época
aparecía por el horizonte poco antes del amanecer el día del solsticio de
verano.
Si esto sucedía así como parece más que probable, explicaría
perfectamente que fuera éste último el día señalado para comenzar el cómputo
del ciclo anual (S.G.C.A.), es decir el
primer día del año guanche.”
Otras fuentes –continúan los autores – serían las construcciones de los viejos guanches,
sus inscripciones de cualquier tipo y cualquier otra manifestación que pudiera
tener una aplicación o finalidad astronómica. De todas las culturas antiguas de
la cuenca mediterránea, la egipcia fue la que más prestigio tuvo. Esta
civilización africana influyó decisivamente sobre todas las demás y en
particular sobre la griega, influencia que fue fundamental para el desarrollo
de ciencia y la cultura del entonces “barbaro” occidente europeo.
No es de extrañar que la astronomía guanche tenga bastante
similitud con la egipcia, no por pura casualidad sino porque el mundo “bereber”
influye de tal manera en dicha civilización y viceversa, que a principios del
primer milenio A.C. se instaura la Iª dinastía faraónica mazigia de Egipto.
Los viejos guanches tuvieron, con toda probabilidad, una idea
bastante precisa de los movimientos del Sol, la Luna la Estrella Sirios y
posiblemente de Venus y otros planetas. En este aspecto, sus observaciones
astronómicas, su sistema de cómputo del tiempo y su calendario – los numerosos
testimonios de cronistas e historiadores así lo atestiguan – sorprenden por su
extraordinaria precisión.
Es fundamental el aporte de la oralidad cultural, fruto de la
pervivencia. El análisis de esta información, así como de los textos que hablan
de la cultura aborigen, escritos tras la conquista y referidos concretamente a
los conocimientos astronómicos de los antiguos guanches, permiten relacionar y
describir datos sobre la Astronomía precolonial, aún pendiente de una
exhaustiva investigación. Creemos que de ningún modo se debe minimizar o
menospreciar la importancia de los cómputos ni de cualquier otro elemento
medible o calculable.
Pensamos que lo importante y
extraordinario de los conocimientos astronómicos de nuestros antepasados y sus
manifestaciones –calendario, la geometría de las inscripciones, de las
pintaderas, de los epigramas líticos de reticulado lineal, etc., no es
únicamente el saber en sí mismo, sino sobre todo el carácter funcional que
desempeñaban en cuanto a los requerimientos y necesidades de subsistencia,
además de su especifica visión del mundo. (Francisco
García Talavera y José M. Espinel Cejas, 1989:93-94)
Durante el transcurso del año y desde que tiene lugar el
nacimiento heliaco, Sirio se desplaza, noche tras noche, hasta producir su
ocaso heliaco, fenómeno tras el cual quedará invisible durante un largo periodo
de tiempo hasta su siguiente aparición (nacimiento heliaco), durante el
amanecer del siguiente solsticio de verano...El año, como señalan Marín de
Cubas, Gómez Escudero, Chil y Naranjo, Bethencourt Alfonso, Álvarez Delgado y
otros, afirman que el año nuevo guanche comenzaba
con el solsticio de verano, es decir, hacía el 21 de junio, día en que
se encienden desde tiempo inmemorial, hogueras rituales por toda la geografía
del Archipiélago. Esto explica el hecho de que los pastores y campesinos, aún
hoy, rescindan y contraigan los contratos anuales por “San Juan señalado”,
festividad pagana católica con que el clero sincretizó el año nuevo guanche.
Esta práctica está documentada desde los primeros tiempos de la conquista, en
que los contratos entre guanches y de estos con los europeos e incluso con el
Cabildo de la isla, se celebran por estas fechas, según están recogidos en
diferentes actas del antiguo Cabildo de la isla de Tenerife. Por otra parte,
creemos que las construcciones denominadas “Morras” “Majanos” o “Pirámides”,
las cuales están extendidas por todas las islas, aunque en la actualidad el
mayor número de ellas subsisten en las islas de Tenerife y en la de La Palma,
cumplían funciones no solamente rituales, sino también astronómicas como
tendremos oportunidad de ver en el capitulo correspondiente.
Por su parte, el insigne canario de corazón y catedrático de la
Universidad de La Laguna don Rafael Muñoz Jiménez, en un artículo en el que
rebate unos planteamientos que sobre el calendario guanche realiza el
astrofísico J. Jiménez González, nos dice: “...Nuestro investigador parte de un
primitivismo exagerado de los aborígenes: sólo algunas sociedades complejas lograron desarrollar una teoría
matemática que exigía un estudio y observación sistemáticos a lo largo de
varias generaciones. Es dar por sentado que el aborigen canario
pertenecía a una sociedad simple. ¿Porqué
simple?, ¿por el hecho de no tener la industria del metal? Concedo que
no fuesen capaces de desarrollar una “teoría matemática”, para llegar a
conclusiones de precisión de decimales; pero no que no fueran capaces de
realizar un estudio y observación
sistemáticos a lo largo de varias generaciones.
Porque el calendario ha sido el resultado de observaciones
verificadas, no por un individuo, sino a lo largo de muchas generaciones. Y
negar esto a un pueblo que se fija en los cielos, que es capaz de observar el
movimiento del sol en el solsticio de verano, como veremos después, que adora al sol, a la luna y a las estrellas es negar la propia esencia del mundo
mágico del primitivo.
Hay algo que no entiendo de las palabras de Jiménez González:
se debería ajustar el calendario a las
variaciones climáticas anuales que dependen del sol; estas palabras completan
otra frase suya, también citada anteriormente: si el mes se contabiliza por las
4 fases lunares de 28 días, el año no acaba teniendo 12 meses sino 13, sobre un
monto total de 364 días. Esto es claramente comprensible si-además-atendemos a
las características geográficas del archipiélago; concretamente a su
localización en latitud y longitud, desigual de los lugares de procedencia de
los conquistadores.
¿Se refiere a las lunaciones, a la visión de la neomenia y las distintas fases? Es
cierto que las fases lunares se ven en distintos momentos, dependiendo de la
latitud y longitud del lugar. Pero se ven. En Canarias el sol sale una hora
después que en la Peninsula;[1] pero sale y después se
pone, aunque la duración de la insolación esté sometida a variaciones
sustanciales respecto a las tierras situadas en latitud más al norte.
Quizás se refiera a que el calendario agrícola, el que marca las
distintas actividades del campo sea distinto al de los conquistadores. Pero no
veo que relación puede tener la luna con ello. Ni siquiera cuando dice que el ciclo lunar coincide con la menstruación
de las mujeres, rodeada de diversas consideraciones mágicas y rituales en
muchas sociedades (Jiménez, 1990:101). Supongo que se refiere a la
duración del periodo menstrual, no a que coincida con el ciclo lunar.”
El autor, continúa desarrollando su tesis y más adelante expone:
“Es cierto que Marín y Cubas es ya un historiador tardío, pero dispuso de documentos que no tuvieron a
mano otros autores, redactados en el siglo XVI por contemporáneos de la
conquista, ya que muchas de las noticias que nos trasmite el códice de 1867 aparecen
redactadas en presente real y no en presente histórico lejos de los hechos
narrados (Régulo en Marín, 1986:29).
Si el año de los aborígenes comenzaba
con el solsticio estival, la consideraciones que se deducen de ello tienen una
importancia considerable: el año comienza en esa fecha en los calendarios
griegos y egipcio.
Los egipcios comenzaban el año bajo el signo de Cáncer, como se
puede ver en el Zodiaco que hay en la
pronaos del templo de Denderah: al lado de Sothis, y antes de Cáncer, figura una
diosa que derrama agua, símbolo de la inundación (Bouché-Leclerq, 1989:137,
nota 2).
Hay una hipótesis subyugante: es
posible que los bereberes procedieran de Egipto, que comenzaban el año con el
solsticio de verano; al llegar al norte de África adoptan los nombres
latinos de los meses, pero haciendo
comenzar su año con el mes de enero. Así pues, el junio norteafricano era
llamado enero; julio de denominaba febrero agosto era el marzo guanche.” (R.
Muñoz Jiménez, 1995:122-3)
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(1) SOLSTICIO DE VERANO: Fiesta de la Sol.
Comienzo del año guanche. Suelta de los machos. Culminación de la cosecha. Hoy
pervive cristianizada en la festividad de San Juan.
(2) WEÑESMER, DÍA
CENTRAL DEL VERANO: Fiesta del “Pasto” o de la canícula. Hoy pervive
cristianizada en la Fiesta de la Rama en Agaete, la festividad de la Virgen de
Candelaria en todo el Archipiélago.
(3) EQUINOCCIO DE OTOÑO:
Comienza el período de siembra (sementera). Día central del “Pasto” o primer
gran periodo estacional del año guanche.
(4) DÍA CENTRAL DEL
OTOÑO: Comienza a aumentar el frío y la humedad. Se matan los cochinos
para el invierno, finaliza la sementera.
(5) SOLSTICIO DE
INVIERNO: Día central del año guanche. Nacimiento y cría del ganado
“nuevo”. Comienzo del “Verde”. Estación de la abundancia...
(6) DÍA CENTRAL DEL
INVIERNO: Período de mayor frío y humedad. Fiesta del “Verde”. Hoy
cristianizada en San Antonio Abad.
(7) EQUINOCCIO DE
PRIMAVERA: Marca del ganado. Esquile de las ovejas. Comienzo de la
maduración de los cultivos. Día central del “Verde” o segundo gran período
estacional del año guanche.
(8) DÍA CENTRAL DE LA
PRIMAVERA: Los días se hacen más cálidos. Comienzo de la recolección y
posterior trilla. (F. García Talavera et al. 1989:114)
EL SISTEMA DE NUMERACIÓN EN LA SOCIEDAD
GUANCHE: Tal como exponen los investigadores canarios Francisco García
Talavera y José M. Espinel Cejas en su obra ya citada, y a pesar de que la cita
puede resultar un poco larga, no dudamos en insertarla debido a su
incuestionable valor como testimonio de que nuestros antepasados no estaban
inmersos en un neolítico cultural, tal como nos han venido indicando
insistentemente los estamentos dominantes de la cultura colonial: “Estamos
convencidos de que el sistema de numeración empleado por nuestros pastores
precoloniales tenía que ser amplio y
perfecto, como afirmaba Álvarez Delgado en su obra “Sistema De numeración
Norteafricano”, premio Antonio Nebrija del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas español (C.S.I.C.). Es más, estamos seguros de que los antiguos
pastores canarios utilizaron este sistema de cómputo duodecimal para el ganado,
al igual que para el cálculo astronómico y los juegos, por dos razones
principales:
La primera es que este sistema tiene connotaciones prácticas y
mágicos religiosas, relacionadas con la necesidad de computar las lunaciones y
determinar las estaciones, labor ésta de vital importancia, pues un
aprovechamiento perfecto de las estaciones del “El Verde” para la reproducción
y la cría del ganado, era la única garantía para la continuidad del rebaño, del
cual dependía la comunidad para su supervivencia.
La segunda razón es la irrefutable prueba de la pervivencia.
Actualmente el sistema de numeración en base doce (12) pervive entre los
pastores canarios que, aún conociendo y dominando también el de base 10, al
igual que los pastores precoloniales, emplean para el ganado el duodecimal.
En la isla de El Hierro, por ejemplo, los pastores aún operan
utilizando el sistema duodecimal, el mismo que se empleó para el desarrollo de
la mayoría de las variantes del juego de la Dama. Esta persistencia en el uso,
confirma su desenvolvimiento práctico y es un testamento más de la herencia
cultural guanche, cuya presencia ha perdurado de forma sutil en nuestro
Archipiélago, pese a la sistemática y brutal política “cultural” de
españolización.
SISTEMA DECIMAL: Es pues la pervivencia (continúan exponiendo los autores) una
vez más, la prueba de nuestra tesis: los antiguos canarios utilizaron, desde el
punto de vista matemático, al menos, dos sistemas de numeración: uno era el duodecimal, originado en la astronomía
y aplicado posteriormente en otras labores de cierta importancia sociocultural
para la supervivencia de la comunidad, como pueden ser la ganadería, los ritos
y los juegos de reflexión. Estos últimos, en la mayoría de los casos, con
connotaciones rituales mágicas y religiosas.
El otro sería el decimal, recogido y trasmitido por algunos
europeos como el piloto Nicoloso da Recco, de la expedición portuguesa de 1341,
o el ingeniero italiano al servicio del rey de España Leonardo Torriani
(s.XVI), durante su estancia en las islas.
Este sistema fue recogido en la lengua de los antiguos canarios,
y es ampliamente estudiado y analizado en su obra “Sistemas de numeración
Norteafricano” del profesor Juan Álvarez Delgado y “Aproximación al
sistema de numeración Canario” de Ignacio Reyes García (obra
lamentablemente inédita).[2] Ambos autores desconocían
la pervivencia del sistema en base 12, ampliamente extendida entre nuestros
pastores. Si este tipo de numeración, ha llegado hasta nuestros días, ha sido
porque sin duda alguna ofrece ventajas prácticas en el pastoreo. Entre dicha
ventajas estaba un mayor número de divisores y múltiplos, lo que permite un
mejor desenvolvimiento práctico. (Francisco García-Talavera et al, op.
cit:96-98)
Actualmente, un importante sector de la sociedad canaria está empeñada
en recuperar el ancestral calendario guanche como vinculo con una de las
múltiples facetas de sus señas de identidad. Cada año son más los canarios que
al atardecer del día 21 de la primera luna (correspondiente al 21 de junio del
calendario gregoriano) se concentran en las playas de nuestras islas para
celebrar la llegada del nuevo achano o año nuevo guanche, encendiendo
las hogueras sagradas y practicando los baños rituales en las playas, al tiempo
que se produce una comunión con la Diosa-Madre , regeneradora de la vida tanto humana
como animal y vegetal. Ante la brusca interrupción del calendario guanche por
parte de los colonizadores, y la total destrucción por parte de éstos de las tarhas
que registraban el tiempo, es decir, la casi total aniquilación de los
sistemas de computo del tiempo usada por la sociedad guanche, no han llegado
hasta nosotros datos que nos permitan una continuidad del calendario primitivo,
por ello, un gran sector de la población ha optado por la continuidad del
calendario a partir de una segunda época o periodo, la cual se ha fijado a
partir del día 21 del primer sela (mes lunar) del primer año de la segunda
época, equivalente al 21 de junio del año 2000 del calendario gregoriano. En la
elaboración del mismo han intervenido los mazicólogos Derimán Ichazagua y Aknar
n- Ayt Unaga, así como Guaire Adarguma Anez’ Ran n Yghasen, en la parte de
investigación histórica.
LOS DÍAS DE LA SEMANA EN LA
LENGUA NEOCANARIA. En neocanario -la lengua
mazígica insular moderna- los nombres de los días de la semana son los
siguientes:
(USFAN N TSÁSEFT:
los días de la semana
Asmezwar, lunes
Assani, martes
Aswiskerad, miércoles
Aswiskuz, jueves
Aswismus, Viernes
Aswisdis,
sábado
Aswisa,
domingo
Estos
nombres, acuñados en Taknara, están compuestos, respectivamente, por as-,
apócope de ásef, 'día', y los siete primeros ordinales mazigios
(="bereberes") en su forma masculina, algunos de los cuales han sido
también abreviados con la supresión de una o más letras. (Este procedimiento de
creación léxica mediante reducción vocálica y/o consonántica -por
asimilación o supresión de una o más letras en los vocablos compuestos- viene
siendo también utilizado en el Continente.)
Los indicados ordinales, y, entre paréntesis, los cardinales
mazigios también en su forma masculina, son éstos:
amezwaru,
primero
( yan o yun, uno )
sani o wis-sen,
segundo
( sen o sin, dos )
wis-kerad,
tercero ( kerad o krad, tres )
wis-kuz,
cuatro ( kuz, cuatro )
wis-semmus,
quinto
(semmus, cinco )
wis-seddis,
sexto (seddis o ses, seis )
wis-sa,
séptimo (sa, siete )
(La partícula wis
está compuesta por el soporte de determinación wi y el funcional s.)
Como se ha visto, el plural de ásef, 'día', es usfan.
Con el numeral cardinal sa, 'siete', y ásef se ha compuesto,
también en Taknara, el vocablo neocanario tasáseft, 'semana', cuya forma
de anexión es, como se indica más arriba, tsáseft. El plural de este
vocablo es tisasfin.
El vocablo ásef, 'día', es un derivado de la raíz F, con
la que están formados numerosos términos que designan, respectivamente, el
fuego, la luz y el sol, como por ejemplo, afa, 'fuego'; tafawt,
'luz'; tafuyt, 'luz solar'; tasafut, 'antorcha'; 'linterna'; tasfiwt,
'lámpara'; etc. En la mayoría de los dialectos mazigios esa F se ha asimilado a
la -s- en la voz ásef, dialectos en los que sólo se emplea la forma ass
(cuyo plural es ussan) para designar el día.
Ásef, o ass, designa en mazigio tanto el día de 24 horas
como la parte del mismo en que el Sol está sobre el horizonte. Para los
mazigiohablantes, el día comienza a la caída de la noche, y se compone de una
noche y un día. Así, pues, la noche del miércoles es la del martes al
miércoles, y no la del miércoles al jueves
Y para concluir, en
neocanario esta misma lengua es denominada taknart taynayt, literalmente
la lengua canaria nueva, pero también podríamos denominarla taknarnayt
(voz compuesta de ambos vocablos mazígios con la supresión del primer
diptongo). (Aknar n- Ayt Unaga, 2003. Comunicación personal)
CALENDARIO
LITÚRGICO GUANCHE
Junio-Julio, primera lunación, o mes del
Sol Joven. (Comienzo del
Año Nuevo Guanche el 21 de junio) (31 días)
Julio-Agosto, segunda lunación, o mes de recogida de las Miéses. (31 días)
Agosto-Septiembre, tercera lunación, o mes del
Weñesmer. (31 días)
Septiembre-Octubre, cuarta lunación, o mes del Pasto. (30 días)
Octubre-Noviembre, quinta lunación, o mes
del Sol Tibio. (30 días)
Noviembre-Diciembre, sexta lunación, o mes del Baifo. (30 días)
Diciembre-Enero, séptima lunación, o mes del Sol Anciano (30 días)
Enero-Febrero, octava lunación, o mes
de La Luz (30 días)
Febrero-Marzo, novena lunación, o mes de El Verde (30 días)
Marzo.Abril, décima lunación, o mes de Magek (30 días)
Abril-Mayo, décima primera lunación o mes de Tinnit (Chaxiraxi) (31 días)
Mayo.Junio, décima segunda lunación o mes de Los Frutos (31 días)
LOS DÍAS DE LA SEMANA EN LA
LENGUA NEOCANARIA: En neocanario -la
lengua mazígia insular moderna- los nombres de los días de la semana son los
siguientes:
(USFAN N TSÁSEFT:
los días de la semana
Asmezwar,
lunes
Assani, martes
Aswiskerad, miércoles
Aswiskuz, jueves
Aswismus, viernes
Aswisdis, sábado
Aswisa, domingo
Estos nombres, acuñados en Taknara, están compuestos,
respectivamente, por as-, apócope de ásef, 'día', y los siete
primeros ordinales mazigios (="bereberes") en su forma masculina,
algunos de los cuales han sido también abreviados con la supresión de una o más
letras. (Este procedimiento de creación léxica mediante reducción vocálica y/o
consonántica -por asimilación o supresión de una o más letras en los
vocablos compuestos- viene siendo también utilizado en el Continente.)
Los indicados ordinales,
y, entre paréntesis, los cardinales mazigios también en su forma masculina, son
éstos:
amezwaru,
primero
( yan o yun, uno )
sani o wis-sen,
segundo
( sen o sin, dos )
wis-kerad,
tercero ( kerad o krad, tres )
wis-kuz,
cuatro ( kuz, cuatro )
wis-semmus,
quinto (semmus, cinco )
wis-seddis,
sexto (seddis o ses, seis )
wis-sa,
séptimo (sa, siete )
El conjunto de los meses del calendario lunar es designado por
los pastores y agricultores mazigio-hablantes como Ayyuren n ujenna (“los meses
del cielo”) y el de los meses del calendario solar (juliano) ayyuren n takka)
(“los meses de la tierra”). La denominación de cada uno de los meses del
calendario mazígico de Taknara que proponemos es el siguiente:
ADIREN N WAYYREN N
USEGGAS S TEKNARNAYT
(LOS NOMBRES DE
LOS MESES DEL AÑO EN NEOCANARIO)
Want’ijamaynut [
Wanmendi [
Wanyesmar [
Want’iludi [
Wanil [
Wanghiyd [
Want’ijussur [
Wanfuy [
Wanzegza (w) [
Wanmayak [
Wanzar =wanrad’ [
(La partícula wis está
compuesta por el soporte de determinación wi y el funcional s. )
Como se ha visto, el plural de ásef, 'día', es usfan.
Con el numeral cardinal sa, 'siete', y ásef se ha compuesto,
también en Taknara, el vocablo neocanario tasáseft, 'semana', cuya forma
de anexión es, como se indica más arriba, tsáseft. El plural de este
vocablo es tisasfin.
El vocablo ásef, 'día', es un derivado de la raíz F, con
la que están formados numerosos términos que designan, respectivamente, el fuego,
la luz y el sol, como por ejemplo, afa, 'fuego'; tafawt, 'luz';
tafuyt, 'luz solar'; tasafut, 'antorcha'; 'linterna'; tasfiwt,
'lámpara'; etc. En la mayoría de los dialectos mazigios esa F se ha asimilado a
la -s- en la voz ásef, dialectos en los que sólo se emplea la forma ass
(cuyo plural es ussan) para designar el día.
Ásef, o ass, designa en mazigio tanto el día de 24 horas
como la parte del mismo en que el Sol está sobre el horizonte. Para los
mazigiohablantes, el día comienza a la caída de la noche, y se compone de una
noche y un día. Así, pues, la noche del miércoles es la del martes al
miércoles, y no la del miércoles al jueves.
Y
para concluir, en neocanario esta misma lengua es denominada taknart taynayt,
literalmente la lengua canaria nueva, pero también podríamos denominarla taknarnayt
(voz compuesta de ambos vocablos mazígicos con la supresión del primer
diptongo.)
Al comenzar el akano (año) litúrgico guanche con el solsticio de
verano el 21 de junio del calendario gregoriano, el mes guanche queda insertado
en dos meses del calendario gregoriano, los cuales son los siguientes:
Meses. Nombre
guanche. Nombre en Castellano.
Junio-Julio. Want’ ijamaynut Magek Sol Joven.
Julio-Agosto.
Wanmendi
Mieses.
Agosto-Sepiembre. Wanyesmar
Weñesmer.
Septiembre-Octubre. Wanil Pasto.
Octubre-Noviembre. Wan’iludi Magek Magek Tibia.
Noviembre-Diciembre. Wanghid Baifo.
Diciembre-Enero. Want’ ijussur Magek Sol Anciana.
Enro-Febrero. Wanfuy La Luz.
Ferbrero-Marzo.
Wanzegza El
Verde.
Marzo-Abril.
Wanmayk Magek
Abril-Mayo.
Tanit Chaxiraxi.
Mayo-Junio.
Wanzard=Wanrad Los Frutos.
ARQUEOASTRONOMÍA GUANCHE: Uno de los trabajos mejor elaborados sobre
la astronomía del pueblo guanche lo es sin duda el llevado a cabo por el
Observatorio Astronómico de Agache, del cual por su indudable interés nos
permitimos transcribir algunos párrafos.
¿QUE ES LA ARQUEOASTRONOMIA?: La arqueoastronomia es una rama de la astronomía y de la
arqueología, cuya función es estudiar las orientaciones de las diferentes
construcciones o lugares sacralizados, de las antiguas civilizaciones; para
determinar el grado de conocimiento astronómico de esas civilizaciones que nos
han precedido, su calendario, y cosmogonías (esto último estudiado por la
etnoastronomía) Pero todo ello con un rigor científico, sin necesidad de tener
que explicar las construcciones por medio de la visita de civilizaciones
extraterrestres, ni de sacralizar unos fenómenos periódicos. Quien no se ajuste
a estas premisas, está negando a su propia especie, la capacidad de la
creatividad, y subvalorando su tesón, imaginación y poder de reflexión.
[1] Aunque el autor no
específica a que Península se refiere, suponemos que se trata de la Península Ibérica.
[2] Esta inestimable obra del
profesor Reyes García, esta editada por la editorial Baile del Sol, en su
”Colección Deslenguado”. 1998, con el título “Estudio Etnolingüístico de los
antiguos numerales Canarios”.
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